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Y ya te vería al fin, aquel viernes.

En la plaza...

Aaaah, mis pensamientos eran demasiados, no tenía nada en que pensar más que en el ¿Como me veo?, ¿Y si me veo mal?, ¿Y si no le gustó tanto en persona?...

Y al fin llegué, te veías hermoso.
-¿Hermoso? -me susurró una voz interior-

Hermoso era poco para describir como te veías ante mis ojos, llevabas unos pantalones beige, botas y una sudadera verde con un estampado de caballo.

Mi corazón tuvo un momento en el que dejó de latir a su ritmo normal para tomar un ritmo tan acelerado cuál caballo salvaje  galopando sin cesar por un prado; Gracias a tu sonrisa tan encantadora, tengo que admitirte que me pareció atractivo como movías tu ceja, de arriba a abajo.

Me sentí tan mal por el hecho de no haberte visto tan pronto como llegué.

Pues 15 minutos antes mandaste un mensaje diciendo que habías llegado y seguido de este llamaste para decir que ya habías comprado las entradas para el cine.

Veríamos una película de superhéroes.

Película a la cual tuvimos que entrar una hora después a la siguiente función pues llegué tarde y no nos dejaron entrar a pesar de ya tener las entradas.

Estuvimos en un parque mientras tú jugabas con las ardillas y yo veía como las perseguías.

Nos tomamos varías fotos, para mi tan especial y anhelada primera cita.

Cuando entramos compramos solo palomitas de maíz y unas bebidas.

Estabas sentado a lado mío pero como no te acomodabas tu pierna rosaba con la mía hasta el punto en el que tomaste mi pierna y la subiste sobre la tuya, preguntaste si no me incomodaba..

-¡Para nada!

Que va, me sentí bien, al principio fue raro.
A pesar de haber hecho eso varias veces con Simón, poner ahora mis piernas sobre las tuyas era una sensación diferente, era raro para mi pero me gustaba.

Al querer agarrar palomitas nuestras manos se tocaron como si viviéramos esa típica película cliché, me culpo estaba muy entretenida pues eran superhéroes; de mis películas favoritas en lo personal, creo que te diste cuenta de eso en ese momento pues yo te expliqué durante toda la película quien era quien y cuál era bueno y cuál malo.

Y yo seguía nerviosa, hablé menos que de costumbre tal vez era miedo a que te enfadaras de mí, pues como tal vez te diste cuenta después yo hablo hasta por los codos.

No podía creer que estuviera tan enamorada de alguien que a penas conocía, alguien que solo había visto en fotos, alguien cuya primera vez que vi en persona fue tan solo un mes y medio de haber hablado solo por el móvil.

Y el momento de decir adiós llegó, me despediste con un abrazo y tu sonrisa.

Me fui tan feliz y soñada.

Me tenías de un ala Juan Pablo, sin mentirte.
Estaba aturdida por ti, estaba tan amartelada por ti como no tienes idea.

Promises or lies. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora