O8

172 38 1
                                    

Dos chicos caminaban en la acera del parque charlando tranquilamente, el menor de ellos escuchaba atentamente a si mayor hablar de cosas sin sentido, aquellas que lograban sacarle varias risas. 

Lee Minho quería que alguien le pellizcará, quería saber si era un sueño; juzgo bastante a Chan solo por ser amigo de su novia, lo sintió como una amenaza total pero aquel rubio era la persona más tierna y simpática del mundo, no supo cómo, pero encontró algo de inocencia en la mirada del mayor cada que observaba a las mascotas en el parque, o cuando veía a los niños, el brillo en sus ojos no se lograba identificar si estaba junto a un niño. Y eso se le hizo bastante tierno.

Un niño bastante pequeño se les había acercado, y con una sonrisa en grande les pidió que jugaran con él, los demás niños estaban en sus mundos creando castillos de arena, pero a él su madre lo iba a regañar si se ensuciaba así, ellos gustosos fueron a jugar con él, pero había un problema cuando iban a tirarse del tobogán.

— ¡Chan-hyung no cabe!— el niño le acusó con una sonrisa de par en par, carcajeándose junto a Minho.

— Si, hyung, ¿Que haremos si no cabes?— la sonrisa socarrona de Minho hizo presencia.

— Yo los espero abajo, no vaya a ser que se terminen lastimando al caer.

Y es que, el niño era bastante pequeño, según Chan tenía mínimo unos cinco años, ahí es cuando empezaba a pensar si sus padres nunca le dijeron el típico "no le hables a extraños".

Luego jugaron al escondite, donde el menor tuvo que contar tapándose los ojos en frente de unas rejas para canchas de fútbol, ambos mayores corrieron a esconderse, una escena bastante cómica para todos los del parque, ellos fueron a una tienda nada alejada, e intentaron camuflarse sin éxito, el niño estaba contando de cinco en cinco y cuando terminó salió a buscarlos. Andaba de puntitas buscándolos por todo el parque, le pregunto en un susurro a varias personas, hasta que los vio, en una escena un poco comprometedora.

Ambos estaban intentando parecer una pareja según el más pequeño, y era la realidad, el azabache estaba siendo empotrado en la pared fuera de la tienda, mientras el mientras que el rubio lo tenía acorralado, el mayor miraba a los lados buscándolo, y cuando cruzaron miradas, salió rápidamente a correr para salvarse, los tres corrían hasta las rejas, hasta que llegó la madre del más pequeño.

Lo tomó del brazo, haciendo que los tres pararan.— Peque, tenemos que irnos, tu papá está llamando.— luego observó a los chicos que jugaban con su hijo y les regaló una sonrisa.

— ¡Adiós!— El pequeño empezó a despedirse moviendo su pequeña manito a los lados, para luego voltearse y caminar junto a su madre.

— Son las las dos de la tarde apenas, ¿Quieres hacer algo?— cuestionó el mayor.

— Vamos al cine, y no acepto un no por respuesta, Bang.

— Mejor vamos a mi casa y vemos películas allá, no creas que voy a pagar por unas miseras palomitas.

— Eres un tacaño.

Empezaron a caminar fuera del parque ambos al lado del otro, en un silencio cómodo, Minho se acercó un poco y sus hombros chocaron, rió bajito y caminó un poco más adelante luego, parecía no tener intenciones de esperarlo. En un abrir y cerrar de ojos, Chan estaba correteando a su menor por casi todo el parque, y el segundo trataba de huir de él, parecía una enamorada, se sentía avergonzado por lo de rozar sus hombros y no sabia el por qué.

— ¡Oh vamos! Me estoy haciendo viejo, ten piedad de mi.— bromeó ya cansado, colocando sus manos en sus rodillas y tomándose su tiempo para respirar. el azabache soltó una pequeña risa y paró de correr, acercándose luego al mayor y luego fue tirado al suelo con el otro encima.— de esta no te escapas, Lee.— aunque parecía algo incómodo ninguno le prestó atención, estaban fundidos en sus juegos, porque Bang empezó a hacerle cosquillas sin piedad alguna.

— ¡No huiré más, por favor! — reía a carcajadas retorciendose un poco en el pasto.— ¡Acepto mi destino!

The Evolution of Our Love. [BangInho]Where stories live. Discover now