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Regresé al salón para la penúltima clase, había mandado -literalmente- a Rose a clase, yo fui al baño a secar mi rostro, hasta que dejara de verse mi cara roja, pero mis ojos hinchados me delataban.

Entré al salón y la miraba de Sana se topó con la mía, sonreí con tristeza y fui hasta mi asiento, saqué mis apuntes, coloqué mi brazo en la mesa y recosté mi rostro en mi mano, intentando poner atención. Desvié mi mirada a Minho, como siempre, pero algo me llamó la atención, el avión de papel que yo había lanzado seguía intacto en el suelo, ¿Existía la probabilidad de que él no lo hubiera visto?

Debatí aquello con Rose y Sana, los tres llegamos a la conclusión de que todo había sido un malentendido. Cargaba una sonrisa de par en par, mi pequeño no me había fallado.

Cuando todas las clases acabaron me levanté dispuesto a hablarle, y así pasó, guardé mis cosas con rapidez y fui hasta su asiento, allí el guardaba todo. Sonreí.

— Minho. — Empecé yo a hablar.— Nosotros tenemos una platica pendiente.

— ¿Ah?— Levantó la vista de su mochila y se quedó estático al verme ahí.— Chan... ¿Ahora mismo? ¿Q-Quieres hablar ahora? ¡Debiste avisarme antes! No estoy preparado.

— Callate.— Posé mi dedo índice en sus labios y luego lo atraje hacía mi.— Perdón por actuar así.

— Perdóname a mi, por decir eso así, ¡No era como quería decirlo!— Lo pensó un poco y luego negó rápidamente.— No, corrijo, ¡No era lo que quería decirte!

Solo reí y lo abracé más fuerte, ocultando mi rostro en su cuello. — Te quiero, pequeño.

— Y-Yo también te quiero, Chan.

Y solo con esas palabras, podría decir que mi semana se arregló.

The Evolution of Our Love. [BangInho]Where stories live. Discover now