#2: El señor

2.3K 152 22
                                    

















Puedo ver sus caras de confusión, el Sr.Hoffman esta algo extrañado, me observa ceñudo por unos instantes.

—Hope —carraspea —Hope, tome asiento — dice él, me dirijo a una de las últimas filas, donde se encuentra mí asiento.

Algunos me observan entre uno que otro murmullo. Me acomodo y busco a Anie, me está lanzando una mirada mezcla de sorpresa y preocupación, suspiro y alzó los hombros; no creo que sea para tanto, en unos dos o tres días se van a olvidar de esto.

Una extraña sensación se agolpa en mi nuca, de reojo veo a O'Connor, mirándo hacia mí dirección ahora con el ceño fruncido y una leve sonrisa estilo mona lisa ¿Qué tanto mirá?

Odioso

No es que me caiga mal, solo me irrita que a veces sea tan frío con las chicas, siempre que  alguna armada de valor pero con notable nerviosismo se le acerca a entablar conversación, él, a lo mucho le da algo de importancia respondiendole con monosílabos o ignorandola por completo. Antes pensaba en la posibilidad de que sea gay, pero desde que lo vi mirar el escote pronunciado de una de ellas descaradamente esa idea quedó descartada.

Toca la hora de salida.

— Jóvenes no olviden sus celulares de la caja  —la caja es la alternativa que ideó el Sr. Hoffman para evitar el uso del celular en clase — feliz vacación muchachos — todos se levantan de sus asientos en fracción de segundos.

Siento la pereza dominar mí cuerpo, no quiero salir del curso, sumado mí pereza al hecho de que sé que todos van a andar con el chisme del ridículo que hice aquí adelante.

Para mí sorpresa O'Connor sigue en el aula, se incorpora al mismo tiempo que yo, levanta el rostro y me observa con una mirada petulante antes de salir del curso, me deja fría, al parecer me he ganado su despreció.

—Hope, quiero hablar con usted —me llama el profesor y el pánico se hace presente botando a la pereza de mí cuerpo.

No puede castigarme el último día de clases ¿Cierto?

—No se preocupe no es nada sobre el incidente de aquí adelante.

—Menos mal—suelto una risa forzada —quiero disculparme Sr. Hoffman. No fue mí intención interrumpirlo. No va a volver a suceder.

— No se preocupe —hace un ademán con la mano para restarle importancia — en realidad, quería avisarle que me tome la atribución de inscribirla en las olimpiadas de matemáticas que se aproximan.

—¡¿Qué?! — exclamo, luego me tapo la boca al ver su reacción,  completa seriedad-—este... yo — tartamudeo —yo no creo que pueda...

—Confío en usted, es de las mejores en mi materia, no me va a defraudar o ¿si? —su rostro muestra súplica. ¿Me está suplicando?

—Con todo respeto...

—Por favor Hope, usted es mí última esperanza, si no consigo a una persona más para el equipo, Berkeley no podrá participar en las olimpiadas.

Me quedo callada. Si bien soy buena en matemáticas no es mí pasión ni mucho menos algo en lo cual me quiera involucrar mucho.
Pero el hecho de ser el motivo por el cual tu escuela no pudo participar en las olimpiadas anuales, no me agrada.

—¿No existe nadie que pueda tomar mí lugar?

—Es impresindible, solo lo puede hacer usted. Revisé los promedios de todos mis alumnos y Hope, usted es la única con promedio alto que queda. Recuerde que el último curso se gradúa del instituto en estas vacaciones llevándose a la mitad del equipo. ¿Acepta?

Tu Existencia Complica La Mia©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora