Capítulo 8

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Los días subsiguientes fueron agobiantes por los ensayos intensos y el acoso incisivo de Susana, quien no perdía la oportunidad para acercarse o entrar en mi camerino sin ningún reparo.

_ ¡Oh Terry! Pero yo solo vine a decirte que ya han traído tu traje definitivo y Marian necesita que te lo pruebes _ me lloriqueaba después de demostrarle lo mucho que me molestaba su irrupción a mi espacio.

_ Te lo agradezco Susana, pero no era necesario, ya me lo habían avisado _ gruñí.

_ Susy querida, creo que Robert está preguntando por Ofelia...si estás ocupada puedo ir en tu lugar _ Karen había llegado con todo su cinismo a salvarme.

_ ¡Ya quisieras Klays! Jamás, escúchame bien, jamás ocuparás mi lugar _ dijo Susana apretando los dientes.

Karen sonrió de lado y se acercó a ella intimidante

_ Tu destino está escrito querida Ofelia,  << acaba con tu vida ya, que él nunca volverá>> _  le recitó en un susurro una parte del canto de Ofelia antes de suicidarse. Me estremeció escucharla decir eso, realmente Karen odiaba a Susana.

Al perderse la rubia por el corredor, Karen volteó a mirarme y yo le sonreí negando con la cabeza.

_ Me voy a quedar en Florida, después de la gira _ me dijo apoyando su hombro en el marco de la puerta.

_¿Por qué? _  cuestioné calmado

_ Mi tío quiere presentarme a un banquero importante _ suspiró y prosiguió _ es un buen partido y deseo conocerlo.

_ ¿Y  el teatro?

_ Ofelia no ha sido un papel grandilocuente y Robert no me ha permitido exhibir todo mi talento. Buscaré nuevos rumbos, quizás en unos meses sea la esposa de un Lord escocés ...Y además tienes a tu "Susy". _ sonrió con ironía.

_ ¡Uff! _ resoplé con fastidio.

Aquella noche llegué a mi casa agotado. Colgué el abrigo y la bufanda en el perchero, me encaminaba a la habitación arrastrando los pies, cuando sentí un papel debajo del izquierdo...lo tomé.

" Querido Terry

Sé que mañana es tu día de descanso, así que te invito a almorzar. Te espero en Delmonico's a la una.

Te tengo una sorpresa.

Paty "

_ ¿Delmonico's eh?  Muy sofisticada Paty _ me dije en voz alta sonriendo como tonto.

El frío estaba intenso y caminaba rápido ajustando la bufanda, el estreno es en dos días y no podía darme el lujo de enfermarme. Al llegar al lugar, me detuve un instante a contemplar las imponentes columnas jónicas que enmarcaban la entrada, se decía que habían sido traídas desde Pompeya, quizás era una leyenda urbana, pero no se le podía negar su belleza.

Paty ya me esperaba, me sonrió espléndida saludando con su mano; creo que estaba feliz de verme; yo lo estaba y mis ojos se deleitaron con su figura cuando se levantó a darme un beso en la mejilla, lo que me tomó por sorpresa. 

_ Buenas tardes Paty _ correspondí a su beso. Mis labios pudieron percibir la tersura de su tez y mis ojos el sonrojo que delataba su osadía. 

Aproveché la ocasión para  entregarle los boletos al palco especial

_ Lo prometido querida _ sin darme cuenta tomé su mano _ espero no les importe disfrutar del espectáculo con mi madre.

_ ¡Oh por Dios Terry! ¿Cómo dices eso? Estaremos honradísimas de compartir con tu madre, yo la adoro y sé que mi abuela también lo hará _ su sonrisa era aún más brillante y su mano seguía debajo de la mía. Aunque unos segundos después, la fue quitando lentamente para buscar un pequeño paquete que tenía escondido.

Las cenizas de los ArdleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora