The Evolution of Our Love. [BangInho]

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Literalmente, todo en la sala quedaron impactados por aquella confesión, hasta yo. No pensé que lo fuera soltar así... Sin pelos en la lengua, solo lo dejó salir, lo dijo y y literalmente quedé pálido. Sin embargo, no supe que hacer cuando observé a la señora Lee levantarse de su asiento, yendo directamente a feliz sin cambiar la expresión en su rostro, se veía enojada. Yo y los hermanos pasamos saliva con nervios.

Pero seguramente lo hizo, porque quería sorprendernos con lo siguiente que iba a hacer, se lanzó a su hizo, y lo abrazó, tal y como cuando lo vio entrar a su casa, lo abrazó con una sonrisa que brillaba mucho y hacía que sus pequeños ojos se escondieran. Luego lo siguió el señor Kwon, quien simplemente le acarició el cabello.

— ¿Todo ese show para eso? Bah, hermanito, te creí mejor.— Se burlaron los mellizos.

— ¡Eh, eh! No se burlen de mi niño, mocosos.— Los calló su madre. — Chris, ven acá.— Con nervios hice lo que me pidió, a paso lento, y ella me llevó lejos, al patio.— No quiero que Minho escuche, pero, hijo, ya eres parte de la familia, ¿Okey? —Sentí efusivo.— Cuida de mi pequeño.

— Lo haré señora, cuente conmigo.

Cuando volvimos, todo el ambiente tierno se había ido, los mellizos estaban peleando por el último vaso de coca cola, gritándose y Minho comía plácidamente de su filete, mientras su padre le quitaba un poco.

Vaya belleza de familia.

Cuando nos regresamos a los apartamentos, tuvimos que ir en taxi, que claramente, los padres de mi pequeño habían pagado. Estuvimos hablando bobadas en todo el camino, pero en ningún momento separados, ya habíamos gastado mucho tiempo separados, así que, ¿Qué mejor que aprovechar? En momentos nos robábamos besos, o incluso nos dábamos mimos, me sentía como un enamorado perdido.

Perdido en la belleza de él.

Lo tuve que dejar en su apartamento y le di un beso antes de que entrara, subí hasta el mío y cuando abrí la puerta, vi de nuevo el apartamento vacío, sin Felix, pero mucho mejor para mi.

Les parecerá exagerado, pero cuando me lancé a mi cama, empecé a gritar emocionado, haciendo ruiditos y colocando una almohada en mi boca para acallarlos.

Ay, estaba tan enamorado.