DIEZ Y SEIS

583 56 18
                                    

Te volví a perdonar después de aquello, te disculpaste una y mil veces más hasta que terminé por creértela, grave error Karelly, grave error.

Las cosas poco a poco irían bien durante la tarde, tús padres te compraron otro teléfono seguíamos hablando a diario pero no a todas horas como antes, ahora era distinto, hablábamos de una forma tan fugaz, unos escasos "te quiero", como si solo quisiéramos asegurarnos de la presencia del otro.

En esos momentos me sentía devastada a causa de tu indiferencia.

Mis amigas me aconsejaban que te dejara, que si me tratabas de esa forma tan indiferente y simple entonces no me merecías, ni estar a mi lado. Te defendí diciendo que era porque habías estado agobiado por la vez en que te asaltaron y trabajos escolares.

No sabía a la perfección de que o por que te defendía, pero lo hacía.

Las cosas empezaron a empeorar, no me mandabas siquiera un buenos días, ni pedías fotos mías.

Por esos días recuerdo que eran épocas decembrinas así que fui al centro comercial para hacer la compra de regalos navideños, te envié un mensaje diciendo si te interesaba saber lo que compraría. Tardaste bastante tiempo en contestar y fuiste muy seco Juan Pablo, como si no quisieras hablarme.

Me dolía mucho, la manera en que las cosas cambiaron de un día a otro...

Pensé en hacerte un regalo así que me dirigí a una tienda de ropa y zapatos para Caballero, aunque a decir verdad tu actitud empezaba a dejarme en claro que caballero no era precisamente las palabras para describir tus comportamientos hacia mí.

Unas botas Dr. Martens me hicieron pensar en lo bien que te verías, a demás de que eran tu estilo. A pesar de que invertí la mitad de mis ahorros no me importó, eran tuyas, eran para ti.

Promises or lies. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora