Capitulo I

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C'est Ma Vie

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Aquella no era una noticia para recibir por teléfono y mucho menos si la persona que había realizado el llamado, apenas podía hablar entre lágrimas y sollozos. No entendía nada de lo que sucedía, así que le entregó su celular a Marinette y se alejó de aquel lugar. Su novia lo miró y él solo afirmó con la cabeza, antes de que ella se llevara el teléfono al oído y escuchara lo que no quería oír.

—Señorita Nathalie... —dijo la de coletas— ¿Qué es lo que sucede? —la mirada celeste de la portadora de la buena suerte se amplió al máximo y sintió que perdía algo de estabilidad, por lo que Adrien se le acercó rápidamente para sostenerla.

—¿Y está bien? —la voz le salió tan temblorosa que Adrien hizo a un lado su orgullo y tomó el teléfono para poner el altavoz.

«No muy bien. Está internado en cuidados intensivos. La noticia que le dieron los monjes del templo, lo descompensó completamente»

—¡¡¿Y qué noticia tiene a mi padre internado?!! —le gritó al teléfono, Marinette observó a Adrien que tenía lágrimas en los ojos, cerrando los suyos para juntar fuerza para lo que iba a escuchar.

«El daño que el Miraculous del Pavo Real me causó a mí, ha sido sanado...» entre los sollozos de la asistente de Gabriel Agreste, Adrien sintió que el pecho se le apretaba de una forma extraña, como si alguien le hubiera metido la mano en el pecho y estrujado su corazón. «...pero el daño que hizo el Miraculous en tu madre... No hay solución»

—¿Qué?

«Lo siento, Adrien. La señora Emilie falleció»

Adrien perdió la estabilidad de sus piernas, cayendo sentado al suelo de la habitación de Marinette. La chica tomó el teléfono, acariciándole la espalda a su chico.

—Nathalie, hablamos luego. Cuida del señor Agreste y yo me encargo de Adrien...

«Gracias»

Marinette dejó el teléfono en el diván y se agachó a abrazar a Adrien.

—Marinette —dijo sintiendo que el aire no entraba en sus pulmones—, dime que es una broma de Nathalie. Dime, por favor, que es mentira lo que me han dicho... —pero ella no pudo decir nada y simplemente lo abrazó para hacerle saber que estaba con él, que la tenía a ella y nunca lo iba a dejar.

—Lo siento, Adrien... Lo siento tanto —el chico se aferró con fuerza a su novia y lloró a más no poder, sintiendo que esto era un castigo para su padre por haber hecho mal uso del miraculous, un castigo que terminó afectándolo a él también. Al pensar en eso, de pronto, toda su tristeza se convirtió en odio hacia su progenitor.

A la semana siguiente, con los funerales realizados, finalmente, su madre podría descansar en paz. Gabriel no regresó de inmediato a París. Solo se presentó al funeral y desapareció nuevamente en el Tíbet, pagando el castigo que los guardianes tenían para él. Adrien recibió la invitación de su tía Amelie para ir con ella a Inglaterra, pero no quiso dejar a Marinette.

C'est Ma Vie [Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora