Se estaba buscando problemas, y tanto que lo estaba haciendo, parecía que no había aprendido la lección después de lo sucedido con Sakura. Pero es que la Hyuga despertaba un sentimiento protector en él, quería tenerla solo para él, y eso era peligroso. Por ello es que había hecho todo lo contrario a lo que en verdad quería y había conseguido arreglar las cosas entre Naruto y ella. Tal vez en esos momentos ellos se estaban besando.
Ante ese pensamiento la ira se apoderó de él, no quería volver a imaginarse a Hinata siendo besada por su amigo. Era verdad que le había causado gracia lo que Hinata le había relatado sobre el beso, pero claro, porque ella le había dicho que estaba incómoda por lo que no le había molestado tanto, pero ahora no sabía que era lo que la peliazul podría estar sintiendo.
—Maldición—se quejó, él solito se había metido en esa situación, sino quería que aquello pasara no los hubiera dejado solos. —Es lo mejor—se trató de autoconvencer, aunque no dejaba de pensar en la peliazul. Recordó como Hinata lo había tomado de la chaqueta para evitar que se fuera, pero él le había dicho que era lo mejor, que ambos necesitaban aclarar las cosas solos, y después de una pequeña caricia en su cabeza que no pasó desapercibida por Naruto se marchó dejándolos solos.
Tocaron al timbre y la persona que menos quería ver estaba allí, nunca había tenido menos ganas de aguantar al rubio como en ese momento, últimamente le resultaba cada vez más molesto.
—Hola teme—dijo con una sonrisa algo apagada que extrañó un poco al chico, ¿acaso no había conseguido arreglar las cosas con Hinata? —¿Quieres acompañarme? —pidió mostrando una botella de licor con un rostro bastante afligido.
Definitivamente no había ido bien, y aunque por una parte se preocupaba por su amigo, no podía evitar sentirse algo aliviado, solo logrando que se molestara más consigo mismo. Naruto nunca había sido egoísta con él. Sí, era un idiota y un incordio, pero era su amigo, no se podía preocupar por si mismo cuando el blondo se encontraba en ese estado.
—¿Qué es lo que? —pero se vio cortado porque su amigo se tiró a sus brazos empezando a quejarse y sollozar.
—Dice que solo quiere que seamos amigos—se quejó con una fea cara llena de lágrimas y mocos que causaron asco en el pelinegro que lo intentaba alejar, pero solo consiguiendo que el rubio se acercara aún más.
El azabache chasqueó la lengua en señal de rendición, iba a ser una noche larguita.
. . . . . .
Hinata lanzó un largo suspiro, sabía que muy posiblemente había herido a Naruto, que aquella sonrisa no era como las brillantes que él le solía dar, pero solo quería su amistad, no quería más problemas amorosos por el momento. Y aunque el chico en verdad le parecía un gran partido, seguramente muy distinto a los chicos con los que ella había salido no deseaba más complicaciones. Además, que le recordaba demasiado a Kiba, por lo que era muy difícil que lo mirase románticamente.
—¿Hija estas bien? —preguntó su padre que estaba leyendo el periódico, consiguiendo despertar de sus pensamientos a la Hyuga.
—Sí, solo estoy pensado en algunas cosas—le respondió no dejando demasiado convencido a su progenitor, pero no quiso insistir.
Con rapidez la chica se fue a su habitación y se estiró en su cama sin evitar sentirse culpable por el rechazo del blondo, de verdad que no quería herirlo. Aunque si no fuera por Sasuke ni siquiera podría volver a hablar con él. Uchiha-san susurró, sin poder evitar dibujar en su mente al morocho.
Recordó sus hermosos ojos ónix que le resultaban tan atrayentes, junto a sus espesas pestañas en su cabello oscuro que contrastaba muy bien con su blanca piel, en como la ayudó con Toneri y en el valor que le había dado para enfrentarse al rubio y poder arreglar las cosas. Pero sobretodo recordó la calidez que le trasmitía su mano cada vez que la tocaba. Tal vez la primera vez no lo había sentido tanto por la situación en la que se encontraba a causa de lo sucedido con el albino. Pero cuando le había acariciado delicadamente su cabeza y le había dado aquella maravillosa sonrisa que no podía borrar de su mente, se sentía bien, tan bien que sin darse cuenta esbozó una dulce sonrisa.
—Pareces enamorada—se burló Hanabi apareciendo de la nada en su habitación consiguiendo sonrojar a su hermana.
—¡Hanabi-chan! —se quejó ella haciendo reír a la castaña.
—Yo solo he dicho que lo pareces no que lo estés—le bromeó. —Eso solo tú lo sabes—le dijo para luego irse.
La peliazul negó rotundamente, Sasuke era un hombre casado, tenía una familia, ella no pintaba nada en esa ecuación. Aunque ahora que lo recordaba no había mencionado a su esposa en algún momento. Además, no llevaba alianza de casado ahora que recordaba.
Sus mejillas se sonrojaron por la dirección de sus pensamientos, era como si se tratase de convencer que el morocho ya no se encontraba con su esposa. Pero claro, cuando ella le había comentado a Naruto sobre que no se interesaría nunca por un hombre casado refiriéndose a Sasuke este no le había negado nada, así que tenía que quitarse cualquier pensamiento como ese de su cabeza.
Se giró sobre su cama y miró su mano la que había sujetado la chaqueta de él, pero volvió a negar. Sasuke solo era su compañero de trabajo, alguien a quien admiraba, nada más, no podía ser más que eso.
Notas de la autora: De verdad que soy muy feliz de leer los comentarios que me dejáis y que pensáis de la historia, muchas gracias, y sin mucho más que decir, nos leemos en el siguiente cap, que bueno, puedo decir que Sakura volverá, no digo nada más espero que lo lean.
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Abriendo camino a tu corazón [✔]
FanfictionYa era difícil enamorarse de hombres que siempre le rompían el corazón, pero estaba segura que esta vez iba a quedar más que destrozado. SASUHINA