Capitulo 1

42.2K 2.2K 52
                                    

Kim Seok Jin se quedó tumbado en la suite nupcial del hotel, haciéndose el dormido y preguntándose qué demonios acababa de hacer. 
En vez de haber pasado la noche con la mujer que se suponía que sería su nueva esposa, a la que había dejado en el altar a mitad de hacer los votos, estaba durmiendo con ________ , la gerente de su empresa. 
Le hubiese gustado poder echarle la culpa al champán, pero dos botellas compartidas no eran suficientes para emborracharlo. Había estado demasiado bebido como para conducir, pero lo suficientemente sobrio para saber que no era buena idea acostarse con una empleada. 
Y, lo que era peor, consideraba a ________ una de sus mejores amigas. 
Alargó la mano hacia el otro lado del colchón, que todavía estaba caliente. Olía a sexo y a feromonas y todavía tenía su perfume pegado a la piel. 
Oyó un golpe y un quejido en algún lado de la habitación. ________ llevaba varios minutos moviéndose sigilosamente, probablemente estuviese buscando su ropa. La única excusa que tenía para haber hecho aquello, aunque no fuese muy buena, era que después de que la boda hubiese sido un fracaso, se había sentido deprimido y no había pensado con claridad. 
En vez de haber dicho «sí, quiero», había dicho «no quiero» y había dejado a su prometida. A su segunda prometida, de hecho. ¿Qué culpa tenía él, si se había dado cuenta justo en ese momento de que estaba cometiendo un error? ¿Sería el deseo de a esposa y formar una familia lo que lo ofuscaba? Después de un mes de relación, casi no conocía a la mujer con la que iba a casarse y sus amigos le habían advertido que sólo estaba con él por su dinero. 
Qué pesadilla. 
Nunca olvidaría la indignación en el rostro de JiYeon cuando le había dicho: 
-Lo siento, pero no puedo hacer esto. 
Todavía podía sentir el golpe de su puño en la mandíbula. 
Le había estado bien empleado. A pesar de ser una vampiresa chupa sangre y mentirosa, no merecía que la humillasen de esa manera. ¿Por qué no era capaz encontrar a la mujer adecuada? Hacía cinco años que se sentía preparado para sentar la cabeza. Se había imaginado que, a esas alturas, ya estaría casado y tendría al menos un hijo y otro en camino. 
Nada en su vida estaba saliendo como tenía que salir. Como él había planeado. 
Después de que la ceremonia terminase abruptamente, ________ lo había llevado al hotel, donde lo esperaba la suite nupcial con el champán ya frío. No había tenido ganas de beber solo, así que la había invitado a que entrase. Ella había pedido comida al servicio de habitaciones, a pesar de que Jin no tenía hambre, y le había puesto una bolsa con hielo en la mandíbula. 
________ siempre lo había cuidado. Sobre todo aquella noche. 
No estaba seguro de cómo había empezado todo. Estaban sentados, charlando y entonces ella lo había mirado de aquella manera, y lo siguiente que había pasado había sido que él le había metido la lengua en la boca y que se habían quitado la ropa el uno al otro. 
La boca de ________ estaba caliente y sabía dulce y su suave cuerpo había respondido a sus caricias. Y el sexo con ella había sido estupendo. Nunca había estado con una mujer tan... expresiva en la cama. No había tenido que averiguar qué quería porque ella se lo había pedido directamente. 
Dios santo, se había acostado con ________ . 
No era que nunca hubiese pensado en ella de un modo sexual. Siempre le había atraído. Pero no era de las mujeres que hipnotizaban a los hombres con sus encantos. 
Era guapa, pero su belleza era una belleza sutil. Venía del interior, de su extravagante personalidad y de su fuerza. 
Aun así, Jin no debía haber traspasado aquella línea. La mejor manera de acabar con una amistad con una mujer era acostándose con ella. 
Y él lo sabía por propia experiencia. Afortunadamente, el daño no era irreversible. ________ no quería ni casarse ni tener hijos, todo lo contrario que él. Al contrario que otras empleadas con las que se había acostado cuando era todavía joven, arrogante y extremadamente estúpido, ella no esperaría ni querría un compromiso por su parte. 
Lo que era algo bueno. 
Oyó otro golpe y otro gemido, esta vez al lado de la cama. Tenía dos opciones: o seguía haciéndose el dormido y dejaba que ella siguiese moviéndose en la oscuridad; o se enfrentaba a lo que acababan de hacer. 
Jin estiró el brazo y encendió la lámpara, cuya luz lo cegó al principio, y se sorprendió gratamente al verla desnuda con su trasero a pocos centímetros de él. 

Lee ________ dejó escapar un grito y se dio la vuelta al tiempo que se tapaba los pechos desnudos con el vestido arrugado que tenía en las manos. Aquello era como aquel sueño que solía tener en el que se paseaba desnuda por un supermercado. Aunque peor, porque estaba despierta. 
Y, sinceramente, en aquellos momentos, hubiese preferido estar desnuda en una habitación llena de personas desconocidas a estar con Jin. 
-Me has asustado. 
Y todo para intentar escabullirse antes de que él se despertase. Para no tener 
que enfrentarse a lo que habían hecho. A cuantas veces lo habían hecho. 
En cuantas posiciones diferentes lo habían hecho... 
La cama estaba deshecha y los envoltorios de los preservativos estaban tirados por la mesita de noche y por el suelo. ________ se estremeció al recordar cómo se habían acariciado. Lo increíblemente fantástico y sorprendente que había sido. 
Pero no podía volver a pasar. 
-¿Vas a algún sitio? -le preguntó él. 
-Lo siento, pero sí. 
Jin miró el reloj que había al lado de la cama. 
-Es muy tarde. 
Exactamente. 
-Pensé que sería mejor que me marchase. 
Aunque Jin no se lo estaba poniendo fácil. Estaba allí sentado, desnudo de cintura para arriba, como si fuese un dios griego, con aquellos músculos marcados y su piel dorada, y a ella lo único que le apetecía era volver a la cama con él. 
No, ________ . 
Aquello tenía que terminar, y tenía que terminar en ese preciso instante. 
Se dirigió al baño y recogió su bolso del suelo por el camino. 
-Voy a vestirme -añadió-. Ahora hablamos. 
Cerró la puerta con cerrojo y encendió la luz. Entonces dejó escapar un sonido a medio camino entre un grito de horror y una risa de sorpresa. Yeso que creía que la noche ya no podía ir peor. Tenía el pelo aplastado por un lado y de punta por el otro. 
La raya de los ojos se le había corrido y tenía las marcas de la almohada en la mejilla izquierda. Todo lo contrario que Jin, que estaba perfecto. 
Le sorprendía que no hubiese salido corriendo de la habitación al verla. 
Si hubiese habido una ventana en el cuarto de baño, se habría escapado por ella. 
Se lavó la cara y utilizó un pañuelo de papel para quitarse el maquillaje de debajo de los ojos. Luego buscó una goma del pelo en el bolso. Se peinó con los dedos y se hizo una cola de caballo. No tenía ni idea de dónde podían estar su sujetador y sus medias y no tenía intención de ponerse a buscarlos. Tendría que volver así a casa. 
Intentó estirar el vestido lo mejor que pudo. En su empeño por desnudarla, Jin había roto uno de los tirantes y el escote llegaba hasta más abajo de lo normal. Y la parte inferior estaba toda manchada por la copa de champán que se le había caído encima. 
Era el mismo vestido que se había puesto para las dos bodas de Jin Quizás fuese ya hora de jubilarlo. O de incinerarlo. 
________ estudió su reflejo en el espejo y se subió el escote. Estaba pasable. Quizás si alguien la veía con aquel aspecto pensaría que era una mujerzuela. Aunque no pensaba que fuese a encontrarse a mucha gente a las tres de la mañana. 
Oyó ruidos en la habitación de al lado y, por miedo a encontrarse a Jin desnudo, 
gritó: 
-¡Voy a salir! 
Como él no respondió, abrió la puerta y miró hacia fuera. Estaba sentado en la cama, sólo con los pantalones puestos y el pecho desnudo. 
Y menudo pecho. No era la primera vez que lo veía. 
Pero después de haberlo acariciado... ¿Qué era la marca que tenía en el hombro 
izquierdo? Recordó haberle hecho un chupón también por debajo de la cintura, por no mencionar el resto de cosas que le había hecho con la boca... 
Se sentía avergonzada. ¿Qué habían hecho? 
Al acercarse a él se dio cuenta de que llevaba la bragueta abierta. Iba ha decirle que la tenía abierta cuando recordó que ella misma se la había roto para desnudarlo. 
Se habían arrancado la ropa el uno al otro como si ambos hubiesen anhelado aquel momento durante diez años y ya no pudiesen esperar ni un segundo más. ________nunca olvidaría la manera en la que la había penetrado, con fuerza y rapidez, muy profundo. Ni tampoco el modo en que ella había enrollado sus piernas alrededor de su cintura, cómo había gemido y le había pedido más... 
Dios, ¿qué habían hecho? 
Apretó el bolso contra el pecho y buscó los zapatos. Tenía que salir de allí inmediatamente, antes de que hiciese algo todavía más estúpido, como quitarse el vestido y saltar encima de Jin otra vez. 
-Me parece que esto es tuyo -dijo Jin sacando un sujetador negro de encaje y el 
tanga a juego-. Lo he encontrado debajo de las sábanas. 
Fantástico. 
-Gracias -respondió ella quitándoselo de la mano y metiéndolo en el bolso. 
-¿Quieres que hablemos de esto? 
-Si no te importa, preferiría dejarlo y hacer como si nunca hubiese ocurrido. 
Jin se pasó la mano por el pelo negro y corto. Una ligera barba le surcaba el mentón, lo que explicaba que ________ tuviese irritada la parte interna de los muslos. 
-Es una manera de manejar la situación -admitió él casi decepcionado. 
Jin tenía que saber tan bien como ella que aquello había sido un error. Nunca debía haber ocurrido. Y lo que era seguro era que nunca volvería a ocurrir. 
Jin no era un mal tipo. Era rico, guapo y muy agradable, bueno, y también un poco testarudo y autoritario a veces. En ocasiones, a ________ le apetecía golpearlo. Pero también era dulce cuando quería, y extremadamente generoso. 
________ no podía entender cómo no había encontrado todavía a la mujer adecuada. 
Quizás pusiese demasiado empeño en ello. O eso, o tenía muy mala suerte. Era como un imán para las mujeres equivocadas. 

Secretos De Una Secretaria |•| SEOKJIN |•| 《Terminada》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora