"Prepárense para aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Incheon."
Eso entendí de la traducción en inglés de lo que dijo la azafata.
Me encontraba ojeando un libro de coreano para principiantes intentando entender algo. Me había estado aprendiendo el abecedario gracias a vídeos de YouTube y al menos controlaba cómo introducirme a la gente. Vamos bien.
¿Sabéis cuando sentís que tenéis que huir lejos? Pues así acabé en un vuelo de 14h a Seúl, Corea del Sur. Mis padres estaban de acuerdo y me apetecía arriesgarme. No consideraba este viaje como una huida, si no una búsqueda de respuestas a las preguntas que mi "antigua vida" me había dejado.
Al aterrizar busqué mis maletas, hice lo necesario sin perderme demasiado y busqué a mi familia de acogida en la salida, ya que no era mayor de edad.
Un señor de piel un poco oscura, ojos rasgados y gafas, junto a una mujer muy bonita y algo bajita y un chico de mi edad alto y rubio sujetaban un cartel con mi nombre.
Me acerqué sonriendo pero a la vez muerta de miedo. Iba a pasar con ellos un año de mi vida. En mi cabeza estaban pasando todo tipo de frases para rezar y vocecitas que me decían que todo iba a salir bien. Había hablado un par de veces con ellos por correo, sabía cómo lucían y lo más importante, que saben inglés ya que vivieron en Australia.
— Annyeonghaseyo - Dije mientras hacía una pequeña reverencia para mostrar respeto. - Soy Lana.
— Hola, encantado. Soy Bang Chan - Dijo en un perfecto inglés mostrando unos adorables hoyuelos.
"¿Qué guapo es no?, ay no, Lana, que es tu nuevo hermano. Vale, vale, ya está."
Chan me presentó a sus padres, los cuales parecían una familia realmente encantadora. Los nervios que tenían empezaron a disiparse. Parecían felices de verme, y yo estaba de verlos a ellos.
El padre me ofreció algo en coreano, y lo único que pude entender fue "Por favor". Chan hizo de traductor, e hice como me pidió, dejarle llevar mis maletas mientras le sonreía y decía gracias.
Chan haría de intermediario entre sus padres y yo, ya que aún no sabía cómo seguir una verdadera conversación en su idioma, y no quería que se acostumbrasen a hablarme en inglés puesto que no aprendería nada. Suena muy responsable de mi parte.
Nos montamos en su coche mientras yo me fijaba en todos los detalles de cada lugar. Seúl parecía una ciudad preciosa y moderna. Era una locura ver paisajes que había imaginado o visto antes en fotografías. No parecía real, parecía un sueño profundo del cual no quería despertar.
Chan iba haciendo bromas por el camino y entre todos el trayecto se hizo muy agradable. Me preguntaron qué tal me había ido el viaje, cómo me encontraba, si estaba bien... se notaba que querían que me sintiera a gusto.
Si esta iba a ser mi vida ahora, no estaba nada disgustada con ella.
***
La casa no estaba en el centro de la ciudad, pero no era algo que me importaba. La fachada tenía un aspecto oriental que me encantaba. Mi nueva familia me miraba sonriendo para ver mi opinión, y al ver que daba pequeños saltitos, no pudieron evitar reír. Siempre me dijeron que era muy expresiva.
La casa tenía tres pisos y contaba con un garage. En el primer piso estaba el salón, y la cocina, junto a un baño. En el segundo, en cambio, habian dos habitaciones y dos baños. Finalmente, en la buhardilla estaba mi habitación y un baño. La casa no era para nada pequeña, estaba llena de colores cálidos y la decoración era muy elegante.
Las paredes tenían muchas fotos y entre ellas reconocí a Chan de pequeño vestido con su uniforme escolar.
Horas más tarde después de organizar todo y de que me enseñaran el lugar, me quedé admirando la cual sería mi nueva habitación. No era grande, pero era acogedora. Tenía espacio para decorarla, y me dieron permiso para pintarla del color que eligiese. Era la buhardilla por tanto las paredes tenían la forma triangular del tejado.
Era tarde, y a esa hora en Corea ya se ha cenado. El sándwich y refresco que me tomé en el avión hicieron que mi estómago no rugiese por comida.
Alguien tocó a mi puerta con una melodía divertida mientras mandaba mensajes a mis familiares diciéndoles que todo estaba bien. Era extraño pensar en cuánto tiempo iba a pasar sin verles.
— ¿Chan?
— ¿Tanto se notaba? - Rió mientras asomaba la cabeza.
Su sonrisa era muy bonita, y mostraba calidez. Además, esos hoyuelos le hacían ver muy tierno, aunque fuese alto y tuviese unos músculos espectacul... quiero decir, aunque fuese alto y fuerte, sí.
— Quería hacerte compañía, para que no te sintieses sola.
— Komaweo. - Le agradecí en mi pobre acento coreano.
Di dos golpes en la cama para indicar que se sentase. Se sentó con los pies cruzados en frente de mi. Le imité.
— Me gustaría conocerte, ya que pasaremos mucho tiempo juntos. - Dijo.
— Igualmente. ¿Qué quieres saber? - Respondí riendo.
— Repasemos datos simples. ¿Edad?
— 16. ¿Tú?
— 17, enana. - Me miró desafiante. - ¿Familia?
— Dos padres trabajadores y ocupados. ¿Color favorito?
— Qué mierda de pregunta, Lana Haros. - Soltó una carcajada. - Azul. ¿Y tú?
— No te rías. Aún no lo tengo claro. ¿Cuántos idiomas sabes hablar?
— Inglés, coreano, japonés y un poco de chino y griego. ¿Hobby preferido?
— Dibujar y escuchar música ¿Tú?
— Salir con amigos, escuchar música y rapear.
Y así empezó una ronda de preguntas que se alargó durante la noche, que me hizo estar más contenta con la decisión que tomé venir y me ayudó a olvidar el fastidioso Jet Lag. Chan era muy abierto y sociable. Me sentía tranquila con él y pensé que podíamos entablar una buena relación de amistad, teníamos cosas en común. Sentía que no me faltaba nada.
Sin lugar a dudas, me quedé con ganas de escuchar a Chan rapear con sus dos amigos, los cuales llamó Han y Changbin.
La nueva Lana comenzaba ya, y no había marcha atrás.
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Soy Han biased ñeñeñe, así que aquí está el primer capítulo. Espero que os haya gustado. Votad si es así :)
Ojalá esto tenga futuro.
Aitana
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Good To Love | Han Jisung
Fiksi Penggemar[2ª temporada ya disponible] Lana Haros es una estudiante extranjera de intercambio en Corea del Sur que pronto conocerá a un grupo de chicos bastante especiales. Si viajar a la otra parte del mundo no era suficiente, una sonrisa cambiará aún más su...