13- ODIAR

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La pobre Diabla tiene ojillos pizpiretos, es una persona desconfiada por naturaleza y no se la ponía fácil; el silencio pasaba sin llamar. ODIABA aquellos silencios.     Y odiaba aquellos silencios porque eran los silencios más caros del mundo. Claro, ella pretendía llegar allí y que le dijera qué hacer para arreglarse la vida, irse a <<casa>> y no volver. Pero no funciona así.
Cuando la pobre Diabla no sabía qué hacer con esos silencios decía una tontería. Estaba un poco loca. Pero, claro, es que él era psicólogo y entendía mucho de tonterías. Y de locas.
Extraer sus sentimientos era cómo analizar una piedra. Se resignaba a necesitar ayuda, se rebelaba contra el mundo como buena catorceañera que era por aquel entonces. Ella era genial. Lo mejor. lo mejorcísimo, e independiente del mundo.
La crème de la crème.

La historia de una pobre diablaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora