❀Lunatic Liebt❀RayAnna❀

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~Los recuerdos de esa noche vienen a él~

-Déjame ver si entendí...- murmura Ray con gracia, viendo como la niña de rebelde cabellera lo mira decidida, esperando su respuesta- ¿Quieres escapar de aquí?

Emma asiente con velocidad, mientras se aleja del joven azabache para sentarse a una distancia aceptable.

_Realmente era una pobre niña tonta_

-Quiero escapar de aquí, al igual que tú, y con el transcurso del tiempo he podido investigar a la perfección este lugar, pero necesito un poco de ayuda; allí es donde entras tú- sonríe la jovencita con confianza en cada una de sus palabras.

-¿Y por qué yo?-

-Porque estás cuerdo y recién ingresas aquí, además, tienes la suerte de ser atendido con más frecuencia con el doctor James, quien tiene unos papeles que necesito.

-¿Y por qué los necesitas?- interroga Ray una vez más, mientras piensa mejor en su situación.

¿Realmente quería pasar sus últimos días allí?

Definitivamente, no lo dejarían salir, y ello arruinaba todo.

-Verás...en este manicomio suceden cosas que no deberían pasar, es verdad que sus atenciones son las mejores, pero ¿sabes cuánto tienen que pagar las familias para que sus seres queridos reciban cuidado? Son precios exuberantes e innecesariamente costosos, no necesitan tanto.

-Emma...creo que lo que intentas es arriesgado ¿quién le creerá a una loca?

-Por eso necesito los papeles, y esos mismos los tiene el doctor James, hermano de la persona quien se encarga de dirigir Marystela.

-¿Y qué pasaría si yo le informo de esto al doctor James?- pregunta Ray con una sonrisa cínica, mas los ojos de esa niña no tiemblan, se mantienen firmes y seguros.

Y también amables, ello es algo que admira, o esa niña era muy noble o muy tonta.

-No le dirías, no ganarías absolutamente nada y...pues tú lo dijiste ¿quién creería en las palabras de una loca como yo? Solo un loco, además, no me pueden hacer nada, mi familia paga tales cantidades por recibir cuidados de calidad, si me hacen algo, no les convendrá una demanda a este manicomio corrupto y con tantos secretos que esconde- afirma Emma con una pequeña sonrisa, mientras toma la mano del joven, quien frunce el ceño levemente.

-Eso no es todo, tú no solo lo quieres hacer por eso- añade Ray, mientras gira su rostro hacia la ventana, mirando sus cortinas danzar al son de la brisa nostálgica.

-Tengo un amigo...-alega la fémina con una pequeña sonrisa cariñosa, mientras por el reflejo de la luna Ray observa sus mejillas pintadas de rosa- Es alguien muy importante para mí con el que quisiera vivir libre de este manicomio, además, en poco tiempo me darán de alta. Ray, tú eres la única persona cuerda que está cerca del doctor James, te necesito.

El azabache no cambia su mirar, se enfoca con tristeza en el cielo tras el cristal, separando su mano de la de Emma, quien se levanta con una sonrisa suave.

-Tú eres muy...arriesgada e ingenua- admite con la boca ácida, tosiendo repetidas veces mientras siente como su respiración cambia. Emma, por su parte, se acerca a él con apuro y expresión hórrida, sin saber que hacer para ayudarle y dejar de ver esa expresión miedosa -¡No me toques!- ordena con dificultad y enojo Ray al ver sus intenciones.
Trata inútilmente de levantarse y caminar hacia el fregadero, pero es estúpido, lo sabe muy bien, porque sus piernas fallan y cae al suelo dolorosamente; ya en esos momentos no le importa los moretones que tendrá, solo quiere al menos hacer una mísera cosa solo.