↜ᴋöɴɪɢ ᴅᴇʀ ᴀʟᴩᴛʀäᴜᴍᴇ {2}↝

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ᴋöɴɪɢ ᴅᴇʀ ᴀʟᴩᴛʀäᴜᴍᴇ=ʀᴇy ᴅᴇ ʟᴀꜱ ᴩᴇꜱᴀᴅɪʟʟᴀꜱ


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"La posición de rey era el rango más alto entre toda la monarquía de los dragones. A pesar de la existencia de los 12 clanes, existía un sólo rey y dragón supremo entre todos los demás; y éste siempre era perteneciente al clan de los Dragones de la Luna.

Éstos eran los más fuertes y poderosos, como también sabios y valerosos entre todos, no solamente por el hecho de poseer un gigantesco ejército de valientes soldados a la disposición del rey, sino también por sus avances en la magia, la astronomía, la astrología, la hechicería y la alquimia.

Todos estos conocimientos, llevaron a aquel clan a ser el principal rector y dirigente de toda la raza de los dragones. Y ahora, tenían a un hermoso, atractivo pero aterrador monarca que se aseguraba de tener todo bajo control... Cómo también de darse todos los placeres de la vida, a costa del sufrimiento humano."

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Las finas telas y costosos adornos además de inciensos y perfumes que brindaban un olor agradable, hacían de aquel lugar un ambiente agradable para el rey quién dormía plácidamente en su cama. Su boca levemente abierta además de su cabello platinado recayendo sobre su frente con gracia, hacían del monarca todo un galán.

Sus ojos se abrieron repentinamente, seguido de un suspiro que perduró varios segundos hasta que todo regresó al silencio inicial. Por consiguiente, una sonrisa sádica se dibujó en su rostro al sentir pequeños golpecitos provenientes de su vientre.

Antes de tomar su siesta vespertina, había devorado vivos a unos cuantos humanos. Quizás éstos lo consideraban un monstruo desalmado, pero en realidad eso no le importaba ni en lo más mínimo.

Desde siempre había considerado a los humanos como simples esclavos inferiores, que solamente habían nacido para complacerlo a él y a su especie. Aún recordaba con diversión como había utilizado a cientos de ellos como juguetes para su propio entretenimiento, y como éstos morían cruelmente en el proceso.

Finalmente, el dirigente se puso de pié. Debía ir a recibir a los nuevos esclavos, además de monitorear todos los preparativos para el Festival de la Luna Azul.

Un chasqueo de su parte, fue suficiente para que varios sirvientes [todos humanos] ingresaran a su habitación para así poder prepararlo para salir. Lo llevaron al baño de su morada, en dónde con cremas y jabones lo asearon, para que éste último oliera a fragancias sumamente delicadas que habían sido preparadas con mucha cautela y cuidado.

Mientras tanto, para Taeyong era inevitable no gruñir y gemir debido a la sensación de placer y excitación que su cuerpo sentía. Cuando el baño ya había concluido, el rey fue secado y vestido por los sirvientes y por consiguiente el monarca salió de su habitación listo para cumplir con los deberes faltantes de su faena diaria.

El ya mencionado caminaba con elegancia por todos los pasillos y salas del palacio más grande de todos los clanes, mientras que la capa de piel crema arrastraba por el suelo debido a lo larga que era. Todo esto, sin mencionar la enorme corona con la que engalanaba con una gracia única.

ᴍᴏɴꜱᴛᴇʀ ᴩᴀʀᴀᴅɪꜱᴇ ➻ ᴛᴀᴇᴛᴇɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora