En la habitación de Alya.
Nino estaba sentado en la cama de su novia, muy nervioso mientras ella caminaba de un lado a otro, igual o más nerviosa.
-Ahora Marinette y Adrien son novios... o algo, no sé, los dos son bien raros y sólo sé que ellos saben que se gustan y seguro su relación tendrá un progreso formidable mientras Adrien no meta la pata o Marinette haga un drama, cosas que seguro van a pasar.
Como sus mejores amigos y personas que empezaron a salir desde antes que ellos, debemos... avanzar más rápido por sí quieren nuestro consejo.Dijo la chica, mirando a su novio que estaba jugando con su celular de manera muy despreocupada.
-¡Nino!
Le grito y el moreno la miró, con timidez.
-Y... ¿qué se supone que debemos hacer?
Su mente era un templo de pureza impenetrable, así que no pensaba en nada cochino con su novia.
Alya, fruncio ligeramente el ceño al ver como Nino se cruzaba de piernas, queriendo ocultar su emoción por pensar en quien sabe que cosa.
La morena, se acercó y se sentó a un costado de su novio, mirando hacía otro lado.
Éso era más incómodo de lo que creía.
-P-podemos ir tomados de la mano cada vez que salgamos juntos, sin importar sí alguien más va con nosotros. - aclaró la de anteojos, algo avergonzada.
No podía creer que estaba siendo tan exigente con Nino por el bien de Marinette y Adrien.
-¿Éso es todo?
Y Nino estaba totalmente desilusionado por lo que pidió su novia.
¡Es un hombre sano y Alya muy bonita, así que no lo culpen!
-¿Se te ocurre algo más atrevido que éso?- preguntó la chica, con el ceño fruncido, curiosa por cualquier sugerencia.
Nino, tosio levemente mientras pensaba en como decirle éso a su novia.
Ésa era su primer y ojala que también sea su única relación por que amaba a Alya, pero...
¿Cómo decirle a tu novia que quieres tener relaciones con ella?
Debió de preguntarle a sus padres cómo fue que se dieron cariño la primera vez.
-Yo... puedes usar mi gorra para que sepan que vamos muy enserio.
Opinó él, no atreviendose a decir lo que realmente quería.
-¡Por favor, son muy inocentes!
Y un gritó de un tercero los asustó a ambos, viendo como Nora salía de un armario.
-¡Nora! ¡¿Qué haces aquí?!- preguntó una muy avergonzada Alya.
Un poco más, y su hermana iba a verla diciéndole a Nino que estaba bromeando y que quería... tener relaciones pero con protección.
Y así, los hormonales de Alya y Nino, la tendrían más difícil gracias a la intervención de Nora.
¡Éso era muy vergonzoso!