Izuku estaba feliz, Katsuki se había abierto completamente con él y ambos habían comenzado a planear un futuro.
El siguiente paso sería avisar a Aizawa y a Yagi sobre la decisión de Katsuki de buscar a sus padres, después de todo consideraban importante su aprobación, omitiendo, claro está, su reciente decision de traer al mundo un nuevo integrante de la familia, ambos esperarían un poco más de tiempo.
Al día siguiente ambos hablaron seriamente con Yagi y Aizawa quienes no se opusieron a lo que ambos jóvenes habían acordado.
—Por nosotros no hay ningún problema, te ayudaremos en lo que podamos y en caso de que los...—.
—Cuando los encuentres—corrigio Aizawa.
—Cuando los encuentres me gustaria ofrecerte esta casa tambien para ellos—Dijo Yagi.
Katsuki estaba mas que agradecido, ni el mismo sabia que cosa habia hecho para merecer semejante premio en su vida, tal como Izuku lo era.
Uraraka al enterarse no habia podia permanecer en silencio y aquella decision pronto fue del conocimiento de casi todos los empleados y habitantes de la mansion, los unicos que se enteraron mas a detalle fueron Eijiro y Denki, este ultimo se recuperaba en cama de la faena continua a la que fue sometido durante algunos días, pero curiosamente no parecía tan contento ni entusiasmado, aún así nadie pareció notarlo.
Un par de días despues la pareja tomó un carruaje y con el nerviosismo a tope se dirigio con calma a la antigua aldea de Katsuki, afortunadamente el sitio no estaba muy lejos y ambos llegarian a su destino en poco tiempo.
En el interior del carruaje Izuku y Katsuki estaban en completo silencio, cada uno parecía absorto en sus propios pensamientos.
Katsuki miraba por la ventanilla viendo como el paisaje se tornaba cada vez más en uno que él ya conocía, se preguntaba así mismo si sus padres serían capaces de reconocerlo, seguramente su madre le daría una buena reprimenda por no regresar antes, lo cierto era que al principio no se sentía digno de volver a su lado, pero su familia debía saber la verdad.
—Kacchan...—Izuku tenía la mirada en el suelo, sus mejillas tenían un pequeño sonrojo y temblaba de una forma apenas perceptible—¿Tú crees... Crees que ellos me quieran?—.
—Probablemente la vieja bruja te quiera más que a mí—Dijo Katsuki con una ligera sonrisa—Seguramente te atrapará entre sus brazos , te obligará a comer su comida, mientras me avergüenza contándote sobre mi niñez—.
—Esroy seguro de que serán maravillosas historias, realmente no me molestaría escucharlas—Respondio Izuku, después de eso ambos quedaron en silencio, simplemente esperando una señal para bajar de ahí.
Al cabo de unas pocas horas, el conductor del carruaje les indico que habían llegado, con las piernas temblorosas ambos bajaron del carruajes y dieron el primer vistazo, Katsuki quedó sin habla ante la vista.
La que fue una prospera aldea se encontraba casi en ruinas, varias casas destruidas y otras parecían haber sido reconstruidas, Katsuki no las reconocía todas, andando libres por el lugar había algunos animales y unos pocos ancianos que no parecían prestarles atención.
Izuku no dijo nada, solo siguió a Katsuki cuando esté comenzó a caminar, el joven alfa se dirigían directamente al sitio en donde solía estar su hogar.
Los pocos habitantes habían empezado a reparar en su presencia mientras más avanzaban al interior del pueblo, eventualmente llegaron a lo que fue el hogar de Katsuki y un brillo de esperanza apareció en los ojos de ambos al ver que la pequeña casa había sido reconstruida.
Pero ese brillo murió en cuanto Katsuki irrumpió en el lugar y vio el interior, el polvo lo cubría todo y era evidente que ninguna persona había estado ahí por mucho tiempo.
Izuku continuo en silencio, solamente puso su mano sobre el hombro de Kacchan y ambos salieron de allí.
—Oye, muchacho ¿Eres familiar de los Bakugou?—Un anciano con una gran cesta en la espalda les hablaba, Katsuki lo reconoció como el viejo Sorahiko.
—Algo así—Dijo Katsuki.
—Llegaste tarde muchacho, el matrimonio se fue hace meses—.
—¿Se fue, a dónde?—Pregunto Izuku, Katsuki aún trataba de asimilar la información.
—Vengan a mi casa, les contaré todo ahí—Ambos jóvenes le siguieron sin oponerse—Por su ropa imagino que son nobles, así que me disculpo por no tener algo mejor que ofrecerles—Sorahiko les ofreció a ambos una sencilla taza de te y un poco de verduras.
—¿Que sucedió? ¿Por qué los señores Bakugou se fueron?—.
—El problema inicio cinco años atrás—Kaysuki se estremeció ante la mención de aquellos eventos, pero la mano de Izuku sosteniendo la suya le mantenerse con calma—Nuestra aldea fue atacada y muchos habitantes murieron o desaparecieron, hubo mucha gente que lo perdió todo y ante eso despidieron marcharse del lugar, los viejos fuimos los únicos que nos quedamos, después de todo ya no teníamos nada que perder—.
El hombre le dio un sorbo a su te y luego continuo.
—Solo los Bakugou se quedaron, aunque su hijo desapareció no perdieron la esperanza de verlo regresar, ese muchacho era fuerte y muy valiente, Mitsuki creía que sin importar lo que pasara su muchacho estaría bien—.
Izuku vio de reojo a Katsuki, miraba sin ánimos su taza de té mientras la dejaba enfriar entre sus manos.
—Pasaron los años y ellos seguían esperando, hasta que hace algunos meses se corrió el rumor de que el ataque a nuestra aldea había sido obra del terrateniente Tomura, también supimos que mucha gente había sido rescatada de sus tierras y que les estaban dando asilo en los castillos de las familias Yaoyorozu y Todoroki, así que Masaru y Mitsuki fueron en busca de noticias de su hijo, pero volvieron con las manos vacías y fue cuando decidieron marcharse—.
—"Todo es mi culpa, si hubiera obligado a Kacchan a irse con los demás"—Izuku sintio las lágrimas acumularse en sus ojos.
Sin nada más que hacer ahí ambos dieron las gracias y se despidieron.
El viaje fue lento y deprimente.
—Todo es mi culpa—Dijo Katsuki.
—¿Que...? ¡No, es mi culpa! Fui yo quien...—.
—¡Basta! Es mi culpa, tuve miedo de verlos a la cara, de decirles las cosas horribles que tuve que hacer para mantenerme con vida, ellos me educaron para ser fuerte no para ser un asesino...—.
El único culpable era Tomura, su locura y su maldad habían sido los responsables de todo.
—Kacchan, los buscaremos, estoy seguro de que están bien, los encontraremos—Izuku sujetó las manos de Katsuki y las apretó con fuerza.
Katsuki simplemente esbozo una ligera sonrisa y devolvió el apretón, no todo estaba perdido, les tomaría tiempo pero estaba seguro de que todo terminaría bien.
Llegaron al castillo de Yagi y comunicaron lo acontecido, Yagi y Aizawa confortaron a ambos jóvenes y entre abrazos discretos y palabras de aliento los cuatro regresaron al interior del castillo.
—¡Pudrete, maldito estúpido!—La voz furiosa de Kaminari resonó en todo el pasillo y lo siguiente que vieron fue a Kirishima ser expulsado por las malas de la habitación de Kaminari.
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Gladiador (Katsudeku) [Finalizada]
FanfictionEl dolor y la sangre eran cosa de todos los días para Katsuki, alguien muriendo frente a él no era nada nuevo, pero en cuanto vio a ese patetico Omega tratando de protegerlo con desesperación supo de inmediato que debía salvarlo y protegerlo. Lo que...