Secretos De Una Secretaria |•| SEOKJIN |•| 《Terminada》

Capitulo 7

Al menos, su vida.
Jin estornudó ruidosamente y miró con desdén a la bola de pelo blanco que estaba tomando el sol en la ventana. El gato le devolvió la mirada también desdeñoso.
A Jin no le gustaban los gatos.
Se sentó en el sofá y apoyó los codos en las rodillas y el mentón en los puños.
¿Qué pasaría si estaba embarazada?
Lo cierto era que todo estaba ocurriendo tan rápidamente que él no sabía cómo sentirse al respecto. Lo único que sabía era que si no salía pronto del baño iba a tirar la puerta abajo. No era posible que tardase tanto tiempo. En la caja ponía que el resultado se sabía en tan sólo unos minutos.
Justo en ese momento se abrió la puerta del baño y apareció _______. Jin se puso en pie de un salto. No hacía falta que le preguntase cuál era el resultado, _______ estaba blanca como la nieve.
-Vaya -murmuró él. 
_______ estaba embarazada. Iba a ser padre. Iban a ser padres. Juntos.
_______ parecía estar a punto de desmayarse, así que él se acercó y la tomó entre sus brazos. Ella se dejó caer contra su cuerpo, estaba temblando.
Apoyó la cabeza en su pecho y lo abrazó, y él hundió la nariz entre su pelo. Su olor era especiado y dulce, como a canela y manzana. Jin se dio cuenta de que lo había echado de menos. Algo había cambiado entre ellos aquella noche en el hotel. Algo que dudaba que pudiese volver a ser lo mismo.
Se quedaron abrazados un rato, hasta que _______ dejó de temblar y volvió a respirar con normalidad. Hasta que la rigidez de su cuerpo se fue relajando entre los brazos de Jin.
-Todo va a ir bien -dijo él agarrándola por la barbilla y levantándole la cara.
-¿Qué vamos a hacer?
-Bueno, supongo que vamos a tener un hijo -respondió Jin empezando a sonreír.
El rostro de _______ pasó de la perplejidad al horror. Se zafó de sus brazos y dio un paso atrás.
-Oh, Dios mío. 
-¿Qué pasa? 
-Estás sonriendo. Estás contento. 
¿Lo estaba?
La sonrisa se agrandó todavía más. Jin intentó evitarlo, pero se dio cuenta de que era imposible. Lo cierto era que estaba contento. Hacía cinco años que quería formar una familia. Era cierto que no era así como lo había planeado, y no con _______, pero eso no quería decir que no fuese a funcionar. No quería decir que no pudiesen, al menos, intentarlo.
-Supongo que sí -admitió él encogiéndose de hombros-. ¿Te sentirías mejor si estuviese enfadado?
-Por supuesto que no. ¿Pero te das cuenta de lo que significa? ¿De lo que voy a tener que pasar?
-Vas a tener un bebé, _______. Y no eres la primera mujer en la tierra que pasa por ello.
-Ya lo sé, ¿pero has presenciado un parto alguna vez?
No, pero quería hacerlo. No se perdería algo así por nada del mundo.
-Estoy seguro de que es algo fascinante. 
-¿Fascinante? Yo vi cómo mi madre daba a luz a mi hermano JungKook, el pequeño.
-¿Y?
-¿Has visto la película La cosa? ¿Recuerdas la escena en la que el alien sale del tipo y empieza a salir sangre y tripas? Bueno, pues es más o menos así. Pero dura horas. Y duele por lo menos el doble. Y eso es sólo el principio -continuó _______-. Una vez que ha nacido hay que pasar innumerables noches en vela y cambiar cientos de pañales sucios. No se vuelve a tener ni un segundo para uno mismo, ni un momento de silencio. Gritan y lloran y piden y te asfixian. Por no mencionar que cuestan una fortuna. Luego crecen y van al colegio, tienen deberes y se rebelan. No tiene fin. Te dan preocupaciones hasta que te mueres.
Guau. Jin sabía que a _______ le había marcado su pasado, pero no había pensado que estuviese tan traumatizada.
-Tú tuviste que cuidar de tus hermanos siendo sólo una niña. Tus padres no debieron cargarte con semejante responsabilidad. Ahora todavía estás impresionada, pero estoy seguro de que cuando pase el tiempo y lo digieras, estarás contenta.
_______ cerró los ojos y sacudió la cabeza.
-No estoy preparada para esto. No sé si lo estaré algún día.
A Jin se le pasó una idea horrible por la cabeza. ¿Y si ella no quería tener el niño? ¿Y si quería acabar con su embarazo? Era su cuerpo, así que era ella quien debía decidir, pero él haría todo lo que estuviese en su mano para disuadirla, para hacerla entrar en razón.
-¿Quieres decir que no quieres tener el bebé? 
-Supongo que no tengo elección -contestó ella confundida.
-Todas las mujeres tienen elección.
_______ lo miró aterrada y se puso una mano protectora en el vientre. Jin pensó que probablemente no se había dado cuenta de que lo había hecho.
-No pienso deshacerme de él, si es a lo que te refieres. ¿Qué clase de persona crees que soy? Afortunadamente, no de esa clase.
-Nunca había pensado en criar a un hijo yo solo -dijo él-. Pero lo haré si es lo que tú quieres. 
-¡Por supuesto que no! Yo nunca dejaría tirado a mi hijo. Es posible que mis hermanos me volviesen loca, pero los quiero con toda mi alma. No los cambiaría por nada en el mundo.
-Me estás liando.
-Voy a tener este bebé -declaró _______ con firmeza-. Supongo que... todavía no me lo creo. No era algo que tuviese planeado. Y tú eres el último hombre de la Tierra con el que lo habría hecho. Sin ánimo de ofender.
-No te preocupes -cómo iba a ofenderse si él había pensado lo mismo unos minutos antes. Aunque no había llegado a pensar que fuese la última mujer de la Tierra...
-Mis padres van a matarme -lijo ella tirándose en el sofá-. Todavía piensan que soy una buena católica. Una virgen de veintiocho años que va a misa dos veces por semana. ¿Qué voy a decirles?
Jin se sentó a su lado. Le puso el brazo alrededor de los hombros y la echó hacia él.
Se sentía bien. Aquello era exactamente lo que necesitaba.
-Supongo que no tienes elección. 
-¿Vivir el resto de mi vida en pecado?
-No -la corrigió él con una sonrisa-. Pienso que deberías casarte conmigo.

_______ se alejó de él.
-¿Casarme contigo? ¿Estás loco?
Qué pregunta tan tonta. Por supuesto que estaba loco.
En vez de enfadarse con ella, Jin sonrió. 
-¿Por qué piensas que estoy loco? Si nos casamos inmediatamente, tus padres no sabrán que estás embarazada. Problema resuelto.
¿No le parecía que casarse con alguien a quien no amaba era un problema? Bueno, se querían como amigos, pero eso no era suficiente.
-Los dos estamos exaltados y confundidos. Quizás deberíamos esperar uno o dos días para procesar todo esto antes de tomar decisiones que podrían alterar nuestras vidas.
-Vamos a tener un hijo juntos. Nuestras vidas ya van a verse lo suficientemente alteradas con eso. 
-Estoy de acuerdo. Tenemos muchas cosas en las que pensar.
-Mira, sé que nunca has deseado casarte...
-Y que tú lo estás deseando. ¿No te has parado a pensar que te casarías conmigo por razones equivocadas? Tú quieres casarte con un ama de casa. Alguien que tenga hijos, que te limpie la casa y que tenga la cena preparada cuando llegues del trabajo. Mira a tu alrededor, Jin Mi vida es un caos. Mi casa es un desastre y no compro comida que no pueda calentarse en el microondas en menos de cinco minutos.
Jin no pareció herido por su rechazo, lo que hizo pensar a _______ que casarse con él sería todavía peor idea de lo que ella había creído. Ella nunca podría ser la mujer que él estaba buscando.
Y aunque pudiesen superar aquello, nunca funcionaría. Era un hombre estupendo. Era perfecto en muchos aspectos. Salvo en uno, el más importante. No la quería.
Jin tomó una de sus manos entre las suyas. Tenía las manos rugosas y llenas de callos, de trabajar codo con codo con sus empleados durante años. Quizás fuese el propietario de la empresa y tuviese mucho dinero, pero le gustaba mancharse las manos. Le gustaba sentir el calor del sol en la espalda y respirar el aire fresco. Un día encerrado en la oficina, y se subía por las paredes.
_______ sabía que Jin pondría todo lo que estuviese en su mano para que el matrimonio funcionase. Sería un buen marido para la afortunada que se casase con él.
Pero ella no podía hacerlo.
-Es un gesto muy noble. Pero me parece que ambos necesitamos algo de tiempo para decidir lo que queremos.
-¿Cuánto tiempo? -le preguntó él.
-Voy a pedir cita con el médico. Después tendremos tiempo de preocuparnos del resto.
Quizás el test de embarazo hubiese dado un falso positivo. Quizás lo mejor fuese hacerse un análisis de sangre y averiguar si tenían de qué preocuparse o no.