Al retirarse Tempala y Calebia de sus infernales aposentos, no cayeron en cuenta ni uno ni otro de lo precipitado que resultaba su accionar, sus ganas por dilucidar la verdad, eran mucho menores que sus ganas por imponer su postura, la cual, producto de aquella pequeña riña, parecía ser contradictoria aunque no resultara ser así. Por su parte, Sáreth y Kaylen habían logrado su objetivo, tenían información valiosa sobre los vigilantes y se habían deshecho de la copla de demonios por un tiempo.
―Por fin se fueron, ¿Entendiste algo de lo que dijeron?, ¿Cómo que absorbieron al vigilante?, ¿Acaso basta con aplastarlo para absorber su conocimiento? ―dijo Sáreth mientras hacía muecas de locura y una ligera sonrisa se formaba en sus labios por lo pintoresco del asunto.
―Eso no tiene mucho sentido, no creo que sea verdad, después de todo no podemos confiar en ellos. ―replicó Kaylen quien prefería mantener una postura desconfiada.
―En eso tienes razón, pero no parece que estén fingiendo, ellos se ven incluso más confundidos que nosotros, no sé cuánto tiempo llevemos aquí pero jamás los había visto así.
―Bueno pero... Entonces, ¿Qué debemos hacer?, ¿Buscar un vigilante para aplastarlo? ―dijo Kaylen con un tono un tanto burlón, incluso a él, aquella situación le causaba una muy ligera gracia. Qué fuerte puede ser la voluntad del hombre, que viviendo entre torturas constantes, es capaz de volver a sonreír cuando el sol sale nuevamente en su horizonte.
―¡No!, no caerle encima, pero sí deberíamos buscar a uno de ellos y atraparlo, si no lo podemos absorber como los demonios dicen, por lo menos podremos interrogarlo.
―No sé qué tan buena idea sea hacer eso, ¿Qué tal si algo sale mal?, podría ser peligroso y arriesgado.
―Kaylen... ¿En verdad crees que existe algo peor que todo esto?, hemos sido torturados desde que tenemos memoria, no hay nada que puedan hacernos que no nos hayan hecho ya.
―Tal vez tienes razón, es lo mismo que yo habría pensado hasta hace poco, cuando nos llevaron con ese ser... Él... Era distinto a todo lo que hemos visto antes y... Él nos hizo cosas que nadie nos había hecho antes, jamás, en todo este tiempo de tortura había sentido algo peor, ambos sabemos que eso se puede repetir o pueden llegar incluso cosas peores.
―Lo sé... Y te doy la razón, pero es justo por eso que debemos hacerlo, si no lo hacemos, ese ser regresará algún día y nos volverá a torturar de la misma manera, incluso peor, si seguimos aquí, tarde o temprano eso pasará, es mejor arriesgarnos, podríamos terminar de una vez por todas con todo esto.
―En verdad quiero hacerlo, pero creo que deberíamos planear bien las cosas, es muy apresurado.
―También sé eso, pero no sabemos cuándo podamos tener otra oportunidad, no creo que nos vuelvan a quitar la vista de encima esos demonios tan fácilmente.
―Entonces, ¿Cuál es tu plan?
―Busquemos a un vigilante, vayamos por la dirección opuesta por la que se fueron los demonios para asegurarnos de no toparnos con ellos, seamos sigilosos, tenemos una ventaja, nadie nos está buscando ni esperan encontrarnos por ahí, nadie estará alerta, sólo nosotros lo estaremos.
―Eso es verdad, todos estarán concentrados en sus propios asuntos como normalmente lo están, si somos un poco precavidos, nadie notará nuestra presencia, además uno puede vigilar por un lado mientras el otro vigila por el otro lado.
Los demonios, habían salido por el pasillo en dirección norte, la misma dirección que llevaba hacia la salida al jardín y a las escaleras que conducen al castillo, en donde los caminos se trifurcan, el último de estos que se encuentra al centro, conduce a otra zona de pasillos de la macabra mazmorra y es por esos parajes que anteriormente, Calebia y Tempala habían sido sorprendidos por el vigía; mientras que por el lado contrario, yendo hacia el sur, el pasillo continúa a través de túneles donde la estructura del castillo se pierde entre el grafito; son aquellos territorios inexplorados tanto como para estos seres malditos, como para los demonios.
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Gestare
ParanormalTempala, un demonio nacido de los pecados cometidos en vida por Kaylen, ha ocupado cada día de su existencia procurando las peores torturas existentes a éste desde que apenas era un embrión renacido en los confines de aquello que los hombres conocen...