Prólogo

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- Es sólo una amiga. ¿No estás celosa o si?. - lo aparté.

- Scott. - reí. - Te estoy dejándo el camino libre, ve, disfruta y has lo que quieras.

- Bebé... Beth y yo no estamos...

- Lo vi todo... sé lo que hicíste con Beth imbécil, no me molesta... enserio, pero me voy a Corea en unas horas. Por suerte termino contigo ahora, y comienzo de nuevo con alguien más.

- No puedes terminar conmigo, Amber...

- Ya lo hice. - sonreí. - Bueno, me voy. - volteé.

¿Gran actuación no? Soy buena ocultando el dolor, fingiéndo que nada me importa. ¿Pero saben que pasó al voltear? Lloraba... todos me decían que era un imbécil. Y lo sabía, pero no pude resistirme a él. Me gustaba hacen años y pensé que lo tenía.

- Hola ma.

- Hola. - se levanta. - Supe lo del chico... ¿Qué cabrón eh?

- reí. - No sé con quiénes te juntas para obtener tanta información... y tan rápido. - me senté. - Supóngo que tenías razón abuelo... sobre Scott.

- Durante muchos años me pedíste que te dejara cometer tus propios errores, aprender de ellos, yo sólo...

- Y gracias abue... ¿ves? Ahora sé, que no quiero volver a saber de un hombre en mucho tiempo.

- Es probable que en Corea caigas por un chino.

- ¿Un chino? - la miré. - Gran apoyo madre. - reímos. - ¿Vas a llevarme?

- Ni modo que te deje caminar al aeropuerto. - agarró las llaves. - Vamos.

Rodé los ojos, reí y busqué mis maletas. Ya había estado en Corea antes, pero no recuerdo mucho... era cuando mi padre aún seguía con nosotras. Que triste... "¿Está muerto?" Te preguntarás. Pues no... el hijo de puta se fue con otra mujer y nos abandonó a mi mamá y a mi. Ya ven como hay hombres cabrones en este mundo.

- Cariño, consigue esa beca que tánto quieres y vuelve a casa. - me abrazó.

- Lo haré mamá, lo sabes bien. - limpié sus lágrimas. - Abuelo, cuídala mucho ¿si? - asintió y lo abrazé.

- ¿Estarás... bien sola? Puedo ir contigo si quieres hija. Tomaré el otro vue...

- Mi nieta estará bien. - guiñó su ojo. - Ya es una mujer.

- Gracias abuelo... ustedes vuelvan a casa y tomen el teléfono, les avisaré cuando llegue.

- Te amamos.

- Los amo aún más... ¡Voy a Corea wowo!

Escuché sus risas pero no voltee, no lo haría más difícil. Esta es mi situación, aquí no le dan al arte la importancia que se merece. Eso es lo que voy a buscar a Corea, arte verdadero... me siento mal por dejar a mamá, siento que hago lo mismo que mi padre. Pero sé que ella desea lo mejor para mí.

- Ella me entiende. - susurré.

- ¿Que dijíste señorita?

- Oh. - reí. - Hablaba sola señor, lo siento.

Voy por tí Corea. Tomé una pastilla para quedar completamente dormida y en unas horas avisaron nuestra llegada. Me sorprendió lo rápido que habíamos pisado el país.

- miré por la ventana. - Aquí estamos.

- rió. - Dormiste como bebé... - se levantó. - Ese tal Scott no te merecía.

- Oh Dios mío...

- Tranquila, no tengo porqué contarle a alguien, tengo 65 años. - volvió a reír. - Fue un placer.

- Igual... mente.

Maldita sea, odiaba hablar mientras dormía. Ahora un fósil desconocido sabía la historia de mi ex. Empezamos bien...

No te fíes de Kim - BTS&ATEEZ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora