[2ª temporada ya disponible]
Lana Haros es una estudiante extranjera de intercambio en Corea del Sur que pronto conocerá a un grupo de chicos bastante especiales.
Si viajar a la otra parte del mundo no era suficiente, una sonrisa cambiará aún más su...
Ya había pasado 1 semana y media de instituto. No podía asumir que ya tuviese tres trabajos y dos exámenes que hacer.
Era jueves, y nada más llegar a casa, me quité la pulsera — que me había regalado Félix en Navidad — y me quité el uniforme para darme una ducha. No era de esas personas que necesitan el agua hirviendo, así que las gotas templadas mojaron mi cuerpo mientras susurraba letras de canciones que no me atrevo a cantar en voz alta.
Siempre he encontrado inspiración en lo cotidiano. En un paseo, en la lluvia, en una cara conocida... Esta vez, al mirarme a mi misma en el espejo, con el pelo mojado goteando por mis hombros, y una gran toalla rodeándome, recordé las palabras de Han. Me miré a mí misma, y caí en cuenta que debía dejar de criticarme. Como me dijo Jeongin, "la vida es más fácil cuando piensas menos." Eso intentaría hacer.
El rostro que veo en el espejo, soy yo y nadie más. No debería tener vergüenza de mí misma. A partir de ahora, trataría de ver lo positivo en lo que me rodea, en mi persona y en todo lo bello del mundo que compensa todo lo malo e ilógico que hay. Han me amaba así, y es muy importante que yo me ame también.
Al salir, me sentí preparada y con la energía para volver a escribir. Mientras mi pelo se secaba, ojeé algunas fotos que Han y yo teníamos juntos en mi teléfono móvil. En mi cumpleaños, en el parque, con la nieve, en casa de alguno de los chicos, en el patio del instituto, en su habitación... En todas ellas, salgo sonriendo de oreja a oreja. Mi sonrisa demostraba que estaba feliz, así que, ¿por qué odiarla?
Mientras miraba las fotos, también sonreía. Han me hacía sonreír, y yo trataría de hacerle sonreír con la tinta de mi bolígrafo.
"Eres tú Han, lo sé, desde hace muchos sueños atrás..."
***
Estaba mirando al techo con el móvil entre las manos. Me entretuve en Instagram, mirando las publicaciones recientes de los chicos.
Una de ellas, era una historia que había publicado Han en la cafetería. Sonreí como una estúpida enamorada por varias razones. Una, por la foto y dos, por la canción que había puesto.
Otra de ellas, era la historia que había publicado Félix de camino a casa. Les respondí a ambos y proseguí.
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