Las palabras correctas

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La música era más sencilla que las palabras, pero en sí, la música es sentimiento, y los sentimientos tarde o temprano terminaban complicándolo todo.

Luka no solía mentir, mucho menos a sí mismo, y la verdad era que desde hace dos noches no había podido dormir ni funcionar correctamente, no podía dejar de pensar en las palabras de Marinette, en la convicción de aquella confesión.

Buscaba algo que no se busca ni se encuentra, solo llega, te llega de golpe; trataba de encontrar las palabras correctas para definir sus sentimientos por Agreste. Para abrirse con él y confesarle lo que llevaba callando por meses; sí, callando, por que jamás se lo ocultó ni a él ni a nadie, por que le fue algo imposible de esconder cuando todo su ser lo decía a gritos.

Juleka habló con el para tranquilizar sus nervios, aunque no estaba precisamente nervioso, solo un tanto ansioso. No sabía que decirle a Adrien, o cómo decirselo. No quería ser desconsiderado pero necesitaba ser directo, honesto, para dejar las cosas en claro. Y Juleka no le dijo lo que quería, pero si lo que necesitaba escuchar:

─Sí... Las palabras no son mucho lo tuyo. Escríbele una canción, se te da, y estoy segura de que le gustará. Ambos son músicos, y aunque no deberías aferrarte a lo que tengan en común, si deberías saber compartirlo con él sin que te importen las diferencias.

Luka no estaba tan seguro como Juleka de que sus sentimientos fuesen aceptados y correspondidos por Adrien, pero sus palabras le alentaron. Con el consejo de su hermana, tomó su guitarra con seguridad para empezar a componer la melodía que vivía en el corazón de Adrien.

Terminó al día siguiente por la tarde, después de la escuela, justo a tiempo para enviarle un par de mensajes a Adrien después de almorzar en casa de los Dupain-Cheng.

Adrien
+33 63-51-24

Espero que hayas tenido un lindo día. 💙

6:30 pm

¿Podrías venir al barco? Hay algo de lo que quisiera hablar contigo.

6:31 pm

Igual tú, espero que te haya ido bien en tus clases❤

6:33 pm

Le preguntaré a Nathalie si puedo salir, espero que sí😔

6:33 pm

Casi una hora después Adrien llegó cerca de las 7:36 pm, después de su clase de chino. Entró al camarote de Luka, y lo encontró sentado en la cama, tocando algo distraídamente en una guitarra acústica que jamás había visto en sus manos, solo un par de veces antes, colgada en una pared de la cocina.

─¡Hey!─ le saludó el rubio mientras se sentaba a su lado. Luka le sonrió sin parar de tocar acordes al azar. ─¿Sobre qué querías hablar?

─Me gustaría que solo escucharas, por ahora, y después me dices lo que tengas que decir al respecto, ¿te parece?─ Adrien arrugó el entrecejo, algo confundido e intrigado por la actitud del peliazul. Sin embargo, asintió y tomó uno de los cojines a su alcance para abrazarlo mientras escuchaba lo que Luka quería decirle.

Couffaine no habló, si no que soltó todo lo que había retenido con sus dedos moviéndose sobre las cuerdas, y en el eco de la melodía de sus corazones que retumbó en la habitación y que les llenó por completo. Adrien sonreía involuntariamente mientras disfrutaba de la canción y de la cálida sensación en el pecho que le producía, y le sonrió con las mejillas algo sonrojadas a Luka cuando éste finalizó y lo miró directo a los ojos.

─Esto es algo que había querido decirte desde hace un buen tiempo, pero jamás encontré el momento indicado, hasta ahora. Tu voz, Adrien, es una melodía tan dulce y bella, tan quieta y calmada, simplemente inolvidable, no puedo sacarla de mi cabeza, y sinceramente, no quiero hacerlo. Eres la canción que no paro de escuchar y el acorde que desearía tocar para siempre. La música que llevas contigo y que siempre me das el privilegio de escuchar me hace tan feliz que no sé como explícarlo, pero siento que no hace falta nada más.

Silencio. Un sepulcral silencio se instaló en la habitación. Luka a la espera de cualquier reacción de Adrien, el cual le miraba sin decir nada, totalmente estático, como si se hubiese quedado de pronto sin palabras.

─Espera...─ Agreste por fin rompió el silencio, hablando bajito, como si tuviese miedo. ─... ¿Eso fue una declaración de amor?─ Luka sonrió y dejó su guitarra a un lado de la cama para quitar la barrera que había entre ellos.

─¿No te quedó claro?─ le preguntó al ojiverde, enterneciéndose ante el sonrojo que le cubría hasta las orejas. Adrien tragó saliva y negó, ladeando la cabeza de un lado a otro. ─Sí, Adrien, eso fue una declaración. Estoy enamorado de tí, ¿tú que dices?

No lo esperó realmente, el movimiento fue tan rápido que no lo vió venir. Y cuando después de un par de segundos asimiló lo que estaba pasando, solo atinó a dejarse llevar, abrazando al contrario por la cintura y pegándolo más a su cuerpo.

Adrien lo estaba besando.

Los labios del rubio se movían lentamente sobre los suyos con algo de timidez, por lo que cuando reaccionó, le sostuvo de la cintura y tomó el control del beso. Y entre un par de mordidas, su lengua se inmiscuyó curiosa para encontrarse con la ajena. Adrien subió por completo al regazo de Luka, enredó las piernas alrededor de la cintura del peliazul y se aferró a su cuello y hombros mientras Luka le sostenía de las caderas.

Cuando el beso tomó un ritmo distinto, cuando la desesperación de ambos por tenerse tomó control total de ellos, fue cuando Luka se separó de él y le pidió aprobación con la mirada; a toda respuesta, Adrien le acarició el cabello y le besó en la mejilla. Entonces le dejó por unos segundos al levantarse de la cama para cerrar bien la puerta y ponerle seguro para evitar intromisiones.

Volvió a la cama, y entre más besos y caricias recostó a Adrien sobre las sábanas, acomodándose entre sus piernas. La luz estaba apagada, y la única iluminación en la habitación era la luz de la luna que se filtraba a través de las persianas. Todo estaba en silencio, y los unicos sonidos eran palabras entre cortadas, besos húmedos, el choque de ambas pieles y jadeos que se impregnaban en aquellas cuatro paredes; una nueva melodía inolvidable.

Luka sabía lo que hacía, Adrien solo se dejó llevar, se dejó guiar por lo que sentía. Y ante el brillo de las estrellas, llegaron de la mano al lugar tan anhelado por todos los buenos amantes, al sitio prohibido y desconocido para algunos; la muerte,la vida misma y la transición entre éstas. Cayeron dormidos entre más besos y caricias sobre el lecho, como si solo ese amor fuese capaz de cubrir y sanar corazones rotos, como si fuese suficiente para todo el mundo.









Boyfriend [Lukadrien]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora