Somos tiempo

171 45 33
                                    

Ese día estaba lluvioso
O tal vez es que yo llovía en lágrimas

Ver a mí mamá llorando sólo me hizo entenderlo todo.
Ese día habría un nuevo ángel en el cielo.

Entré a esa habitación de hospital con mis manos
temblando
No quería ser valiente, no ahora
No quería perder lo que más amaba en el mundo
No quería resignarme a que la muerte ganara otra vez.

La vi con lagrimas en los ojos
Intentando soportar un poco más
Me rompí por dentro, su sonrisa seguía intacta
Como si nada malo estuviese pasando.

Llegué y corrí para fundirnos en un abrazo
El último
Y ella seguía sonriendo
¿Porqué hacía eso? ¿No entendía que ya le faltaba poco?
Volví a quebrar en llanto.

¿Porqué sonríes si te estás yendo abuela?-le grité con
todas mis fuerzas.

Porque por un instante creí que había perdido la batalla,
pero te miro y ya me veo vencedora

No entendía sus palabras y quiso explicarse mejor
Su voz ya sonaba breve y sus palabras necesitaban cada
tanto recobrar el aliento.

Estamos hechos de tiempo, amor. Y a ese tiempo lo vamos
usando como podemos o como sencillamente nos va
saliendo. Creo que ya usé bastante arena del reloj y ahora
es momento de intentar nuevas despedidas. A veces es
necesario decir adiós.
Ey no, no tengas miedo. No me fuí todavía y no me voy a ir
nunca. Estaré en ese corazón porque no es un adiós
definitivo, es solo un hasta pronto.
Tengo que irme ya, puedes perdonarme?
Sus ojos con lagrimas rogando un perdón
Claro que te perdono, abuela- otra vez mi llanto
Y sus ojos se cerraron, y su mano que hasta entonces se
aferraba a mí, perdió su fuerza.

No, no quería dejarla ir.
Sabía que en algún momento tenía que pasar.
Me había jurado prepararme.
Pero nada te prepara para perder a alguien.
Uno no quiere prepararse para eso.

Y ahora, un año después
entiendo lo que dijo mi abuela:
Sólo somos tiempo
que ya empieza a correr.

No perdamos ni siquiera un sólo segundo,
que la arena seguirá cayendo de ese reloj .







Sombras [poesía] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora