T R E C E

581 64 8
                                        

Lo prometiste, lo habíamos hablado, planeamos otra salida pues me habías prometido que esta vez sería diferente, habría un festival de música, de presentarían varios grupos y habrían presentaciones varias.

¿Que pasó?, lo volviste a hacer, tu promesa se convirtió en mentira en cuanto me cancelaste de un momento a otro porque preferiste de nueva cuenta a tus amigos, me dolió, y mucho.

Encima no te dignaste a hablarme en toda la noche, lloré como no tienes idea, todo mi llanto era por tí, me sentía tan mal y agotada, más que nada me frustraba el hecho de que por mi cabeza estaba la idea de dejarte, esa idea que parecía columpio, iba y venía. Estaba tan herida del no poder verte me estaba hartando toda esta situación.

Lo que yo en realidad no sabía era que no podía dejarte, porque tenía un apego y un amor tan Grande hacia ti que dejarte sería como abandonar una parte vital de mi misma

Podría decirte que me estaba empezando a acostumbrar pero esa maldita monotonía inicial empezaba a ser frustrante, irritante, insoportable por ende me sentía harta. Estaba enojada, triste confundida. Quería gritar mil cosas al aire.

Mi enojo y frustración fueron extinguidos cuando mi celular sonó, la pantalla se iluminó dando a entender que alguien me llamaba, un amigo tuyo.

-Han asaltado a Villamil— me comentó, sentí como mi corazón se estrujaba ante aquellas palabras, tu amigo me dijo que estabas mal, que te habían hecho daño, y robaron tu teléfono que ese era el motivo por el cual no me habías mandado un mensaje en toda la noche. Me dijo que estabas en casa, pidió que fuera a verte, me necesitabas. Lo hice, salí de mi habitación despavorida corrí las escaleras para hablar con mi mamá le imploré que me dejara ir a ver cómo te encontrabas, como te sentías, le dije que pediría un taxi y volvería por la noche. Corrí con tanta suerte ese día que mi madre accedió a mi petición. Ojalá no hubiese cometido ese acto Juan Pablo.

Promises or lies. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora