↜ʟɪᴇʙʟɪɴɢꜱᴅɪᴇɴᴇʀ {6}↝

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ʟɪᴇʙʟɪɴɢꜱᴅɪᴇɴᴇʀ=ꜱɪʀᴠɪᴇɴᴛᴇ ꜰᴀᴠᴏʀɪᴛᴏ


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Chittaphon fue recuperando la conciencia lentamente, en compañía de un fuerte dolor de cabeza que aquejó todo su ser con insistencia. Pesé a aquello, el pelinegro no quería abrir sus ojos con miedo a lo que se pudiese encontrar.

Lo único de lo que se podía percatar, es que estaba envuelto en un sitio cómodo y acogedor, mientras que su entrepierna se encontraba en un lugar cálido pero a su vez húmedo. Era inevitable no sentirse extasiado y satisfecho con todas las sensaciones que su cuerpo sentía.

Pero... ¿Si todo era parte de un profundo sueño?, ¿y si en realidad estaba cautivo dentro del vientre de un monstruo, mientras era digerido lentamente?. No podía parar de pensar en todas las posibilidades, pero al final la curiosidad le ganó por lo que decidió abrir sus ojos.

Un gemido ahogado se escapó de sus labios, debido a que aún continuaba el persistente calor en su parte íntima, por lo que el pelinegro decidió inspeccionar para así averiguar que ocurría.

Éste último se llevó una gran sorpresa, al ver un enorme bulto ubicado debajo de las frazadas que cubrían todo su cuerpo y le brindaban calor, por lo que en cuestión de segundos se percató de que aún seguía en la habitación de su majestad.

¿Por qué no estaba muerto?, ¿qué estaba pasando?. Sus ojos se abrieron como platos al sentir como un gran peso se colocaba sobre su torso. Finalmente, ése algo quitó la sabanas que cubrían su cuerpo revelando al rey de los dragones, quién permanecía con su típica expresión sería y fría.

--Por fin despertaste pequeño humano-- fue lo único que dijo el monarca, para luego empezar a peinar su propio cabello el cuál estaba un poco despelucado.

--¿¡A-Aún sigo aquí!?-- preguntó el menor, entre tartamudeos obteniendo como respuesta, el asentimiento del contrario quién se empezó a poner de pié.

Por otro lado, el pelinegro observó su estado y se sonrojó enormemente al ver que estaba totalmente desnudo, que cada parte de su cuerpo estaba envuelto por marcas y chupetones, por lo que era obvio lo que había pasado.

En el mismo estado se encontraba el monarca, el cuál no le importó en lo más mínimo que el pelinegro observara su esbelto cuerpo desnudo, mientras que bebía agua tranquilamente.

Repentinamente, un sonrojo se apoderó de las mejillas de Chittaphon. Lo que sus ojos contemplaban, sólo le provocaba una potente vergüenza que parecía no querer desaparecer.

--¿U-Usted se aprovechó de mí?-- volvió a cuestionar el menor.

--¿Y qué si lo hubiese hecho? No es que pudieras haber hecho algo para salvarte-- respondió Taeyong, con sus brazos cruzados.

--Pero no lo entiendo... Yo creí que usted quería..-- el joven de nariz respingada, se quedó con las palabras en la boca al escuchar la voz de su ahora superior.

--¿Comerte? Aún no tengo planeado hacerte eso, lo único que deseo en estos momentos es que tú estés conmigo y me sirvas a dónde quiera que vaya-- confesó el monarca, mientras empezaba a acortar la distancia entre su persona y el joven pelinegro.

--¿A qué se refiere?-- preguntó el menor, mientras se encogía en su lugar con su mirada puesta sobre el rey quién lo observaba con deseo.

--Quiero que te conviertas en mi sirviente; en mi sirviente favorito-- explicó el mayor, cada vez más cerca de su presa.

--Y-Yo no sé qué decir... ¿N-No es muy pro-pronto?-- preguntó el pelinegro entre tartamudeos.

--¿Porqué tan nervioso pequeño?-- preguntó el monarca, el cuál ya se encontraba en la cama sobre un aterrado y confundido Chittaphon, que lo único que hacía era temblar en su lugar. ¡Ni siquiera sabía porqué estaba tan asustado en realidad!.

--No lo sé-- respondió el contrario, con toda la sinceridad del mundo.

--Déjame darte una razón para dejar de tener miedo-- exclamó el mayor mientras acariciaba la mejilla del pelinegro, para luego acercarse lentamente hacía el otro y hacer que sus alientos se entremezclaran.

Ambos podían sentir el fervor que aumentaba con cada maldito milisegundo, los cuáles parecían años para Chittaphon, quién esperaba ansioso sentir los carnosos labios del rey. Pero lo más extraño para su persona, era el simple hecho de ya no sentir miedo.

En su lugar, se sentía ansioso a lo que  pudiese pasar en un futuro con su persona y el gran hombre que se encontraba sobre su persona. Repentinamente, lo que tanto esperaba sucedió: el otro acortó la distancia que aún quedaba y finalmente besó al pelinegro.

La unión de sus labios sólo provocó una explosión de sentimientos que se habían mantenido resguardados durante todo este tiempo, en lo más profundo de su ser. Sus mejillas se pintaron de carmín intenso, cuándo el hombre de mayor edad empezó a acariciar toda su cintura con suavidad mientras empezaba luego a besar su cuello y a dejar marcas en toda esa zona.

En su lugar, Chittaphon solamente soltaba sonoros gemidos y cortos gritos los cuáles, endulzaban los oídos del rey de los dragones, quién, sólo disfrutaba de sentir al menor debajo de su fornido cuerpo.

En algún punto de la velada, sus miembros hicieron fricción mútua provocando que el pelinegro se ruborizara aún más.

--Tae... Señor-- corrigió Chittaphon, mientras tragaba en seco.

--Llámame amo. Ahora date la vuelta y abre las piernas-- ordenó el mayor, mientras acariciaba el cuerpo del menor. Éste último, obedeció las palabras de su amo sin rechistar e hizo lo que éste le ordenó.

Cuándo estuvo listo, solamente sintió un peso en la parte trasera de su espalda además de algo largo que ingresó a su cuerpo a través de su cavidad anal. Debía admitir que era terriblemente doloroso, pero a la vez excitante.

Era imposible para el menor no gritar de placer y dolor, y más cuándo empezó a sentir cómo ése algo salía y entraba cada vez más rápido de su cuerpo. Finalmente, cuándo el monarca dio su última estocada sintió como un líquido se perdía dentro de su cuerpo, lo cuál hizo que las sensaciones se volviesen aún más placenteras.

Después de todo lo sucedido, ambos volvieron a sus posiciones normales mientras sus pechos subían y bajaban constantemente.

--Amo... Eso se sintió tan bien. Nunca había hecho eso en mí vida, aunque la verdad me duele un poco...-- susurró el menor, con su voz adormilada mientras que sus ojos se cerraban lentamente, producto del cansancio.

--Pues vete acostumbrando, porque sentirás eso a diario-- avisó el rey, con su típica expresión seria y fría. Repentinamente, una pequeña sonrisa se posó en sus labios al ver que el contrario ya había terminado cautivo en los brazos de Morfeo.

--Eres muy lindo... Eres perfecto-- susurró el monarca, quién también terminó profundamente dormido.

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N/A

Bueno aquí les dejo la actualización; creo que esta historia va a tener entre unos 20 o 30 caps (O hasta dónde la creatividad decidida). Gracias a todos los que han empezado a apoyar esta historia :).

De verdad, muchas gracias los amo!!💖💖💖.


















ᴍᴏɴꜱᴛᴇʀ ᴩᴀʀᴀᴅɪꜱᴇ ➻ ᴛᴀᴇᴛᴇɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora