PRÓLOGO

59 13 2
                                    

Hace mucho tiempo atrás solo existía la luz.

El dios divino gobernaba sobre todas las criaturas del universo y bajo su protección todo era paz y tranquilidad. Sus fieles sirvientes; los ángeles, le respetaban y cumplían con devoción y sin cuestionar sus órdenes. Eran seres perfectos, o al menos eso se esperaba de ellos al provenir de un ser divino. No odiaban, no pensaban, no debían desear más allá de lo que ya tenían, no debían tener curiosidad y sobre todo debían permanecer obedientes y no discernir con las acciones de su creador. Todo parecía seguir el orden establecido por el dios divino. Todos los ángeles parecían estar de acuerdo con su destino.

Todos excepto uno.Lucifer. Uno de los jefes de la milicia celestial, el ángel más querido por Dios y también el más bello de todos. El no concebía la idea de quedarse en el cielo y estar a la sombra del todopoderoso. A diferencia de sus hermanos él era muy curioso y astuto; los humanos representaban su debilidad y él quería rodearse de su amor y agradecimiento. Así pues, desobedeció a su creador y se escapó al mundo terrenal, donde descubrió los placeres que les eran prohibidos a los ángeles. Enojado con dios por ocultarles tales secretos y mantenerlos esclavizados e ignorantes, se reveló y convenció a un grupo de ángeles a que se unieran a la rebelión. La lucha en el cielo fue larga y terrible. Ángeles contra Ángeles. Hermanos contra hermanos. La guerra no parecía tener final,hasta que Dios intervino y desterró a Lucifer por su osadía de alzarse contra su mandato; y con él también desterró a todos aquellos ángeles que lo apoyaron. Lucifer juró venganza; se interpondría en cada uno de los planes de Dios y aprovecharía todas las oportunidades para poner a los humanos en su contra. Usando todo su antiguo poder de ángel, construyó su reino; el infierno. Sus hermanos que cayeron junto con él, motivados por la sed de venganza, prometieron seguirlo siempre y cuando pudieran estropear la labor de los ángeles y causarles dolor. El mismo que ellos habían sentido cuando se les fueron arrancadas sus alas. Así nacieron los demonios; crueles y fieros adversarios de los ángeles. Su sed de venganza los motivo en muchas ocasiones a masacrar a sus antiguos hermanos, reducirlos a cenizas y arrastrar lo poco que quedaba de ellos al infierno. Siglos y siglos han pasado y la lucha sigue en pie.

El odio motiva a los demonios.

El desprecio motiva a los ángeles.

No hay espacio para una tregua.

O ¿Tal vez si? 

Ángel VS Demonio [en edición] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora