— ¿Tú qué dices, morenita? — Se dirige a Lexa. — Tú Jefa sería ingenua si no aceptara.
— ¿Quién más? — Pregunta la rubia. Ahora interesada de la conversación.
— Solo yo... Y... — Se pone a pensar por un momento. —
~ o ~
Unos autos llegaban sin previo aviso a la tribu de La líder. Los hombres encargados de la vigilancia más allá de las puertas habían muerto misteriosamente. Al no recibir la información del día, los hombres de Lauren se movieron para buscar la causa preparándose para lo que vendría después...
Y si... Había autos llegando. Unos 5 para ser más exactos. Los hombres salieron apuntando a los autos y observaron que salió un hombre con un traje azul. Su cabello corto, y esa sonrisa que mataría a cualquiera.
El hombre desconocido mira al rededor admirando todo. Y miró a los hombres. Con voz alta solo dijo.
— Necesito hablar con... — Mira su teléfono, se sorprendió al no tener ni una mínima señal... Lo peor que al parecer su celular se apagó de golpe. — Demonios... — Susurra él.
— ¿Quién eres? — Dice, uno de los guardias.
— Shawn. — Sale la Líder, junto con Lauren y Ally.
La líder y Ally se miran buscando una respuesta lógica de su visita.
— Ese mismo, Soy Shawn Méndez. — Sonríe Él, se mira el traje para ver si estaba sucio o algo. Y mira las mujeres que están presentes. Se acerca poco a poco.
— ¿Le disparo? — Pregunta uno.
— Sí. — Dice Lauren, ni ella sabe porque le salió esa respuesta.
— ¡No! — Grito la Líder. El hombre estuvo por poco de jalar el gatillo. — ¿por qué dices eso? — Mira a Lauren, la mujer de ojos verdes solo encoge los hombros sin dar respuestas.
Shawn hace una seña a La líder y la líder entra al auto con él, no supieron cuanto minutos estuvieron ahí conversando. A quien sabe qué, sintiéndose incómodo los que esperaban.
~ o ~
— ¿Él? Es el empresario más codicioso y egoísta que hay. — Golpea levemente la mesa la rubia. Frustrada al recibir malas noticias. No había pensando que él estaría en sus planes.
— Para que veas, hermosa. El candidato mueve por todos lados... — Sonríe. — Te lleva ventaja... Un gobierno no triunfara si no tiene un poco de corrupción o más. Pero dime... ¿Hacemos trato?
— ¿Cómo sabré yo que no me traicionara? Si lo hiciste con el candidato.
— No soy estúpido. Yo jalo más por dónde me den más — Saca un billete de 100$. — Y sé que tú tienes más ventajas.
— Haremos trato... Pero de otra manera... — Sonríe Clarke Griffin.
— ¡JEF... — Es lo único que se escuchó cuando un hombre cayó desplomado en el suelo, con sus ojos abierto, teniendo un orificio en la frente.
El narco alarmado, saca un arma y apunta a la rubia, pero era muy tarde su acción cuando Lexa se levanta de golpe y golpea su mano con tanta fuerza que el arma salió volando, subió a la mesa y directamente se abalanzó al Jefe, cayendo los dos al suelo. Lexa lo estaba empezando ahorcar, tenía mucho enojo, había aguantando y necesitaba descargar toda esa furia.
El hombre ya estaba poniendo morado, y rasguña la cara de Lexa. Ella solo apretaba más.
Clarke no sabía qué hacer, gritaba que parara pero pareciera que estuviera en otro mundo, tuvo que ponerse al frente de ella y obligarla a que la mirara, la mujer morena con dificultad miro y vio los labios de la rubia moverse dando un entender "PARA, LEXA, PARA"