Gabriela ha venido para decirme adiós.
No la he dejado pasar.
Creo que quería que la detuviera.
No lo he hecho.
No tenía fuerzas.
Ni ganas.
Hace tiempo que dejé de considerarla mi amiga.
Ya no hablábamos.
Ni reíamos (aunque fuera falso).
A decir verdad, no me acuerdo de su cara.
Ni la de ningún compañero de mi instituto.
Hace meses que no voy.
Desde que empecé a hundirme.
A hundirme en un pozo sin fondo.
Y ya no me importa.
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Treinta Días (Blog #1)
Nouvelles¿De verdad hay un momento en el que tocas fondo? ¿Seguro?