5 | Confusión pt I

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La noche de despedida de soltera de Jennie fue más extraña de lo que alguna vez llegué a imaginar cuando me entregó la invitación hace una semana en el salón de clases. El mismo día en que me entregó esa nota que solía darme aquellos días en USA. El punto es, que lo había olvidado por completo. El trabajo me carcomía viva, además de que mi madre había estado pidiéndome constantemente que acompañara a mi padre al médico ya que ella tenía otras cosas que hacer. Mi rutina era: despertar, trabajar, salir a medio tiempo, buscar a Alexander, ir al doctor, volver, y cumplir mi horario de trabajo nuevamente hasta la tarde cuando volvería a casa.

Y ese mismo día de la fiesta de despedida, iba camino a casa con Alexander en el asiento de copiloto cuando de un portazo intencional con su rodilla, abrió el pequeño cajón del coche, y junto a él, salieron las dos cartas de invitación. De verdad no lo recordaba para nada a pesar de que el matrimonio de Jennie era un tema constante en mi cabeza, por extraña razón, lo olvidé.

— Lisa, ¿qué es esto? —pregunta sacando del cajón ambas tarjetas.

— Dios, son las tarjetas de invitación de Kim, había olvidado donde las tenía.

Alexander abre una por curiosidad y luego de eso me mira atento.

—¿No irás?

Lo miro prevenida y devuelvo mis ojos al parabrisas.

—¿Crees que debo hacerlo?

—Por algo te entregó esto, ¿no lo crees?

Lo pensé, lo pensé, y las últimas palabras de Jennie resonaron en mi cabeza. Luego de eso, asentí con un poco de indecisión.

—¿Tienes todo para ir? —sigue preguntando mi padre.

—Calma, la despedida es el viernes 15 —contesto con tranquilidad.

Mi padre queda en silencio por un segundo, siento su mirada encajada completamente en mi cara. De reojo veo como se ríe con labios fruncidos mientras sacude su cabeza.

—Cariño...

—¿Sí?

—Hoy es viernes 15.

Luego de dejar a mi padre en casa junto a la enfermera que el doctor pidió que contraramos. Salgo casi disparada directo a la casa de Ellie. Sí, era muy cierto que al cabo de estas semanas no había hablado con ella. Ni siquiera me había dignado en levantar el celular para darle alguna pequeña explicación, pero siento que aun soy lo suficientemente cobarde como para hacerlo. Sin esperar qué podría pasar al yo llegar allí, toco fuertemente la puerta principial, y sí, efectivamente es Ellie quien me recibe.

No tenía una mirada tan enojada como la última vez, ni su cabello tan despeinado. De hecho, se veía muy bien. Estaba maquillada y con algún tipo de cirugía capilar. Quise ser imprudente y saludar con un: «oye estás guapa, ¿irás a algún lado?» Pero Ellie y yo ya no éramos lo mismo.

— Lisa.

Sentí por un momento que se emocionaba por mi llegada, y eso me hizo sentir como una absoluta mierda.

—Hola, Ellie... uhm, uh, oye —tome una pausa. Inhalé. —¿Cómo estás?

Ella frunce su ceño, extrañada, sabía que no podía hablar bien. Ellie me conoce tanto como me conozco a mí misma.

—¿Estás bien? —pregunta.

La verdad no, dame mis maletas restantes que me quiero ir, obvio no fuese sido capaz de decir eso.

Pero no contesté enseguida asi que ella prosiguió:

—Dios, ¿pasó algo con Alexander? Supe que ha estado enfermo.

Dear Lover 2: El Reencuentro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora