Capítulo 8

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Los días transcurren con normalidad, mucho más al saber que Sofía se fué de viaje, creo que con su madre, pero a decir verdad me importa un pepino, aunque aún no quiere firmar el divorcio me da paz el saber que estará lejos.
Tn se reincorporó a la empresa y de inmediato la amarré con un buen contrato, buen suelto y buen puesto de trabajo dentro de lo que ella sabe hacer. Eh intentando averiguar sobre su maldito novio pero nunca logro nada, cuando le pregunto o le insinúo algo referente a él, ella sonríe y niega con su cabeza para luego cambiar de tema, ¿qué tanto esconderá de ese fulano?.
Nosé qué me pasa con tn, no me la puedo sacar de la cabeza y siento que está pudiendo conmigo, asique será mejor alejarme. Es encantadora, amable, simpática, tierna y risueña... su maldita sonrisa me atrapa cada vez que hace ese tierno gesto y se le achinan los ojitos. Pero tiene novio y eso me hace retroceder ante ella, sólo sería un jodido problema liarme con ella.
Ayer no me topé con mi chica risueña, da la casualidad que a diario me topo con ella o la veo de lejos, pero ayer no vi ni su sombra.
Hoy fué lo mismo y comienzo a desesperarme, sé que dije que me alejaría pero esa chica tiene un maldito imán que me atrae siempre a ella.
No quiero preguntarle a Zabdiel porque el pelotudo empezará con sus preguntas y sacará conclusiones que no quiero escuchar. Le pido a mi secretaria que averigüe a que hora se fué tn hoy y me dice que no a venido desde antes de ayer, perdí todo el aire que contenía en mis pulmones al escucharla. Busco su información en los archivos de empleados de mi empresa y doy con su número telefónico. Llevo alrededor de 20 minutos sentado frente a mi escritorio pensando si es correcto llamarla o no. Finalmente decido ir a su misma casa para asegurarme que esté bien, quizás solo está resfriada o algo así.
Apenas estaciono el auto afuera de la casa de tn, veo que su hermana viene saliendo con un bolso en su hombro, cuando levanta su rostro sus ojeras casi le llegan al suelo y su expresión de angustia me alarma.
-¿Estás bien?- le pregunto apenas bajo del auto. Ella me mira y sus ojos se llenan de lágrimas.
-Papá está mal- dice angustiada. Nosé si sea correcto abrazarla para calmarla, pero ella se acerca a mi buscando consuelo, la abrazo y cuando logra calmarse se disculpa- lo siento, lo siento, esque... esque la salud de mi padre es delicada y en el hospital no nos dan muchas esperanzas- noto su desesperación en sus palabras.
-¿Ahora vas al hospital o a la escuela?- le pregunto.
-Al hospital, pero no quiero molest...- dice pero la interrumpo.
-Sube al auto a menos que quieras que te suba por las malas y te vayas en el maletero- bromeo y ella sonríe, al menos ya no me mira con desprecio.
Llegamos al hospital y sigo en silencio a la muchacha. Entramos a una sala grande y mi asombro es total, hay unas 10 camas separadas solo por una cortinilla, nisiquiera tienen privacidad aquí. Nunca eh sido clasista ni mucho menos despreciativo, pero este lugar es indignante. Intento no mirar a la gente para no invadir la poca privacidad que tienen, cuando llegamos a donde está el padre de tn, se me cae el corazón al piso, no solo por ver al amable señor conectado de máquinas, pálido y con los ojos cerrados, sino que también por ver a tn sentada en una incómoda silla de madera y durmiendo con su cabeza recostada en la cama de su padre.
-Hermana, despierta- dice la hermana de tn sacudiendola suave, ni siquiera sé su nombre. Tn se revuelve un poco y abre sus ojos, que se fijan de inmediato en mí, su rostro es un poema.
-Hola- le digo y ella es incapaz de responder, solo me mira sorprendida.
-¿Comiste algo?- le pregunta su hermana y tn niega.
-No tengo hambre- responde tn esquivando la mirada de su hermana.
-Tn...- su hermana suspira- no me obligues a regañarte frente a tu jefe.
-Cállate Claudia- regaña tn. Se ve tan adorable enfadada.
-¿Puedes creer que no come nada desde la mañana?- me pregunta Claudia, yo miro a tn con el ceño fruncido- en la mañana solo se tomó un té y comió 2 galletas, eso a sido todo lo que a entrado por esa bocota- río por la forma de tratarse.
-Ven, acompañame- le digo a tn antes de que reclame, menos mal se levanta de inmediato y no debo obligarla.
Le compro un sándwich y un jugo, aunque se negaba a recibirlo, pero cuando me acerqué al tacho de basura amenasando con tirarlo, me lo quitó de las manos y recibió gustosa. Dejé que comiera tranquila y en silencio mientras yo pienso por donde empezar. Luego caminamos y nos sentamos en unas bancas afuera del edificio.
-Lamento ausentarme estos días en el trabajo, le expliqué a Zabdiel ayer pero entenderé si viniste para despedirme del trabajo, no puedo dejar sola a mi hermana y a mi padre, él está muy mal y... y dicen que está muy delicado y siento que si me separo de él lo voy a perder, n... no quiero p... no...- comienza a sollozar y se calla, habló tan rápido que nisiquiera me dió chance de decirle porqué vine realmente. La acurruqué en mi pecho y comenzó a llorar desconsoladamente, como si se hubiese guardado toda esa tristeza dentro y ahora explotó. Luego de varios minutos sesó su llanto y se limpió el rostro con la manga de su chaleca.
-¿Ya estás mejor?- le pregunto y ella asiente sin mirarme, asique levanto su rostro- mírame, no debes avergonzarte... y vine aquí porque estaba preocupado por ti, hace un par de días que no te veía y no quise preguntarle a Zabdiel porque me bombardearía con preguntas- ella sonríe poniendose chinita- te ves bonita cuando sonríes- digo sin pensar y se sonrroja- no vine a despedirte asique puedes quedarte tranquila, no vine como tu jefe, vine como... como un amigo.
-Gracias...- dice tn en un susurro- creo... creo que ya debo irme, deberías ir a descansar, muchas gracias por venir y preocuparte- dice rápidamente, me da un beso en la mejilla y se va nerviosa. Ahora debo cumplir lo que le había prometido. Llamo a un par de conocidos y me comunican con el director de este hospital, una de las cosas buenas de llevar un buen apellido y tener dinero es que no te niegan nada. En menos de una hora tengo en mis manos todos los papeles y autorizaciones que se necesitan para trasladar al padre de tn a una buena clínica privada, sólo falta la firma de mi risueña chinita. Entro nuevamente a la sala donde están y ambas mujeres me observan con grandes ojos.
-Pensé que te habías ido... ¿sucede algo?, ¿estás bien?- pregunta tn preocupada, Claudia solo nos mira en silencio.
-Necesito que firmes esto... porfavor- le doy la carpeta con los papeles y al leerlos abre sus ojos como plato.
-Pero... pero yo no pedí el traslado, tampoco tengo el dinero para pagar esa clínica, te cobran hasta por respirar ahí dentro, no... no puedo- dice y me entrega los papeles.
-Prometiste que me dejarías ayudarte con tu padre, ya te había hablado del convenio que tiene mi empresa con esa clínica y tú eres una trabajadora en ella por lo tanto te corresponde, tu padre al estar inscrito a tu cargo, el beneficio se le puede dar a él también- le digo pacientemente pero la veo insegura- hazlo por tu padre, él lo necesita, allá podran darle mayor atención y mejores cuidados, tienen alta tecnología y los mejores médicos que podrán ayudarlo, si no firmas solo estarás resignandote a que en cualquier momento tu padre fallezca, ¿eso esperas?- ella niega ckn su cabeza y noto que le tiembla el labio inferior. Sé que estoy siendo muy frío y directo con mis palabras pero es la única forma de hacer que firme- firma y esta misma noche trasladarán a tu padre y te prometo que quedará en las mejores manos- ella asiente y firma la autorización mientras caen algunas lágrimas por su rostro.

Qué va a ser de mí ~ Christopher Vélez ● TERMINADA ●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora