Good To Love | Han Jisung

82. Deshonestas sonrisas

Miércoles 19 julio

Lana

Tendrías que haberme llamado ayer, Han. Jeongin te lo pidió.

Estuve todo el día mirando mi teléfono móvil. Por la mañana pensé que era demasiado pronto, por la tarde pensé que estarías ocupado, y al pasar la noche me di cuenta de que tu llamada nunca llegaría.

¿Qué eran todas esas cosas que estaba sintiendo en mi interior? Tenía muchas dudas.

Parecía que te estabas escurriendo de mis manos. Estabas distante. Te alejabas poco a poco, como si ya no me vieras más. ¿Estabas cegado por el trabajo? ¿Era eso?

¿Necesitabas un abrazo?

¿Necesitabas que nos tumbásemos juntos mientras la luz de la luna entraba por la ventana? Eso era todo lo que solíamos necesitar.

Y eso era lo que yo necesitaba para volver a sentirme bien. Porque me sentía rara, tengo que admitir. Me sentía como el último corredor en una carrera. Veía tu figura desde atrás, mirando el dudoso cielo mientras corrías. Pero ahora no era el momento de estirar el brazo y dar dos toques en tu espalda para que te dieses la vuelta y me mirases a mí.

Quería que me abrazases fuerte, porque dentro de poco no iban a quedar muchos días para que pudieras hacerlo.

Cada vez las noches eran más frías para mí. Soñaba con meternos bajo una manta y ver una película mientras acariciaba tu mano y tú me rodeabas como si quisieras quedarte ahí para siempre. Pero claro, aunque tú también quisieras... no podrías. Porque estabas ocupado, era eso. Este camino por el que estabas pasando era tu encierro, pero a la vez era tu libertad.

Y es que cada día estabas brillando más, y cuánto más brillante eras, más me temblaba el cuerpo. Debería haberme preparado para esto.

Ah, perdona. Me sentía ansiosa. No sabía por qué mi mente era así. Era como que todos mis pensamientos estaban enredados. Pero bueno, no quería hablar de mí. Yo estaba bien, tú tendrías más que contar. Quiero decir, te estabas preparando para un showcase y ya eras toda una celebridad. Así que, háblame de ti.

¿Qué sentías tú? ¿Estabas estresado? ¿Cansado? ¿Me echabas de menos siquiera?

Tenía muchas ganas de que volvieses a tener tiempo y así poder charlar contigo durante horas como antes. Parecía que habían pasado años desde la última vez, por muy desmesurado que sonase. Pero es que para mí esos pequeños momentos lo eran todo, y esperaba con todo mi corazón no haberlos tomado por sentado.

No podía sacarte de mis pensamientos. Te imaginaba entrenando asustado por el futuro y solamente me daban ganas de ir a por ti y parar el tiempo para que pudieras respirar. Quería tu felicidad. Lo sabías, ¿no?

Miré tus fotos en mi galería todo el día con una sonrisa tonta en el rostro, también miré aquellas en las que salían los demás. Además, no tenía ninguna otra cosa que hacer estas semanas sin vosotros.

Quizá estaba sintiendo tanta nostalgia porque era de madrugada, y la noche siempre fue más pura que el día. La noche era el mejor momento para pensar, soñar... todo parecía más intenso y más real. Era como que el significado de cada cosa existente cambiaba por uno nuevo y más profundo para hacernos ver todo desde otra manera que no podía ser vista cuando salía el sol.

Y no sabía si era una mala idea o no, pero quise llamarte. No había sabido nada de ti en una semana y quería escucharte. Eran casi las dos de la madrugada y tras marcar tu número, comencé a mover mis manos intranquilamente sobre el escritorio de mi habitación.