[2ª temporada ya disponible]
Lana Haros es una estudiante extranjera de intercambio en Corea del Sur que pronto conocerá a un grupo de chicos bastante especiales.
Si viajar a la otra parte del mundo no era suficiente, una sonrisa cambiará aún más su...
Estábamos en el aeropuerto. Yo respiraba hondo, todo iba a estar bien.
Estos últimos días los había pasado enteros con mis padres.
Un día, estaba en el parque con los chicos y vinieron a recogerme. Les presenté a todos y realmente fue muy divertido. Los chicos intentaban hablar en inglés y se inclinaban para saludar a mis padres. Mi madre, que solamente sabe español, sonreía para comunicarse. Todos se presentaron y yo tenía que ser la traductora. Chan ya les conocía, así que no hubo problema. Félix y Seungmin, que son los que más inglés saben fueron los que más hablaron. Han estaba algo nervioso e intentaba mantener la compostura, aunque no les había dicho nada a mis padres al respecto. Era mi primer novio y no veía ese un momento adecuado.
La verdad es que pasé algo de vergüenza los minutos que duró, pero lo recuerdo como algo gracioso. Los chicos coincidieron con Han, tengo la sonrisa de mi madre.
Otro día, los Bang y los Haros comimos todos juntos. Fue muy agradable y a su vez una experiencia curiosa para mí. Mis "dos familias" de distintas partes del mundo juntas al mismo tiempo.
Ahora, estábamos los seis en la puerta de embarque teniendo que decir "adiós".
Mi padre no lloró. La verdad, creo que nunca le he visto llorar. Siempre ha mantenido esa faceta de "tipo duro" que nunca llora aunque esté roto por dentro. Mi madre sí. Las lágrimas caían por sus mejillas y empañaban sus gafas. Una vez avisaron que ya debían entrar, los abracé con la misma fuerza que cuando volé de España a aquí.
El aeropuerto estaba lleno de sentimientos. Si girabas, podías ver un precioso encuentro lleno de lágrimas o una dura y triste despedida.
Murmuraba cuánto les iba a echar de menos y que por favor me avisaran una vez hayan aterrizado. Ellos me decían que me querían, que sabían que podía aguantar y que estaban orgullosos de mí. Aunque tengo que decir, que la gente que me rodeaba me estaba haciendo el trabajo mil veces más fácil. Estaba demasiado agradecida.
Agarraron sus maletas, me dieron un último abrazo rápido y desaparecieron de mi vista. Los Bang me miraron con ternura y algo de tristeza. Me dieron un abrazo para tranquilizarme y volvimos a casa.
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***
Me desperté y caí en cuenta de algo al instante. Hoy era mi cumpleaños y se acababa el año. Me revolví entre las sabanas y decidí levantarme.
Cogí mi teléfono y miré la hora. Tenía varios mensajes de los chicos felicitándome. Yangmi me había hecho un collage. Les agradecí con millones de gracias, emoticonos de corazones y bajé a desayunar.
— ¡Hermana! - Canturreó Chan. - ¡Felices 17! Por fin creces.
