33. Una despedida a la fuerza

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Lana

Me desperté y Han aún estaba dormido sobre mí. No podía verlo bien, pero su respiración tranquila y su pelo revuelto me transmitían mucha paz. Tenía mis brazos alrededor de él, y él los tenía a mis costados. Su mano estaba cerrada en un puño, y me parecía la cosa más tierna del mundo.

Su olor y su presencia me habían hecho sentir en las nubes. Las dos veces que había dormido con él habían sido las mejores. No había pesadillas, ni interrupciones, ni nada de lo que preocuparse.

No quería despertarle, así que me quedé mirando al techo pensando en lo bonito que era el momento y lo bonito que era él. Le quería, le quería mucho, y sabía la suerte que había tenido de poder decir que había sentido todo lo que había sentido.

Oí un pequeño ronroneo y como se movía ligeramente. Le acaricié la cabeza y susurré. — Buenos días.

— Buenos días - Respondió con la voz adormilada. - ¿Llevas mucho tiempo despierta?

— No.

Se incorporó un poco y me miró. Tenía los labios hinchados, los ojos entrecerrados y las mejillas algo sonrojadas. A su lado debería verme horrible, ya que él parecía fuera de este mundo. "Ajá, él sin lugar a dudas es el atractivo de la relación."

— ¿Has dormido bien? - Preguntó con una sonrisa mientras se frotaba un ojo.

— Sí - Respondí y apoyé mi espalda en el cabecero de la cama.

— En las películas siempre se besan cuando se despiertan, pero creo que debería lavarme los dientes primero.

Reí. — Qué le jodan a los clichés.

Cogió su móvil de la mesilla. — Son las 10, no hemos dormido mucho. No me quiero levantar - Dijo cruzando los brazos y apoyando la cabeza en mi regazo.

— ¿Quieres que suba algo para desayunar rápidamente y después nos quedamos aquí tumbados hasta el fin de los tiempos?

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— ¿Quieres que suba algo para desayunar rápidamente y después nos quedamos aquí tumbados hasta el fin de los tiempos?

— Me parece el mejor plan del mundo. Gracias, Lana-ssi - Dijo esbozando una sonrisa.

— Vale, ahora vuelvo - Dije antes de posar un beso sobre su cabeza.

No llevaba las lentillas y no veía muy bien, así que tenía miedo de caerme por las escaleras o confundir el zumo con lejía o algo por el estilo. Llegué a la cocina y busqué algo fácil de hacer. Saqué del armario pan y lo metí en la tostadora. Después, vertí un poco de zumo de naranja que había en la nevera en dos vasos. Coloqué todo en una bandeja y cogí servilletas.

— Buenos días - Dijo Bora dándome un pequeño susto. - ¿Qué tal habéis dormido?

— Buenos días, - Sonreí -  hemos dormido bien. ¿Es una molestia que comamos esto en la habitación?

— No, no te preocupes. - Miró la bandeja - Jisung es un mimado, tiene suerte - Dijo tras reírse ligeramente.

Subí a a habitación con cuidado de no volcar nada y dejé la bandeja sobre la cama. Han estaba sentado con las piernas cruzadas sobre esta. Había puesto algo de música de fondo. Siempre estábamos rodeados de música.

Good To Love | Han JisungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora