Narrador externo
Muchas cosas estaban ocurriendo en la vida de los diez jóvenes. Por una parte, estaban aquellos que disfrutaban de sus regalos de Navidad, la compañía de sus familias, el poder estar tumbado sin tener nada que hacer o el ser libre y explotar su adolescencia por unos días.
Por otra, estaban aquellos que tenían emociones muy fuertes. La relación de Changbin y Félix era cada vez más poderosa. Estaban más unidos que nunca, se regalaban sus primeras veces y vivían experiencias que nunca antes habían vivido. Se podría decir que se complementaban a la perfección.
El joven de la cara de pecas se moría de ganas de gritar a los cuatro vientos que era gay. Quería por fin ser el mismo. Quitarse todas esas cadenas y amar en público. Pero no era tan fácil. Corea del Sur era un país en el que el matrimonio homosexual no estaba permitido y donde las manifestaciones eran interrumpidas por asociaciones que juraban poder curar la homosexualidad. Félix pensaba que eso era una tontería. ¿Cómo se van a cambiar los sentimientos de alguien? El amar no entiende de géneros.
Cada vez que el rubio tenía las palabras adecuadas para decirle a sus padres la verdad, su lengua no lograba pronunciarlas. Sentía que se congelaba. Lo había intentado varias veces. Había ensayado en su habitación, con Changbin, pero cuando llegaba el momento se echaba atrás. "No tienes porque hacerlo ahora" le decía su novio. "Hazlo cuando te sientas preparado".
Por otro lado, Han quería enseñarle muchas cosas a Lana. Pero le gustaba cuidar de los detalles y disfrutar cada pequeño momento. Él la quería, de verdad lo hacía. Cuando pensaba en Lana, una sonrisa se expandía por su rostro y quería escribirle miles de canciones de amor. Sí, la relación no había durado mucho todavía, pero los sentimientos llevaban meses cultivándose y ahora les llegó el turno de explotar.
Para ella también. Cada vez que el joven se iba, ella no podía esperar a volver a verle. Quería acurrucarse a su lado pacíficamente o saltar al vacío de su mano y sentir la adrenalina. No había punto medio. Lana tenía sus fantasías románticas que había leído metidas en la cabeza, y todo lo que Han le estaba dando era mil veces mejor que lo que se había imaginado. Una cosa era imaginarte un beso, y otra sentirlo. Y otra totalmente distinta era que te lo diese Han Jisung, que para Lana era la definición de etéreo.
El 26 de diciembre, Chan subió a la habitación de la extranjera.
— Lana, ven - Dijo estirando la mano.
Lana le cogió la mano dudosa y le siguió. Bajaron las escaleras y llegaron al salón donde estaban los señores Bang.
— Te tenemos un regalo de Navidad - Explicó Chan.
A la chica de pelo rizado se le abrió la boca en sorpresa. — ¿De verdad?
— Sí. No podíamos dejarte sin nada por nuestra parte - Respondió Helena.
— Queríamos que recibieses algo por Navidad también - Añadió Edward.
Lana tenía una sonrisa que demostraba confusión pero emoción a la vez.
— Abre la puerta - Ordenó el rubio, que escondía sus manos detrás de su espalda algo nervioso.
Lana señaló la puerta principal. Chan asintió.
Algo nerviosa, Lana agarró el pomo dorado y abrió la gran puerta marrón. Sus ojos se abrieron como dos platos, su mandíbula casi tocó el suelo y no pudo evitar emocionarse.
— Hola cariño.
La dulce voz de su madre llegó a sus oídos y saltó corriendo a los brazos de sus padres. No podía creerse que los tuviese delante. No les había visto desde agosto.
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Good To Love | Han Jisung
Fanfic[2ª temporada ya disponible] Lana Haros es una estudiante extranjera de intercambio en Corea del Sur que pronto conocerá a un grupo de chicos bastante especiales. Si viajar a la otra parte del mundo no era suficiente, una sonrisa cambiará aún más su...