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Yo consolé a una persona que quería estar contigo. Yo le dije que lo mejor que podía hacer era alejarse de ti, y que no entendía cómo podía anclarse tanto con alguien que le dejó claro que no pasaría nada más. Ella me dijo una y otra vez que por más que se repetía eso en su cabeza, su corazón no podía dejarte ir porque eras realmente diferente. Especial. Yo no la entendía y quería golpearla por ser una tonta.

Pero después, entendí a la perfección a lo que se refería.

(...)

JungKook estaba molesto. Su amiga era demasiado llorona, parecía que le gustaba sufrir. Haría todo lo que fuera para verla feliz de nuevo, no le gusta que su nariz esté roja, ni que sus ojos se vean aguados, ni que por más que lo intentara, ella no mostrara ninguna sonrisa.

¿Por qué sufrir por amor? Ella era hermosa y si lo deseaba, podía conseguirse a cualquier otro chico que se le cruzase. ¡Era una tonta!

Quería ir a hablar con aquel cobarde, decirle dos cosas que seguramente no le gustarán en lo absoluto. Pero claro, Hoseok tiene demasiados amigos que podrían verle mal o molestarle si lo hacía, así que lo único fiable ahora era consolar al pobre corazón de su amiga. Además, ni si quiera era tan guapo como para que le esté llorando este río, había conocido a muchos hombres mejores y con un poco de empatía por los demás. Hoseok solo era otro más, nada especial.

Caminando por los pasillos, se dio cuenta de que el rompecorazones se acercaba lentamente a él, con esos aires de grandeza que siempre tenía. No le agradaba, mucho menos después de que encontró a Sunmi tratando de matarse en un baño. ¿Acaso a él no le importaba en lo absoluto? Porque no le ve acercarse, y claro, ella a veces puede ser un poco intensa, pero JungKook siempre desearía lo mejor para sus amigos. Ella era su amiga.

—¡Kookie! —Llamó su atención, utilizando ese apodo que tanto odiaba y que él mismo había inventado. Así que molesto, gira su cuerpo ciento ochenta grados para poder verle y decirle todo lo que tenía que decirle. —¿Tendrás de casualidad, la tarea de Biología? Estuve muy ocupado ayer y no pude ni abrir el libro...

Hoseok era demasiado convenenciero, no hablaba con JungKook mas que para alguna tarea, y ahora que está pasando todo con su amiga, pues tendrá que irse olvidando del amable Kookie.

También era muy lindo, sí. JungKook sabía apreciar la belleza de los demás. Pero él nunca fue su tipo de hombre, de hecho, era todo lo contrario. Y si en algún momento le ofrecieran mil dólares por darle un beso, seguramente los rechazaría. Su primer beso no sería con el patán más patán de todos los patanes.

Su mirada se quedó seca por unos cuantos instantes, el chico era más bajito que él y de alguna manera se sentía superior. Así que con toda la seguridad está dispuesto a negarse y ser muy grosero, tajante y hasta odioso. Aunque... pensándolo mejor, si hablaba con él y lograba ganarse un poco su confianza, podría de alguna manera ayudar a su amiga. No para que revivan algo que no funcionaría, si no para que Hoseok hablara con ella y le dijera que lo suyo jamás pasaría. Así todo mundo dejaría de molestar a Sunmi por demostrar sus sentimientos, dejaría de llorar y por lo tanto podría ser feliz de nuevo. Era una buena idea.

Era una idea que lo llevaría directamente a una etapa muy extraña de su vida.

(...)

Recuerdo que ni si quiera me di cuenta cuando empecé a sentir cosas por ti. Todo era tan extraño porque de un día para otro ya te esperaba en mi lugar para poder platicar, para que tomaras mi mano y me dijeras cosas bonitas que me hacían ponerme más nervioso que un perro chihuahua. No olvido que eras muy pequeño, que tenía que mirar hacia abajo cuando hacíamos equipo en educación física, que me quedaba embobado viendo tu perfecta nariz porque era lo único que veía desde mi lugar y tampoco que mis pensamientos, la mayor parte del día, se trataban de ti.

Era la primera vez que empezaba a sentir las dichosas mariposas. Sabías perfectamente cuándo y cómo llegar para que mi corazón siempre empezara a latir de manera desesperada, y Dios, eso era tan nuevo para mí que me empezó a dar miedo. Tomé cartas en el asunto y acepté, después de una larga charla con la almohada, que efectivamente sentía cosas por ti totalmente diferentes a la que debería sentir por un amigo normal. Y se sintió muy bien, como si me hubieran quitado una carga de encima. Pero yo era demasiado cerrado, no podía pasarme eso porque significaba que tendríamos que ser novios y yo no sabía cómo funcionaba. Además, cuando confesaste sentir lo mismo creí que era imposible, que mentías porque ¿Cómo podía gustarte si no era el más bonito? Era extrañamente aterrador.

adiós | HopeKook |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora