La guarida del monstruo

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"Mi papá no es quien tu crees que es, y al saberlo, tu y tu alter ego se afectarán

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"Mi papá no es quien tu crees que es, y al saberlo, tu y tu alter ego se afectarán. Chat Noir no volverá a sonreír, Adrien"

[Dicho traje púrpura le ayudaba a cubrir su cuerpo y rostro del frío que abundaba en la guarida, con mayor razón por la estructura que no tenía mínimas intenciones de hacerlo un lugar cálido, todo combinaba perfectamente con su escencia malévola e intenciones con los parisinos, era el ambiente ideal para el escondite del mejor de los villanos a pesar de no calificarse como uno, pues su propósito bien claro estaba cuan agua en un lago. No descartaría la idea de que sus actos podían ser un poco egoístas, pero como soporte de su familia tenía el deber de hacer hasta lo imposible por ella y ahí estaba una vez más, elaborando otro de los mil intentos para cumplir su deseo. Respiró hondo y exhaló, ésto se convirtió en una pequeña rutina antes de comenzar su labor, lo ayudaba a animarse y seguir en pié, de cualquier forma los poderes de Nooroo le brindaban la fuerza y seguridad necesaria.


—Tres de la mañana y sigues dándole pesadillas a los parisinos. Estoy sorprendido —los ojos del hombre se abrieron como dos enormes e impecables platos tras escuchar la inesperada voz a su espalda. Su cuerpo entró en un leve shock que apenas y pudo voltear, la detonación de su cerebro jamás le permitiría explicarse con claridad frente al emisor de dicho comentario.
El muchacho de despeinada cabellera rubia se encontró con los brazos cruzados en medio de aquel gélido lugar al que nadie había entrado antes a excepción de Nathalie; observaba a Hawk Moth con una mirada penetrante y amenazadora, sus ojos verdes no le transmitían ningun sentimiento de miedo o sorpresa, como si ya hubiese estado enterado de la situación desde antes.
El corazón de Moth palpitaba como un loco queriendo escapar de su lugar correspondiente, ¿Ahora qué excusa pondría? Él nunca le perdonaría tal bajeza conociendo la inocencia y bondad del joven.

—¡¿Adrien?! —pronunció el nombre de su hijo con esa voz intimidante, era el momento mas inoportuno para regañarlo. -P-puedo explicarlo, hijo, y-yo...

El adolescente lo interrumpió con una pequeña carcajada, le causó mucha gracia ver su cobarde rostro.  —Hace mucho que no me llamabas hijo —
sonrió de medio lado, sin verguenza de haberle dado tremendo susto a su padre. Moth borró su semblante de pánico en un dos por tres al percatarse de lo que en realidad estaba ocurriendo, acababa de ser víctima del engaño del enorme parecido entre los gemelos. Lo sospechó desde el inicio, Adrien no sería capaz de hablar de esa manera, si así fuera en éstos momentos estaría hundido en lágrimas con la más de las fuertes emociones negativas.

—Félix... ¡¿Qué haces aquí y dónde está Adrien?! —le regaló una mirada fulminante después de haberlo engañado de esa forma. Cruzó la raya, la cruzó en extremo.
Que el joven conociera su secreto y todo lo referente a ello no le daba derecho a entrometerse así, casi haciéndolo morir del susto.

—Tenía insomnio y quise dar un recorrido por ésta jodida casa, a ver con quién me encontraba —mencionó con una sonrisa de oreja a oreja. Casi podía confesarle que su inesperada visita fue intencional, aprovechando que con el pelo despeinado era casi imposible diferenciarlos a él y a Adrien.

Proyecto Géminis [Adrien y Félix Agreste]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora