Introducción

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Un hombre nace; un hombre vive, hace, deshace, desvive y muere, así como durante el embarazo se gesta el cuerpo físico, durante la vida se gesta el espíritu, el alma; "Gestación" del latín gestatio, derivado de gestare "llevar de aquí para allá", cuidar, proteger, purificar.

El todo es el inicio y final de cada cosa y de éste se deriva todo lo que nace y a él llega todo lo que muere, el todo siendo una fuente de pureza absoluta, no recibe en la muerte a nada que no llegue tan puro como de ella emergió en los tiempos anteriores.

Cuando una parte del todo falla a lo largo de su proceso de evolución y magnificencia, ésta se ve obligada a penar por toda la eternidad, pues nunca más podrá alcanzar el estado de pureza necesario para regresar a su origen, así tenemos que para cada uno de los seis círculos que representan las distintas facetas por las que cada parte del todo puede estar destinado a atravesar antes de volver al séptimo círculo que es el inicio y final de cada ser, de cada viaje; existen también seis estados de penitencia que se imponen para castigar a aquellas partes del todo, ahora como entidades individuales por haber ultrajado su estado de pureza a lo largo de su proceso evo-magnificativo, exiliándolas de la unicidad.

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