Capítulo 1: La Llegada a Tamriel

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Me encontraba en búsqueda de una gran aventura y el estar con el Señor Shrek y con el bocón de Burro no iba a llenar mi apetito de peligro.

Afortunadamente antes de partir en mi caballo, hacia un mercado de ladrones me había llegado una carta, resultó ser de la Señorita Kitty Patitas Suaves quien me había escrito desde Skyrim.

Muy ansioso, por saber que me traía esta pícara gatita entre manos, abrí la carta de inmediato con mis garras y decía así:

Hola naranja, un pajarito me dijo que seguías viviendo en Muy Muy Lejano
¿Por qué volviste hacia las botas de tu amigo el ogro? quería que vinieses a hacer muchas fechorías conmigo a Skyrim ya que es muy conocido por la cantidad de aventureros que vienen y también donde más mueren, yo pensé que te gustaban las aventuras ¿O no es así?

Tal vez podrías venir aquí a Riften a divertirnos juntos cómo en los viejos tiempos, he podido desenvolverme bien por aquí pero aún te extraño y espero que no estés muy ocupado con otra cómo sueles estar ya que te tengo un trabajo que te puede dejar las botas llenas de tanto oro que no podrás caminar.

Así que tú decides ¿Eres "El Gato con Botas" o "El lame botas"? Piénsalo pero no más que en mí.

Atte: La gata más atractiva y diabólica

Posdata: Ven a la ratonera en Riften, tengo influencias aquí.

Después de haber leído la carta de Kitty me despedí de Shrek y de todos mis amigos, tomé un barco y partí directo hacia el muelle de Soledad, la capital de Skyrim.

Y sí creen que sólo voy por Kitty están muy equivocados, yo voy por que en Skyrim se puede oler la aventura en el aire.

Estuve navegando por días y me sentía muy agotado por el viaje, no puedes dormir en paz sí hay un montón de polizontes hurtando en tus cosas, así que decidí tomar un escondite para poder dormir sin ninguna preocupación.

Sin embargo, mientras estaba dormido, el barco había sido interceptado por bandidos ,quienes se llevaron todos los objetos de valor, dejaron abandonado el  barco en la costa del Faro de Soledad.

Cuando me desperté un soldado me tomó del pellejo del cuello de una forma muy brusca y me sacó del barco, no se imaginan las ganas que tenía de arañarlo, sólo no lo hice por que vi que habían decenas de guardias imperiales cubriéndolo, no sé quién...

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Cuando me desperté un soldado me tomó del pellejo del cuello de una forma muy brusca y me sacó del barco, no se imaginan las ganas que tenía de arañarlo, sólo no lo hice por que vi que habían decenas de guardias imperiales cubriéndolo, no sé quién demonios sospecharía de un gato.

Cuando me desperté un soldado me tomó del pellejo del cuello de una forma muy brusca y me sacó del barco, no se imaginan las ganas que tenía de arañarlo, sólo no lo hice por que vi que habían decenas de guardias imperiales cubriéndolo, no sé quién...

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El Gato con Botas - Sangre de DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora