El amor que te mereces

9.8K 1.2K 1K
                                    






































Subió al auto sin decir ni una sola palabra, y se mantuvo callado durante todo el camino a casa. Y entre la tensión que habitaba en cada centímetro de la mansión, se movió con sigilo para llegar ileso a su habitación, rogando para que a su padre no se le ocurriera hacerle una visita, por que aunque sabía que tarde o temprano debía enfrentarlo, en ese momento solo quería dormir, y si tenía suerte, podía soñar con un par de ojos celestes.

Por su puesto que no se libró de una llamada de atención al día siguiente, por la mañana, cuando aún no había si quiera despertado y tuvo que despojarse de las sábanas para acatar cada reclamo.

─Confié en tí, Adrien, creí que eras más responsable.

─Lo sé, padre, lo siento.

─Nathalie te llamó y ni si quiera te molestaste en avisarle, o en atender sus llamadas. Le desobedeciste a ella y también a mí.

─Lo lamento mucho.

─¿Sabes qué? Ni si quiera me voy a molestar contigo, estás castigado─ Adrien suspiró y bajó la cabeza, esperando las órdenes de su padre ─Le pediré a Nathalie que recontrate a tus viejos tutores, no volverás al colegio, y tampoco saldrás al menos que yo lo diga, y siempre en compañía de Nathalie y Gorila, y además...

─¡No!

El grito de Adrien silenció a Gabriel de golpe, sorprendido ante algo que el blondo jamás había hecho; levantarle la voz.

─Lo... lo siento─ se disculpó inmediatamente ante la fría mirada que el mayor le dió ─Quiero decir... Por favor, padre, no me hagas esto. Se que estuvo mal, que defraudé tu confianza y en verdad lo lamento, pero no puedes arrebatar mi vida así como así. Por favor, te prometo que no volverá a pasar.

─Las promesas solo son palabras, palabras sin valor alguno.

─Se que te fallé, que no hice lo que esperabas, pero fue solo un pequeño error que no se repetirá. Te lo suplico, padre, todo tiene una explicación─ le rogó a media voz, sintiendo sus ojos esmeralda llenarse de lágrimas.

Gabriel le miraba por sobre su hombro, de pie frente al gran ventanal de la habitación. Miraba de vez en cuando a Nathalie, la cual estaba en la puerta con una tableta en las manos y con el mismo semblante neutral de siempre.

─Entonces explícame, Adrien, ¿qué era eso tan importante que te mantuvo ocupado hasta después de la hora que te establecí?

─Bueno, yo...─ Adrien se interrumpió, tratando de hallar el modo de decir la verdad ─... Yo... estaba con alguien.

─¿Alguien? ¿te refieres a algún amigo?─ le preguntó Gabriel, con la mirada fija en lo que ocurría afuera mientras jugaba distraídamente con el anillo en su dedo.

─No, en realidad estaba con alguien... ya sabes, alguien especial.

Aquelló definitivamente captó la atención de Gabriel Agreste, quien se giró para mirar a su hijo, el cuál ya le miraba de vuelta, moviendo ansiosamente los pies sobre el suelo.

Podría sonar irónico, pero Gabriel respetaba la privacidad de su único hijo. Sí, tenía el control de toda su vida, pero sabía que lo único que no podía cambiar o influir en sí eran sus sentimientos. Tal vez por eso trataba a toda costa de no hablar con él, no sobre ello. Pero la curiosidad siempre ha sido una maldición, una en la que los curiosos abren puertas prohibidas y descubren cosas que les arrebatan el sueño.

─¿Le conozco? ¿conozco a ese alguien 'especial'?─ le preguntó acercándose a él, recargándose en el escritorio en el que Adrien estaba sentado.

─No... Pero si conoces a su hermana menor, Juleka, ella está en mi clase, ¿recuerdas?─ Gabriel asintió y se pasó una mano por el mentón, dudando en todo de sí, sobre como tocar el tema.

─Entonces esta persona es mayor que tú, ¿cierto?─ Adrien contestó que sí, solo por un par de años ─¿Y cómo es?

─¿En serio debemos hablar sobre esto?─ Adrien evadió la interrogante, pasándose una mano por la cara.

─Sí, Adrien, tenemos que hablar de esto si quieres volver a salir de aquí. Además, ¿no crees que es algo de lo que debimos hablar desde hace años?

─Con todo respeto, padre, no tengo idea de lo que estás hablando─ Adrien le sonrió nervioso, tratando de hacer olvidar a su padre lo que estuviera tratando de decirle.

Gabriel se pasó ambas manos por el cabello, desordenando sus platinados mechones en el proceso. Exhaló pesadamente y tomó asiento en la silla de madera al lado de Adrien.

─No hagas esto más difícil para mí, hijo. Solo habla conmigo, cuéntame algo sobre él.

Adrien se enderezó sobre su lugar, alzó las cejas y abrió la boca para negarlo todo, para huir de casa y dejar tirada la conversación si era necesario. Pero ante la serenidad y el cansancio en el rostro de su progenitor, solo cerró los ojos, apretó los puños sobre sus piernas y suspiró con hastío, sintiendo como una gran carga le abandonó.

─Bueno... Él es músico, y de los buenos, es un gran artista. Es bastante maduro y divertido al mismo tiempo, es comprensivo y un gran amigo, tiene un gran corazón, y también...

─¿Te corresponde?─ el mayor interrumpió su parloteo, reafirmando su tono de voz.

─Así es─ contestó el menor con seguridad, sonriendo de lado ante la cálida sensación en su estómago que aquel hecho le daba.

Gabriel asintió y le dió al rubio un apretón en el hombro.

─Si es así, no me interesan los detalles.

Adrien recibió con una risita el breve abrazo que su padre le dió. Y algo que llevaba despierto en el desde tiempo atrás encontró descanso.

Gabriel le revolvió el cabello y antes de irse agregó:

─La vida no es tan fácil como esperamos, pero Adrien, trataré de hacertela un poco más sencilla, siempre y cuando demuestres de lo que estás hecho. Que tu valor esté mucho más allá de nuestro apellido.

─Gracias, padre─ le respondió sonriendo de lado a lado.

─Por cierto, quiero conocerlo, tráelo a cenar esta noche─ fue lo último que le dijo el mayor antes de salir por la puerta abierta por Nathalie.

─Deberías ducharte ahora si no quieres llegar tarde a tus clases─ y por primera vez en mucho tiempo, vió a Nathalie sonreírle con calidez y cariño. Adrien le devolvió la sonrisa y se levantó quitándose la playera cuando estuvo completamente solo en su habitación, caminando con prisa hacia el baño, todo sin poder dejar de sonreír.









Boyfriend [Lukadrien]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora