Familia

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—¡Tu puedes, papá!—Gritaba un pequeño rubio.

—¡No pierdas, viejo!—La hermana del pequeño gritaba junto a su hermano.

Frente a ambos niños Kirishima y Katsuki se mantenían enfrascados en un fiero combate cuerpo a cuerpo.

—¿Cansado Bakugo?—Pregunto Kirishima, tenía las manos de Katsuki atrapadas en un poderoso agarre, ambos haciendo fuerza tratando de derribar al otro.

Pero Katsuki no respondió, con una sonrisa de lado inclinó su cabeza hacia atrás y con un golpe de su frente dejó a Kirishima fuera de combate.

—¡Si! ¡Papá ganó!—Ambos pequeños corrían hasta Katsuki, tirándose sobre él y riendo  alegremente.

—¿Que? ¿No hay palabras de consuelo para su pobre tío derrotado?—Se lamentaba Kirishima en el suelo, como toda respuesta Katsuki sólo dejó caer a los niños encima de su amigo.

Los pequeños inmediatamente atacaron a Kirishima con múltiples abrazos, besos y cosquillas, mientras que Izuku y Denki los veían en las cercanías.

Al ver lo feliz que Kirishima parecía en compañía de sus hijos, no pudo evitar sentir pesar en el pecho y por puro instinto puso su mano en el hombro de Denki, sabía lo que estaba pensando, aún cuándo en el rostro del joven rubio pudiera apreciarse una sonrisa, en sus ojos se veía la más absoluta tristeza.

Desde que Denki había perdido a su primer bebé no había vuelto a concebir otro por mucho que lo hubieran intentado, Izuku creía que era una pena que personas con tanto amor para dar no pudieran tener hijos por cuenta propia, aún así, Hiyori, su pequeña hija y Hisashi, su hijo, eran capaces de brindarles todo el cariño que eran capaces y Eijiro y Denki los amaban como a sus propios hijos.

Los pequeños tenían tantos tíos que apenas podían contarlos, todos ellos dispuestos a complacer hasta el más pequeño de sus caprichos, para disgusto de Katsuki y de su madre.

Los abuelos Bakugo no habían aceptado vivir con ellos y mucho menos habían aceptado el dinero que Aizawa y Yagi les ofrecían, habían decidido vivir por sus propios medios, aún así los visitaban constantemente llevándoles a sus nietos humildes obsequios e historias de la infancia de su padre alfa.

Aizawa y Yagi por su parte, no podían estar más felices, la casa siempre estaba llena de risas y el sonido de livianas y rápidas pisadas los alegraban desde el amanecer hasta que se ponía el sol.

Hiyori la pequeña, aparentemente era beta, pero tenía un fuerte carácter, tanto, que cualquiera que la viera veía a Katsuki en ella, Mitsuki sólo podía reír satisfecha al ver a hijo tratar de lidiar con su pequeña, eran tan parecidos que era inevitable que ambos chocaran constantemente, compitiendo siempre entre sí por la atención de Izuku.

Hisashi, su otro hijo, era más parecido en actitud a Izuku, aún no sabían si sería un alfa, un beta o un omega, pero eso a sus padres no les importaba, el pequeño usualmente seguia a su hermana acompañándola siempre en sus travesuras, ya sea tratando de detenerla o simplemente estando ahí para ella, usualmente era el que avisaba a sus padres cuando Hiyori trataba de hacer algo peligroso, como escalar un árbol o jugar cerca del estanque.

Por otro lado, Enji se había retirado a descansar, llevándose únicamente a Hawks como compañía y dejando a Shoto a cargo de todo e Inasa por su parte, ahora fungía como su leal consejero, Izuku sabía muy bien que ambos tenían sentimientos el uno por el otro, pero si ellos habían decidido que su relación estaba bien así, él no buscaría el modo de interferir.

—¡Mas rápido tío, si pierdes no te lo perdonaré!—Gritaba Hiyori en los hombros de Kirishima, quien los había retado a una carrera y poniendo a Hiyoria sobre sus hombros había hechado a correr con Katsuki detrás llevando a Hisashi.

Hiyori y Kirishima eran bastante cercanos y en más de una ocasión se habían vuelto cómplices de travesuras, la más memorable de ellas había sido cuando en un viaje a la playa Kirishima había sacado un viejo bote en miniatura y la había llevado nadando a mar abierto, siendo Katsuki el que se lanzara en su persecusión, también Kirishima se había vuelto su maestro de artes marciales, entrenandola en maniobras de combate, ella podía fácilmente vencer a niños más grandes que ella. 

Constantemente retaba a su padre a un duelo, sin lograr vencerlo nunca.

—¡Wa! ¡Hiyori ten cuidado, no te vayas a caer!—Decía Hisashi al ver a su hermana levantar sus brazos y reír alegremente—¡Papá no tan rápido
!—Grito nuevamente al sentir como Katsuki aumentaba la velocidad, Hisashi era muy calmado, tanto como Izuku lo era, pero cuando se molestaba llegaba a hacer temblar a su vigorosa hermana, usualmente él se molestaba cuando Hiyori se ponía en peligro inconscientemente y como hermano era su deber hacer que su hermana estuviera a salvo, sorprendentemente era muy cercano a Aizawa y con toda seguridad sería el heredero de todo lo que poseían, a Hiyori por si parte le interesaba más recorrer el mundo y convertirse en una aventurera.

—Ambos son como niños pequeños ¿No es así?—Decía Denki mientras los veía perderse en el horizonte rumbo al pueblo.

Izuku sólo sonrió mientras los veía alejarse cada vez más, en sus ojos había un aire de melancolía y preocupación, él era feliz y Katsuki también, pero aún debían trabajar mucho si querían vivir en paz, el mundo estaba en una época de cambio y debían trabajar mucho si querían que sus hijos vivieran en un mundo libre de conflictos.
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Querían karma para Denki, pues ahí tienen

La primera palabra de las bendiciones de Kacchan fue ................
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Shoto

En fin, un pequeño capítulo random, contando algo sobre los pequeños, siempre me gustó pensar en los gemelos como partes contrarias entre sí, personitas que contrastan en personalidad y gustos, si Hiyori ama lo picante, a Hisashi le encantan los dulces etc...

Y ahora sí, fin.

Gladiador (Katsudeku) [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora