↜ᴇʀꜱᴛᴇ ʙᴇɢᴇɢɴᴜɴɢ {3}↝

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ᴇʀꜱᴛᴇ ʙᴇɢᴇɢɴᴜɴɢ=ᴩʀɪᴍᴇʀ ᴇɴᴄᴜᴇɴᴛʀᴏ

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Chittaphon se puso aún más nervioso, cuando se percató de que el rey de las maléficas bestias que lo habían raptado, lo estaba mirando fijamente como si de su presa se tratara. Aunque en realidad si se ponía analizar la situación, técnicamente si era su presa o quizás la presa de algún otro dragón que estuviese lo suficientemente hambriento como para engullirlo vivo.

La voz del monarca, lo extrajo de sus profundos y macabros pensamientos además de regresarlo a su oscura realidad:

--Primero que todo, buenas tardes mis queridos invitados. Supongo que no tengo que dar ninguna clase de explicaciones sobre lo que les va a pasar, es más que obvio además de que cada uno morirá de alguna forma distinta... Así que les recomiendo que se despidan porque probablemente esta sea la última vez que se vean. Obviamente algunos correrán con la suerte de no ser devorados, y en su lugar serán ustedes quienes nos den de comer o simplemente que se encargarán de la limpieza u otros quehaceres-- explicó el rey, con sus brazos cruzados.

En un ataque de ira, Chittaphon habló con suma fuerza y seguridad:

--¿¡Cómo nos pueden hacer esto!?, ¿porque sois tan crueles con nosotros?-- preguntó Chittaphon, entre gritos.

--¿Podrías especificar por favor?-- preguntó Taeyong, obviamente haciéndose el tonto. Claro que entendía lo que ese chico quería decirle.

--¡Usted sabe muy bien a qué me refiero! Nos apartan de nuestras familias solamente para hacernos un sinnúmero de cosas aberrantes. Nos maltratan, nos utilizan como objetos y cuándo ya no nos necesitan... Nos comen-- recalcó Chittaphon, con un semblante serio. Sus palabras hicieron que los otros humanos presentes empezaran a cuchichear pero que al final, volvieron a su silencio fúnebre.

--Me sorprende tú... Valentía, aunque yo en tú lugar me callaría esa hermosa boca antes de que me arranquen la lengua-- dijo el rey, con sarcasmo.

--Me obliga a callar porque sabe que digo la verdad-- respondió Chittaphon, sin ninguna muestra de cobardía pese a las advertencias del monarca dragón.

--¿Sabías que bajo el suelo que pisas, existen osamentas de tus antepasados?-- preguntó Taeyong, haciendo que Chittaphon retrocediera nerviosamente.

--¿Por qué mejor no me hablas de todos los errores que vosotros cometieron como sociedad?. Porque que yo sepa, antes de que ustedes les dieran ganas de hacerse amigos, hubo mucha rivalidad entre países-- retó el rey, sin perder de vista al chico.

--No sé de qué me hablas-- respondió Chittaphon, mientras tragaba en seco.

--¿Por qué no me hablas de los grandes conflictos bélicos que marcaron el mundo?. Háblame mejor sobre tú historia, háblame mejor sobre esas bases que sostienen un estado y una sociedad para su avance-- volvió a retar Taeyong, obteniendo como resultado el silencio del chico.

--Cómo lo sospeché... Llévenlos a todos al calabozo y a él, lo quiero esta noche en mí habitación-- ordenó Taeyong, provocando que Chittaphon y los otros se alteraran debido al acercamiento de los soldados, quienes los tomaron y les obligaron a caminar a la fuerza.

--Esperen ustedes tres-- llamó el monarca, causando que los guardias que mantenían a Chittaphon prisionero se detuvieran repentinamente.

--¿Sucede algo mí señor?-- preguntó uno de los soldados a su superior.

--¿Cómo te llamas niño?-- preguntó el rey, con sus brazos cruzados.

--Chittaphon...-- respondió el ya mencionado.

--Curioso nombre. Pero no me gusta la verdad, así que de ahora en adelante te llamarás Ten-- dijo el contrario, para después hacer un ademán para que se lo llevaran.

--¡N-NO, SUÉLTENME!-- gritó ahora Ten, mientras las lágrimas empezaban a brotar de sus ojos con rapidez.

El rey se mantuvo en su lugar, mientras observaba como sus fieles soldados se llevaban a los nuevos bocados humanos. Se quedó en silencio, hasta que de repente un llamado detrás suyo lo sacó de sus pensamientos.

--Su majestad John Seo del clan de los dragones del cielo, ha llegado. ¿Desea verlo?-- preguntó su capitán; Jung Yoonoh.

--¿¡Qué demonios hace ese imbécil aquí!?-- preguntó el monarca, con suma fuerza.

--Ha venido para darle una sorpresa, no estábamos anuentes ya que no dió ninguna clase de noticia previa-- respondió el capitán, del cuartel de la guardia general.

--Incompetentes... ¡Que esto no vuelva a ocurrir!-- advirtió el monarca, haciendo que Yoonoh bajase la cabeza.

--No volverá a ocurrir señor-- respondió el contrario.

--Ahora... ¿Dónde está ese inepto?-- preguntó Taeyong; furioso.

--Se encuentra en los Jardines de Cristal mi señor-- informó el chico, para luego ver como su rey se retiraba hacía la zona ya mencionada.

Y ᴇɴ ᴏᴛʀᴏ ʟᴜɢᴀʀ

Mientras tanto, cerca de los calabazos se encontraba Ten quién aún seguía resistiéndose a las ordenes de su rey.

--¡SUÉLTENME!, ¡QUIERO HABLAR CON EL REY!-- exigió el menor, por enésima vez.

--Cállate humano incompetente-- ordenó uno de los soldados, para luego tirar al chico a una de las celdas, junto con otro chico que también permanecía allí.

Luego de que los guardias se aseguraran de tenerlos encerrados, se marcharon dejando a Ten con el otro chico quién permanecía callado. El ambiente se volvió incómodo, y el silencio era una clara evidencia de ello, pero éste último se vio interrumpido debido que el recién llegado empezó a hablar:

--¿No vas a decir nada?-- preguntó Ten; curioso.

--No hay necesidad, lo único que quiero es morir lo más rápido posible para así poder encontrarme con mis familiares ya fallecidos-- respondió el contrario.

--¿Cómo te llamas?-- preguntó Ten, mientras se sentaba a un lado del otro.

--Yuta Nakamoto, ¿y tú?-- preguntó el recién presentado, mientras le tendía la mano al contrario.

--Chittaphon, aunque bueno el rey me quitó mi nombre porque dijo que no le agradaba, y en su lugar me colocó Ten-- explicó el contrario, para luego estrechar la mano de su compañero de celda.

--Ese rey es un idiota... No le importa crear una masacre de humanos, solamente para llenar su estómago con nuestra carne y piel-- gruñó Yuta; enojado.

--Suena muy crudo y macabro de la forma en qué lo dices. ¿Acaso no te da miedo ser comido por él o algún otro dragón de la realeza?-- preguntó Ten, sorprendido de la actitud que mostraba el otro.

--¿A quién le importa si te comen o no en el festival? Al final del día, estos malditos idiotas te tomarán y aniquilaran como si fueses un insecto inútil. No les importan tus esfuerzos, ni todo el trabajo que hiciste por ellos... Son unos incompetentes-- protestó Yuta; furioso.

--Yo odio a los dragones y les temo como sino hubiese mañana, pero tú estás a un nivel superior al mío...-- contestó Ten; sorprendido.

--No sabes por lo que he tenido que pasar. El padre del rey actual mandó a destruir mi hogar, porque ya no le entregábamos jóvenes fuertes y nutridos, devastaron mi tierra y se comieron a todos los miembros de mí familia, a mis amigos y conocidos... ¡A TODOS!-- gritó el chico ahora de pié, mientras las lágrimas de impotencia y rabia brotaban de sus ojos.

--Oye tranquilo... Sé por lo que estás pasando, yo también quiero ver a mis familiares, los extraño y los extrañaré con toda mi alma-- susurró Ten, para luego levantarse, acercarse al otro y finalmente abrazarlo fuertemente. Ambos tenían los corazones rotos, y sin saberlo se convertirían en amigos inseparables.

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ᴍᴏɴꜱᴛᴇʀ ᴩᴀʀᴀᴅɪꜱᴇ ➻ ᴛᴀᴇᴛᴇɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora