Ya empezaste a jotear ⊁ EpicCross

⁛Ya we⁛

El teléfono sonó obligándolo a levantar el rostro que tenía hundido en la almohada. Tomo el aparato y contesto la llamada. -Hola, Cross. - Escucho.

- ¿Qué quieres? - Respondió con un tono malhumorado, pero a Outer pareció importarle un comino.

- ¿Qué estás haciendo ahora? - Cuestiono.

-Aumentando mis ganas de matarme. -

-...Genial. - Dijo finalmente después de un largo e incómodo silencio en donde el monocromático pudo escuchar algunas risas de fondo.

- ¿Quien está contigo? - Pregunto. Hubo otro silencio y algunos susurros de fondo.

-Nadie. Nadie. Estoy solo. - Cross rodó los ojos y bufo. - ¡Es enserio! ¡Créeme! - Lloriqueo.

- ¿Qué quieres? - Insistió.

-Cross...somos amigos ¿no? -

-Ay Dios. - Susurro el chico sabiendo exactamente donde acabaría esto. Si, a Outer pidiéndole algo ya sea dinero o la tarea que no hizo y no hará.

- ¿Lo somos? -

- ¡Que sí! - Exclamo con molestia.

-Entonces... ¿está bien si pregunto cómo estás? -

-...Estoy bien. -

-Cross. - Su voz se tornó más seria e irritable para el chico. -Desde hace días que has estado muy cortante con nosotros ¿te hemos hecho algo? -

-No. -

- ¿Y por qué nos sacas la vuelta? -

-No lo hago. -

-Bueno, ¿y cando planeas volver a la escuela? -

-Cuando me sienta mejor. -

- ¿Estas enfermo? - La pregunta lo hizo abrir los ojos con pesadez, miro la pared por varios segundos sin saber que responder. No estaba enfermo de nada en realidad, al menos no de gripe o alergias. No, solo estaba cansado de las mariposas que le causaba ver al épico rondar por ahí y tratando de llamar su atención. Era tan...malo sentirse así por su mejor amigo. Una completa tortura. - ¿Cross? -

-...Las mariposas duelen...- murmuro.

- ¿Ah? ¿Has comido mariposas? - Cuestiono el otro incrédulo.

- ¡Ya we! ¡No que ibas a ser serio y que no sé qué! - Escucho la voz de Error de fondo.

- ¡Estoy siendo serio! - Respondió Outer.

- ¡¿Cómo carajo va a comer mariposas?! - Killer, reconoció su voz a pesar de estarse riendo.

- ¡Es lo que me dijo! - El monocromático harto de escucharlos colgó la llamada y regreso el teléfono a la mesa de noche para posteriormente enrollarse en la cobija y cerrar los ojos para volver a dormir. No estaba de humor para escucharlos pelear.