Destruccion masiva

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Y como había dicho y nunca mentía a la hora de hablar de Skyler. Es cierto de mil formas que nunca terminas de conocer a una persona, pero llevaba tanto tiempo metiéndome debajo de la piel de esa chica extraña que me gustaba cada aspecto de ella, aunque fuese malo.
No había terminado de hablar cuando Skyler estaba en mis brazos acariciando mi rostro lentamente como lo hacia cuando quería tranquilidad.
- ¿Estas segura que quieres que me vaya? - pregunte, deseando que me pidiera que me quedara.
Suspiro. De esos suspiros que te llegan a doler al alma.
- Amor mío, nunca voy a querer que te vayas de mi lado. Te extraño cuando te vas a trabajar por la mañana y no encuentro la manera de callar a mi cabeza hasta que vienes y miras a los bebes repleto de amor. - me sonrió - ¡Maldita sea, te extraño en todo sentido!
- Una chica con boca sucia - soltó una risa pequeña, no muy común en ella.
- Te extraño hasta cuando vas al baño a las 3:10 en punto todos los días, cariño. - me quito la mirada. - Pero no puedo ser egoísta y no dejar que cumplas uno de tus sueños. Si no cumples algún sueño uno de los míos se estropea.
La abrace aun mas fuerte deseando llevármela conmigo. Nos quedamos en silencio mirándonos, sin decir nada. Phoenix no se podía decir que estuviera demasiado cerca de casa. Se me iba a hacer difícil mirar al amor de mi vida por medio de una computadora y de vez en cuando. Más difícil iba ser perderme a mis bebes. Momentos con ellos y no podía esperar a que dijeran otra palabra que no fuera mama y papa.
Skyler no hizo muchas preguntas. Se le veía triste cuando jugábamos con los bebes y justo antes de dormir puso la radio a un sonido bajo y empezó a bailar con Evan en sus brazos. Era todo amor cerca de ella. Una imagen que me iba a seguir el resto de mi vida. Iba a extrañarla.
- ¿Cariño? - dijo justo antes de quedarme dormido.
- ¿Si?
Pude ver como se sentaba sobre la cama. Su figura se miraba perfectamente contra la luna. Pasaron segundos, minutos y no dijo nada. Se levanto y se dirigió al cuarto de los bebes. No la seguí y por no seguirla me quede totalmente dormido.

POV. Skyler
Las pruebas, los bebes, la partida de Eithan me convertían en una parodia de una vida perfecta.
Eithan se iría en dos semanas y yo quedaría de nuevo sola. Seis meses fuera sin el, seis meses sin mirarlo por las mañana, seis meses sin acostarnos frente a la luna. Seis malitos meses. Pero seria un asco de ser humano si le decía a Eithan que se quedara. Seria un asco de amiga si le digo que es una mala idea. Seria un asco de novia si le digo que este a mi lado. No era egoísta. Nunca lo fui. Pero Eithan me pertenecía de una manera más allá de cuerpos. Estaba enamorada de el y eso me convertía en una estupida dependiente.
- Vaya cariño, eso es asqueroso. - me dijo Marinna contra el teléfono.
- Lo se. ¿En qué momento me volví una romántica dependiente de el?
- En el momento que se comprometieron. Juro que ese momento fue tu instante de felicidad. Además siempre has sido una fastidiosa con eso del amor.
- ¡No mientas! - esa fue la primera sonrisa en dos días. - Siempre eres tu la que lloras en todas las películas.
- ¡Tu lloras leyendo un libro! - ambas reímos lo suficientemente fuerte como para que los bebes me miraran extraño. - Eres peor que yo.
- Pero es un secreto de amigas, ¿sabes? Ni siquiera Eithan sabe que lloro cuando leo un libro. Siempre me escondo en el baño cuando viene un capítulo duro para mi.
- Estas loca. Y yo extraño tu locura. ¿Cuándo vendrás a verme?
- Cuando consiga que mis hijos pueda cocinarse e ir al baño solos. - me limpie la nariz.
- ¿estas enferma? - preguntó.
- Mi prometido se ira en menos de dos semanas. Paso llorando 23 horas del día. Creo que mi nariz nunca sufrió tanto.
- ¿Ni cuando te diste cuenta de los trogloditas?
- Eso es muy diferente. A ellos no los podía devolver.
- ¿Y a Eithan si?
- Oh, déjame soñar amiga.
- Muy bien. Prometo de promesa de dedo que te iré a visitar justo cuando terminen las pruebas. Evan y Maiah van a olvidar quien es su tía preferida.
- Eres su única tía, Mar.
- Joe quiere quitarme el puesto.
- Adiós cariño. - dije despidiendo - Te extraño, nos vemos.
- Esto no se queda así.
Era increíble el tiempo que necesitaba con mis amigos. Incluso con mis hermanos. La noche anterior mi padre me llamo con la sorpresa de que mi hermanito había aprendido a dibujar. Justo como nosotros. Se podría decir que el pequeño Michael tenía la misma capacidad que sus sobrinos. Alicia y yo habíamos tenido a los bebes en parecidas fechas por lo que se podría decir que son perfectos amigos para el juego. Papa vendría en octubre junto a toda la familia y se quedarían para las fiestas de ultimo año. Estaríamos todos de nuevo. O eso esperaba.
Me quede sentada frente a la televisión con los bebes pensando en la nada. Las lagrimas caían solas y agradecía que Eithan no estuviera. Me comportaba como la mas fuerte pero también hay corazón. Agradecía también que los bebes no pudieran entender las cosas.
El teléfono sonó. Mire la pantalla cruzando los dedos por que no fuera mi chico.
Logan.
Colgué de inmediato. No tenía ganas de discutir o de hablar con el. No le había hablado desde que salimos al almuerzo. La pase tranquila. No me insinuó nada y no intento pasarse de la raya. No somos amigos pero el esta tratando de ganarme de alguna forma.
Falta de inteligencia. No sabe a quien le pertenezco.
Continuo llamando hasta que mi cerebro se canso y conteste.
- Hola Logan.
- Que eufórica estas últimamente, Sky.
¿Algo anda mal?
- Mi periodo me mata ¿sabes? - fue lo primero que se me vino a la cabeza. - ¿se te ofrece algo?
- Quería invitarte a cenar esta noche. ¿puedes?
- Siempre ceno con mi novio y lo sabes.
- Bueno, ¿podemos dar una vuelta? Estoy cerca de tu casa.
- No sabes donde vivo Logan.
- Me puedes decir y estaré cerca en dos minutos.
- Mira, te agradezco las cosas. Estoy con los bebes y tengo que cambiarlos y esas cosas de madre. Tal vez en otra ocasión con mucho gusto.
- Estaré esperando entonces. - pude oír una sonrisa. - Que te vaya bien en esas cosas de madres.
- Deséame suerte. - sonreí.
La noche continuo y de nuevo Eithan llegaba tarde. Había planeado dos semanas de puro amor junto a el. A veces el hacia la cena o me llevaba a algún lugar. Esta vez planee nuestra cena familiar, junto a los bebes. Maiah al lado de papa y Evan junto a mamá. Era así la mayoría del tiempo.
Pasaron las horas y justo a las diez mi paciencia se agotó al igual que las velas. Tome el teléfono y le marque. Un tono. Dos tonos. Tres tonos. Nada. No seguí insistiendo hasta que a la media noche mi corazón decía que algo estaba mal. Llame a su oficina esperando toparme con un rastro de mi novio.
- Oficina de Eithan Cannon. Tabita al habla.
La perra de Tabita era la secretaria de mi novio. Vaya mierda.
- ¿El señor Cannon se encuentra por ahí?
- Disculpe, ¿quién pregunta?
- Su prometida.
- ¿Skyler? Oh, cariño, Eithan se fue cerca de las nueve con los chicos. Había una fiesta del edificio así que creo que tenía que ir por su nuevo puesto. Yo justo me iba para allá.
- Entiendo...
- ¿No es maravilloso que la mitad de la oficina nos traslademos a Phoenix? Va a ser difícil pero es increíble. Lo siento, hablo siempre de mas. A lo mejor Eithan no te ha comentado nada...
- Me comento unas cosas. - pude escuchar sus tacones resonar contra la cerámica.
- No tengo muchas amigas así que no le comento mi felicidad a muchas personas.
- No entiendo porque...
- Bueno, yo te cuido a Eithan en la fiesta. Tu relájate que esta en las mejores manos.
- Claro.
Colgué antes de decir algo de lo que me pudiera arrepentir. Mis puños de cerraron de nuevo. Mi respiración se entre corto. Estaba enojada. No, furiosa. Me lo había hecho de nuevo. Me dejo con la comida, los bebes y las ganas de verle por alcoholizarse con sus estupidos amigos.
De nuevo. No podía esperar a irse.
Tampoco pudo comentarme su nuevo puesto y el hecho que su sometida secretaria también se iría.
No era la única ocultando cosas.

Al Apodo del Amor (Terriblemente embrazada#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora