Extra inútil (Ronpa) - Inútilronpa pero bien pendejo.

Noche de insomnio ☆ Sseol Mi Choi

A/N
El primer drabble/OS de esta basura, disfruten mi insomnio uwu

Se le hacía tan curioso y extraño que el cuerpo humano en su complejidad también fuese tan simple, sutil al tacto y suave, maravillosamente suave.

Eso fue lo que le llamó la atención la primera vez, lo tersa de la piel ajena cuando rozaba su cuerpo torpemente por error. Porque al principio era un vago error.

Una cosa llevó a la otra, queriendo quizá emular lo que alguna vez lo castigó y lo tortura a diario, una memoria imborrable de su horrible colección, esas que todos los días busca aplacar con los sueños y las manchas rojas en su cuerpo.

En aquel momento, nisiquiera el propio Sseol Mi Choi podía creer que en ese mismo instante, mientras meditaba, estuviese asesinando a alguien.

Era culpa de ambos, más suya que de su víctima, pero después de todo ambos eran culpables de lo que sucedía, el encierro y desesperación podían desesperar hasta a la mente más afilada, y Choi no poseía una de esas, sólo una increíble memoria, un insaciable deseo por aprender y falta de sentido común.

Suavemente, y sin remordimiento, uno de los cuchillos de la cocina se deslizaba sobre el brazo derecho de su víctima, inmóvil en el suelo con la boca amordazada, sin escape y como el gato de aquella teoría.

A Sseol Mi le sorprendió lo rápido que fue llegar al hueso, y lo delicioso que era abrir completamente el brazo de quien había caído en sus inocentes garras. Hizo lo mismo con el izquierdo, queriendo entonces intentar dibujar algo sobre su carne, aunque fallando por lo diminuto de su lienzo.

Quería ser metódico hasta donde se podía, no había forma en la que pudiese dejar rastro si quería seguir vivo a pesar de ser un simple pecador cometiendo otro crimen a su larga lista de cosas que desearía borrar de su mente.

Con un suspiro se levantó del estómago de su vista y le observó intentar retomar el aliento por un par de segundos, sin brazos ya no necesitaba acudir a inmovilización, y quedaba despedir su vida. Le propinó un beso en la frente y una última caricia amistosa, antes de arremeter contra el cuello y destruir la garganta con su cuchillo.

Ese corte, al contrario de los brazos, fue duro y doloroso, no fue una muerte instantánea, teniendo unos cuantos segundos para ver su arrepentimiento reflejado en aquellos sufrientes ojos, y al mismo tiempo, la voz que le decía que no había forma de volver atrás, ya estaba hecho.

Unos empujones al cuchillo con fuerza y dolor para finalmente perforar la garganta, liberando mares de sangre al suelo de la habitación, tintando todo a su paso, y bañando al asesino en lo que Robin denominó "elixir de la vida", aunque sabía que esas eran viles patrañas.

"Muy bien... ¿Ahora qué hago?"

Se preguntó, deshaciéndpse de los guantes de látex que robó de la enfermería, no le servirían para nada si estaban cubiertos de sangre, tenía que trabajar.

Una discusión consigo mismo inició no obstante, mientras que se aseguraba rápidamente de desmembrar el cuerpo con algo de dificultad, agradeciendo la existencia de martillos en la cocina para perforar por los huesos del difunto, esperando al mismo tiempo que mucho no fuese audible, dudaba de ello, pero tenía que estar preparado para todo.

Una vez en partes y con la discusión resuelta, procuró extraer la carne de las extremidades y el torso, preparándola para cocinarse en la mañana, y lo otro resolvería en desecharlo en su habitación, el único sitio al que nadie más que Sseol Mi Choi podía acceder, le gustase a quien le gustase.

Estaba finalmente hecho, ahora podía quitar de su lista de deseos el asesinar a alguien, y tan cierto como podían ser sus archivos portátiles, realmente le liberaba de cierto estrés, y lo agradecía.