Capítulo 4. Volver a empezar.

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Levantarse debido a un susto siempre es algo que nos saca de nuestros cabales pero cuando se trata de gritos que pueden romper tu tímpano la cosa es peor y eso exactamente le estaba ocurriendo a Allegra.

Despertó en medio de los insultos y alaridos que Gianna le propinaba, si hubiera podido golpearla de seguro lo habría hecho, cuando Allegra pudo abrir con pesadez sus ojos y entender un poco lo que sucedía comprendió que estaba metida en líos... otra vez.

Frente a ella una Gianna fantasma la miraba llena de ira, no tuvo que pensar demasiado para llegar a la conclusión de que ahora por alguna razón estaba ocupando el cuerpo de Gianna.

-Sal de mi cuerpo ahora mismo, ¿qué se supone que eres?, un espíritu? Un demonio? Porque he visto muchas veces El conjuro y siempre el demonio desaparece, siempre el bien gana maldita cosa infernal!.- Gianna caminaba por la habitación mientras hablaba.- voy a buscar un exorcista, eso haré y te devolverá al infierno maldita cosa extraña ¿me oyes?.

- Gianna ya cállate, en serio Emma y tu tienen que dejar de ver esas películas, no soy un demonio, soy Allegra y por alguna razón que de verdad no comprendo estuve habitando el cuerpo de Emma ayer y hoy de pronto estoy en el tuyo, no fue planeado y créeme para mí es más difícil, amanecí así como así en el cuerpo de alguien más y ni si quiera sé como o que lo causa. - Allegra hablaba atropelladamente y había comenzado a llorar.- en el fondo tenía la leve esperanza de que fuera una pesadilla, de que esto hoy se iba a arreglar.

-¿Cómo sé que eres tu y no un demonio?... aunque básicamente es casi lo mismo.- Respondió Gianna pensativa sin que el llanto de su rostro la convenciera.

- ¿No escuchaste nada de lo que dije verdad?.- Allegra se limpió las lágrimas.

- Dame una prueba con los demonios nunca se sabe.

- Cuando diste tu primer beso fué con Steve tu vecino, fue muy vergonzoso para ti porque tenías resfriado y en medio del beso comenzaste a toser y te salió un enorme moco de tu nariz, me hiciste jurar que no se lo diría a nadie.- Allegra suspiró y Gianna la miraba pensativa.- pero si lo analizas los demonios suelen saber todo tipo de cosas, nada de lo que te diga te demostrará quien soy, pero ayer tienes que haber visto a Emma extraña, llamala... ella no te mentiría.

-Si... - Gianna guardó silencio unos minutos como meditando lo que estaba pasando para confirmar su opinión.- te creo, sólo tu podías tratar a Carter como la basura que es y al mismo tiempo mirar a Nick como si quisieras violarlo...

Allegra se encogió de hombros se sentía frustrada, no iba a perder más saliva intentando ocultar cuanto le atraía Nick, se sentía demasiado desesperada, confundida y triste... cuanto tiempo permanecería así?, extrañaba a su padre, su casa, a Lupe... se sentía perdida, lágrimas comenzaron a salir sin previo aviso, se sentía tan rota, hace sólo unos días su vida se resumía en ser la reina del baile y lucir perfecta para esa noche, ahora daría todo sólo por ser ella de nuevo y volver a ver a su padre desde sus ojos.

-Oye lo siento ¿Si?... no... bueno la verdad no pensé que te sintieras tan mal, tu últimamente eres casi una roca de hielo en la que se estrella cualquiera que te aprecie al menos un poco y no imaginé que estuvieras tan afectada, pero bueno supongo que esto ablanda a cualquiera.- Gianna se sentó a un lado de la cama.

- Me siento terrible sólo quisiera tener una respuesta a todo esto, una solución.

-Vamos a buscarla entonces, oye eres la chica más fuerte que conozco no te des por vencida Si?, vamos a comenzar llamando a Emma 3 cabezas piensan más que una.

- Lo único bueno de esto ha sido descubrir que aún sin merecerlo mucha gente me aprecia realmente, gracias Gianna.- Allegra le sonrió tristemente.

La maldición de AllegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora