Muerte y renacimiento

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Katsuki veía impresionado la espalda de aquel valiente joven que bloqueaba con su cuerpo el ataque, ese aroma dulce que emanaba de él, embriagaba los sentidos de Katsuki, el dolor de su cuerpo había comenzado a desaparecer y en el momento en el que vio a uno de los soldados acercarse al joven desconocido, sintió la rabia emergiendo de él, además de la necesidad de proteger al Omega, sin pensarlo dos veces Katsuki sintió sus fuerzas renovarse y dejando sus anteriores pensamientos de lado, tomó la daga que había dejado olvidada en el piso y sin demora cargó contra los enemigos que de a poco se sumaban a la pelea.

Desde las gradas Tomura veía estupefacto como otra encarnizada batalla había comenzado, desde sus asientos aquellos nobles malvados lanzaban gritos y vítores a los combatientes, algunos de ellos habían comenzado incluso a levantar apuestas, totalmente ignorantes a la realidad.

-¡Matenlos, matenlos a ambos!-Tomura había entrado en panico, reconoció de inmediato al intruso, el hijo adoptivo de Yagi, sin duda había sido descubierto, tenían que deshacerse del espía y de la evidencia-Que la mitad de los hombres revisen los alrededores, maten a quien sea que encuentren, sin preguntas ¡Vayan!-.

Shigaraki daba órdenes discretamente a sus hombres, en busca de salvaguardarse a él mismo primero.

Mientras tanto en el centro de la arena, Izuku y Katsuki peleaban espalda contra espalda, ambos presentaban varias nuevas heridas y aunque llevaban poco tiempo luchando, el número de enemigos los había comenzado a fatigar.

Pese a ser una situacion de vida o muerte, Izuku no sentía ningún miedo, su respiración estaba tranquila y veía las cosas con claridad.

-¡Omega asqueroso, ponte de rodillas!-Uno de los alfas había usado su "voz" con la esperanza de doblegar a Izuku, pero no funcionó y en cuanto los otros alfas lo notaron arremetieron con más furia.

Un Omega que ha encontrado a su destinado se vuelve inmune a las voces y feromonas de los otros alfas, aún así era una situacion difícil y sus opciones se agotaban, ambos jóvenes estaban acorralados frente a una de las celdas, Tomura se había tranquilizado, aquellos dos estaban a punto de ser asesinados.

-¡Aah!-Uno de los guardias de Tomura dio un grito de dolor y se desplomó en el suelo con una flecha clavada en la espalda.

-¡Midoriya!-Izuku y Katsuki levantaron la vista rumbo a la orilla de la superficie, justo en la entrada del cráter Kirishima apuntaba con su arco, varios arqueros más se asomaban en la superficie y comenzaban a disparar a los soldados que intentaban escapar, un pequeño grupo de hombres liderados por Hawks bajaba a toda velocidad por los escalones.

Izuku dio un suspiro de alivio, aflojando el agarre de su arma por un instante, bajo la guardia el tiempo suficiente para que uno de los enemigos se acercara por la izquierda con su daga en alto.

-¡Midoriya cuidado!-Gritó Inasa, quien corría en su dirección.

La advertencia llegó tarde para Izuku, más no para Katsuki quien moviéndose velozmente pudo interceptar con su cuerpo el ataque.

Katsuki cayó al suelo frente a los ojos de Izuku, mientras que el agresor caía abatido por Inasa, pero para Izuku el mundo entero se había detenido, los sonidos de la batalla llegaban amortiguados a sus oídos, mientras que el sonido de su propio corazón amenazaba con ensordecerlo.

-¡No te quedes ahí parado, muévete!-Inasa había tomado a Katsuki y se disponía a salir del lugar, pero Izuku también estaba herido y no podía dejarlo ahí-¡Vámonos!-Con una patada hizo a Midoriya reaccionar y ambos salieron corriendo en busca de alejarse, a su paso algunos heridos más se les sumaban.

Todo aquello fue demasiado para Izuku, los sonidos de la batalla, el dolor de sus heridas y el cansancio de su cuerpo, poco a poco le arrebataron la conciencia.
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Gladiador (Katsudeku) [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora