Capítulo 8

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Un mes completo había pasado volando, Mathew no respondió a ninguna de las llamadas del omega, y se había mudado a otro lugar. Cada día que pasaba se sentía más exhausto que las veces anteriores, subió de peso y esa era algo notorio en él.

Fue al hospital para hacerse unos estudios con respecto a eso, y le dijeron que debía de dejar de consumir alcohol y preocuparse por su salud.

Entró a la página para ver si Alexander le había dejado algún mensaje, pero ni siquiera encontró el perfil de éste. Miró la hora en su teléfono, dándose cuenta de que ya iba a llegar tarde en su primer día de clases con su profesor favorito en el mundo mundial. Que se note el sarcasmo.

— El día de hoy está más hermoso, profesor Vítale — Mathew colocó sus manos sobre el escritorio — Otro cuatrimestre más y no veré su estúpido rostro en todo mi vida.

— Las cosas que dice son tan hermosas que me llenan de vida — ladeo la cabeza — ¿Ya sabe usted que hará después de graduarse?

— Iré a pagarle al decano para que lo saquen de aquí — sonrió, con superioridad — Así ninguno de nuevo ingreso lo verá jamás.

— Lamento decirle que eso no será posible, y que tampoco podrá salir en el próximo...

— Tomé el doble de las materias — lo cortó — Saldré el próximo cuatrimestre y mis plegarias serán escuchadas por satanás.

— Usted y su boca tan asquerosamente vulgar.

— Lamento decirle que ya falta poco y lo mejor de todo es que en mi discurso de graduación hablaré por todos los estudiantes que hemos sido víctimas de su pésimo humor — entrelazó sus dedos sobre la mesa.

— ¿Seguirá retándome?

— Estoy a nada de hacerlo... pero no me arriesgaré a que me haga algo.

El profesor suspiró pesadamente y se dio la vuelta caminando hacia su escritorio después de apagar las luces para que pudieran ver un documental sobre el tema a tratar.

— Mamá... — escuchó Aiden — Terminaste golpeándome.

— Mathew... pequeño alfa — Aiden abrió la maleta — ¿Qué haces aquí?

— Vine a salvarte — dijo, con obviedad — Pero me golpeaste.

— No sabía que estabas ahí dentro — le sonrió — No vuelvas a aparecerte de esa forma.

— Lo siento, me asusté cuando vi que no regresabas y que las gemelas recogieron tus cosas — abrazó a Aiden — Tengo el teléfono de papá — Aiden lo tomó de inmediato.

— Eres un alfa muy inteligente...

— Alguien viene — Mathew tomó el teléfono nuevamente — Llamaré al tío Mikel.

Aiden cerró la maleta y la colocó debajo de la cama, junto con la otra.

— Tu comida, espero que sea de tu agrado — Nicholas le dejó un plato en el suelo — No te acomodes mucho, tu hermano te hará una visita.

— Se pueden ir a la mierda — Nicholas lo miró de arriba hacia abajo, y luego salió — Mathew, bebé.

— Sácame de aquí, mamá.

— ¿Llamaste a tu tío Mikel? — El menor asintió — ¿Qué te dijo?

— No responde — hizo una mueca — Llámalo tú.

— Hola — el omega sonrió, sin mostrar los dientes.

— ¿Qué está pasando? ¿Por qué te fuiste? ¿Sabes dónde está Mathew?

Secretos entre sábanas {Gay}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora