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El cielo está gris, con eso empieza el mañana, con dolor punzante en el pecho y sangre escurriendo de sus labios, mientras las delicadas manos de Anna acarician su espalda y tararea con dulzura y ahínco aquella canción de sueños cristalinos entre madre e hijo.

«Como siempre, inteligente, Ray Grace- alega con amabilidad James- Es verdad, calculamos muy mal tu fecha de muerte... solo te quedan dos días de vida»

El recuedo le es amargo, y las ganas de vomitar y gritar en esos momentos lo consumen, y su pecho parece oprimirse con amargura, le duele mucho.

-Por favor...por favor, no te vayas aún- escucha el suplicio de Anna, quien arrodillada a su lado y cuidando de él (incluso cuando es ya vano) se mantiene fiel a su lado, sujeta sus manos con cariño y desea tanto no dejarlo ir. Así que Ray toma un poco de su voluntad perdida, y aguanta el dolor, el ardor de su garganta y mareos solo para estar a su lado en los últimos momentos que le quedan.

-Está bien, estoy bien Anna- asegura sereno, acariciando las mejillas húmedas de la niña que tiene en frente, la cual se acurruca en sus brazos y solloza bajito.

-Te amo Ray, no importa lo que pase, solo recuerda que te amo- murmura, y todo parece tan lejano en esos momentos.

Las horas pasan, en eso se basa el día, en que esa mañana misma deben "robar" los papeles de la oficina secreta de Peter y así huir de Marystela y delatar la corrupción. Pero antes, por obligación de la rubia para pasar tiempo como pareja, toma su paseo matutino por aquella colina de flores celestes y pequeñas, las cuales ahora están de bonito lila (le recuerdan a Leslie, y eso duele)

-Creo que dejaré de besarte por precaución- habla Anna, quien rompe el silencio y ríe ante la cara hórrida de Ray al escuchar aquello.

-Oh, claro, pero eso será en otra vida, en esta no te lo permitiré- asegura serio el azabache, dejándose acomodar por las manos cremas de la rubia aquella corona de flores que ella ama tanto hacer.

-En otra vida, probablemente, me casaría contigo y tendríamos dos hijos- asegura Anna con gracia, dejando un fugaz beso en los labios del contrario quien la acurruca en su pecho y la deja allí, mientras se deleita con su calor.

-Mientras sean como tú, todo está bien, amaría tener a dos niñas- alega él, casi lastimado al imaginar aquel futuro roto por sus propias manos.

-En otra vida...siempre te encontraría- la campana suena, es la que indica la medicación a hora exacta de todos los pacientes habidos allí. Anna sonríe dulce, cual angelito blanco e impoluto, juntando sus labios una vez más y deseando tanto que el tiempo parase.

Así viviría Ray un poco más, sabes.

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Emma danza y baila por los pasillos divertida, mientras busca con la mirada al azabache para dar las indicaciones de una vez, todo depende de ambos y esta vez, realmente quiere que Norman se sienta orgulloso de ella.

-Gilda- habla alegre a la enfermera, quien sonríe cansada y toma la mano cálida de su paciente, quien ríe linda a su lado -Te estuve esperando, mi medicación ya no es necesaria, mañana me iré de aquí, me lo dijo la chica...emmm Peter Ratri.

❀Lunatic Liebt❀RayAnna❀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora