17.La escena

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Otra mañana típica de oficina. Me encontraba en una reunión sobre...ni yo misma lo sé, llevo tantas que los temas se me van mezclando.

El caso, allí sentada mientras veía a uno de los asesores soltando cantidad de datos que yo iba apuntando sabiendo que después tendría que descifrarlos por que ahora no estaba prestando mucha atención y sentía que me iba a quedar dormida.

Aiden, Grace y el ochenta porcierto de los asistentes parecían exactamente igual que yo, creo que incluso alguno estaba pintando algo en su libreta y no eran precisamente números y el que estaba a mi lado empezó a jugar al candy crush.

La sala tenía un ambiente denso y pesado, todos los presentes queríamos que finalizara esta tortura de una vez por todas pero el asesor no parecía dispuesto a dejar que nos fueramos.

-Señorita Graham- Rose entró- la están esperando en su despacho.

Gracias universo, intenté ocultar la sonrisa de satisfacción de poder acabar con esto y poder salir y Aiden y Grace maldijeron.

Fui directa hacia mi despacho esperando ver a quién había sido mi salvador al que le debía que me hubiera salvado del ridículo de quedarme dormida en plena reunión pero al verla quise volver: Diana.

-Diana...Marco está en una reunión con un notario.- dije mientras me sentaba en la silla

-Lo sé, vengo a verte a ti- Rose se había marchado y que me dejara sola con ella no me gustaba un pelo.

-En ese caso ¿En que puedo ayudarte?

-Creía que te lo había dejado claro el otro día y que tu lo habías entendido.

-Diana no te entiendo

-Ayer Marco fue a tu casa.

¿Cómo lo sabe? ¿Se lo ha dicho Marco?

-¿Cómo....?

-¿Lo sé? Tengo una aplicación en el móvil de Marco que me dice dónde está en cada momento

- ¿Lo sabe él?- a mi no me interesa pero a mi no me gustaría que Mark me pinchara el móvil

-Eso da igual- eso es un no- Te dejé bien claro el otro día que no te acercaras a Marco y para mi sorpresa descubro que ha estado en tu casa.

- Diana de verdad que te entiendo perfectamente por que yo he pasado por exactamente lo mismo, se lo que son los celos, la impotencia y el miedo...Pero tienes que entender que trabajo con él y eso implica un mínimo de contacto.

- ¿Eso implica que vaya a tu casa?

Suspiré con paciencia y me di cuenta de que la reunión había acabado y ciertos curiosos se estaban arremolinando cerca para enterarse.

-Diana- bajé el tono de voz- ahora no voy a hablar de esto. Ayer Marco vino a entregarme unos documentos urgentes que necesitaban mi firma, ya está.

-¡¿Te crees que soy tonta?!

Me removi incómoda, todo el mundo estaba mirando. Incluso Marco que acababa de salir de su reunión con el notario y nos miraba con una ceja levantada desde su despacho.

-Diana voy a invitarte a que te marches y la próxima vez que quieras hablar de esto que no sea en la oficina.

-Se perfectamente que quieres estar otra vez con él pero no lo voy a permitir.

-Diana te lo repito por última vez te entiendo a la perfección pero Marco y yo trabajamos juntos y aunque no me haga mucha ilusión esto conlleva que tenemos que hablar de vez en cuando.

- y yo te lo repito por última vez aléjate de Marco, tuviste tu oportunidad y por tu falta de confianza e inseguridades adolescentes la desperdiciaste así que ahora déjanos.

Esta tía está de atar. Realmente me planteo que sea una loca que se haya escapado de un manicomio o algo así.

-¿Tener confianza es ponerle una aplicación para localizarle en todo momento?- Boom

-Me ayuda a alejarle de chicas cómo tú- la gente de fuera contuvo el aliento, lo habían oído.

-Fuera,ya o llamo a seguridad- dije intentado estar lo más tranquila posible para no alterar más la situación.

Esta vez ella hizo un gesto de desdén y se marchó.

En cuanto tuve un par de segundos intentando calmarme y fuera los demás habían vuelto a sus puestos entre cuchicheos.

Salí de mi despacho y me dirigí al de Marco. Dentro Rose que le acababa de entre un café le miraba sonrojada y él sin hacerla caso contestaba a un correo.

-Rose, vuelve a tu puesto- dije borde por el enfado que estaba intentando contener. No la pago para que esté todos los días babeando por Marco.

-Si,señorita Graham- respondió bajando la cabeza.

Una vez que me quedé sola con él, me miró.

-¿Que puedo hacer por ti?

-Dile a tu novia que ni se la ocurra volver a montarme una escenita en el trabajo. ¿Sabes la vergüenza que he pasado? . Marco me pongo en su lugar de verdad que sí por que yo he sentido lo mismo que ella pero esto ya ha sido demasiado.

Le dió un trago largo a su café y suspiró

-¿Que te ha dicho?

No soy tan rastrera como para decirselo y hacer quedar a Diana tan desesperada ante él por muy mal que me caiga.

-Nada que no tenga que quedar entre nosotras.

-Hablaré con ella aunque me hace gracia.

-¿Ah sí? Pues yo sigo intentado encontrar el chiste- respondí molesta ¿le hace gracia? Toda la planta se había enterado de lo que había pasado y ahora voy a ser la comidilla de todos.

- Acabas de echar a tu secretaria de aquí por celos y dices de Diana.

-Eres el ser más absolutamente egocéntrico del mundo Marco Ricci.

Cerró su portátil y me dedicó una media sonrisa.

-No todo gira entorno a ti, deja de pensar que todos y cada uno de mis actos van dedicados a ti,por que no es así. Tú no eres el único que ha rehecho su vida, yo tengo mi novio,mi trabajo y mi familia, ya no soy la niña de diecisiete años que se ponía roja en cuanto la mirabas y que babeaba por ti por las esquinas. Ya va siendo momento de que lo asimiles y lo entiendas.

Su sonrisa se esfumó al instante

-Y repito dile a Diana que no voy a permitir ni una sola escenita más- y me fui

Esa Virgen Fue Mía [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora