Outro: Tear

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Caminaron un rato al amanecer para seguir recorriendo la ciudad. 

- ¿Qué es lo primero que vas a hacer cuando llegues a tu casa? - le preguntó ella.

- Me voy a ir a mi cuarto y dormir dos días seguidos.

- Quisiera poder decir lo mismo.

- ¿Qué vas a hacer tú?

- Le voy a explicar a mi hermana por qué no llegué ayer a la casa - rieron - ¿qué es eso? - escucharon una melodía viniendo de la casa cruzando la calle.

Una vez que cruzaron vieron por la ventana que se trataba de un chico tocando el piano. Se detuvieron a escuchar la melodía que había emocionado a ambos.

Entonces él la quedó mirando mientras la música seguía sonando. Ambos reconocieron la melodía pero no dijeron nada. The girl with the flaxen hair

- ¿Qué pasa? - dijo Audrey con una sonrisa. Y él la seguía mirando.

Entonces él la tomó de los hombros para que estuviera frente a él.

- Quiero tomarte una foto. No tengo ni mi cámara ni mi celular conmigo, así que lo haré con mis ojos.

- Ok. Yo también.

Entonces se miraron por unos segundos mientras sonreían. Después Audrey se acercó y le dio un beso.

Continuaron caminando hasta una gran estatua que había en un parque y se quedaron allí. 

Ella estaba acostada en el regazo de él mientras hablaban de cómo eran los chicos de BTS desde el punto de vista de Yoongi, y de cómo era al principio cuando debutaron.

- Igual, debo admitir que para mí ellos son como mis hermanos. Aunque a veces sí los quiera mandar a la mierda personalmente. Cada uno de ellos tiene un tipo de trato conmigo. No todos me tratan de igual forma, aunque todos seis sí me tienen miedo.

- Jajajaja. Me imagino. Pero ahora tienen de todo. Y aún así se tratan bien... hablando de tener todo... - se sacó el gorro que tenía puesto - toma o después se nos olvida.

- Quédatelo. Un regalo de parte de Suga.

Ambos rieron pero sí que era un regalo de parte de Suga. Ella no quería quedarse sin darle nada.

- Toma mi pulsera. Tal vez no sea lujosa ni nada, pero a ti te quedará mejor que a mí.

Era una pulsera de cuero negro que a Yoongi le había gustado desde que la vio con ella puesta.

Ya como a las 5:40 estaban caminando de regreso a la estación de tren. 

Después de 15 minutos llegaron y recogieron sus cosas. Ella compró el boleto que salía a las 6, y él compró el que salía media hora después.

Entonces Yoongi acompañó a Audrey hasta su tren. Ninguno de los dos quería irse tan pronto, pero no querían prolongar más la despedida.

Iban tomados de la mano, tratando de aprovechar el mayor contacto posible el uno con el otro. Creían que jamás se detendrían, pero ahí estaba el tren. 

- Es aquí. - dijo ella mirándolo sin soltar su mano.

Él quería parecer tranquilo pero en ese momento sus emociones no se lo permitieron. La tomó en sus brazos y la besó.

- Que te vaya bien en la vida - continuó ella deseando que esos cinco minutos no acabaran nunca.

- Igualmente. Suerte en tus estudios... ¡Maldita sea! odio esto - dijo Yoongi cerrando sus ojos.

- Yo también.

Él sacó una hoja de su bolsillo y se la dio - No me creerás. Pero es verdad lo que está escrito en esa hoja. Lo escribí mientras usaba mi celular en el tren y la dejé inconclusa, pero la pude completar cuando me pediste que escribiera un poema.

El tren anunció su salida y entonces se besaron por última vez. Un beso en el que se quedaron inmóviles disfrutando de esos segundos... después del beso se abrazaron fuerte y luego ella entró a la cabina, mientras él se quedó ahí parado hasta que el tren se marchó.

Yoongi salió de la estación y cerca había un puente. Se quedó allí contemplando la vista en completo silencio.

Después regresó a la estación y se dirigió a su tren. Tenía la cabeza apoyada en la ventana observando la ciudad. 

Miraba la pulsera en su muñeca, habían cosas que no recordaba. Como el nombre del libro que ella leía, el logo de la banda en su camiseta, el nombre del chico quien fue su mejor amigo, o el disco que le mostró en la tienda.

Pero no iba a olvidar la canción que le hizo escuchar, la canción que cantó, y los lugares a los que fueron y dónde se besaron.

Entonces cerró los ojos, dejándose caer en un sueño y con suerte ver ahí la fotografía que le había hecho.

Just One DayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora