Abriendo camino a tu corazón [✔]

CAPÍTULO DIECISIETE : UN CAMINO JUNTOS

Habían pasado unos meses desde que Sasuke y Hinata salían juntos y ella no cabía en sí, estaba tan feliz y alegre, esos días al lado de Sasuke habían sido maravillosos, no era como si fuera el novio más dulce y cariñoso del mundo, pero le daba lo que necesitaba cuando necesitaba sin necesidad de que se lo pidiese. Una ligera caricia, un pequeño abrazo, un beso... Sasuke siempre estaba allí, a su lado apoyándola en todo lo que necesitara. Su relación era totalmente distinta a cualquiera que ella antes hubiera tenido, además los sentimientos que tenía por el Uchiha era mucho más fuertes.

Sasuke también se encontraba feliz, totalmente pleno, además como Sarada estaba más que encantada de tener cerca a Hinata era un gran alivio para él, ya que lo que más temía era la reacción de su hija. Por ello es que había llegado el momento de presentar a Sakura y Hinata, y aunque por un tiempo no había estado del todo seguro de que fuera una buena idea. Ya que, a pesar de que Sakura no era la misma seguía temiendo por su actuar.

Pero, para sorpresa de todos las dos se habían llevado bien. Y pese que la Hyuga había estado sumamente nerviosa ya que creía que sería muy incómodo conocerla, ya que se era la exesposa de Sasuke, todo tranquilo. Además, Sarada había estado más que feliz, diciendo que era afortunada por tener dos mamás, logrando sonrojar a Hinata y sonreír a Sakura.

—Parece que le gustas mucho—dijo Sakura logrando poner nerviosa a la ojiluna y que comenzara a tartamudear palabras sin sentido. —Está bien, no pasa nada—dijo riendo. —No puedo decir que no me da celos, después de todo es mi hija, pero lo entiendo, además pareces una buena chica y por lo que se ve Sasuke te quiere de verdad—se sinceró la Haruno estrechando la mano de la peliazul.

Era cierto que para Sakura aquel encuentro había sido difícil, aunque tratase de negarlo le incomodaba ver como otra ocupada su lugar. Mas ahora comprendía porque su relación con Sasuke no había funcionado, ni ella ni él tenía sentimientos fuertes por el otro, ella solo se había obsesionado y él aceptado por Sarada, ahora comprendía su error y podía seguir adelante.

Así que no mucho tiempo después de aquel encuentro entre Sakura y Hinata Naruto propuso presentarla a los chicos, el Uchiha no se negó, pero tampoco es que le hacía demasiada gracia la idea, temía por lo que Kiba pudiera decir ya que el chico era un verdadero bocazas. Y aunque era menor de ellos no media sus palabras o comentarios, por lo que temía que pudiera molestar a Hinata. Además de que Lee y Chouji a veces carecían de cualquier sentido común y decían cosas incómodas, haciendo que los tres fueran un trío explosivo.

Hinata y Sasuke estaban sentados en un restaurante esperando la llegada de todos, y el morocho podía notar la inquietud de ella, le encantaba verla nerviosa estaba tierna, pero lo mejor era tranquilizarla.

—Tranquila irá bien, son idiotas pero buenos, y ya conoces al dobe y a Shikamaru—dijo él consiguiendo una risa de ella, parecía que Sasuke siempre sabía que era lo que necesitaba. —Además si sobreviviste a Sakura ellos no serán un gran reto—se burló consiguiendo que ella volviera a reír.

Fue entonces cuando los amigos del chico comenzaron a llegar y la ojiperla vislumbró una silueta que no veía hace mucho. Cuando Kiba se había abalanzado sobre ella y la había abrazado, haciendo que Hinata riera Sasuke los separó, poniendo mala cara al chico.

—¿Se puede saber que te pasa? —le reclamó Kiba haciendo que el Uchiha se pusiera todavía más serio y enfadado.

—Hinata es mi novia—declaro molesto haciendo que saltaran chispas entre los dos, por lo que Naruto decidió intervenir antes de que las cosas pasaran a mayor. Aunque Sasuke no apartaba la vista del castaño, a pesar de que Hinata le aclaró que habían sido compañeros de instituto y mejores amigos.

Unos meses después de eso Sasuke decidió de que era hora de presentar formalmente a Hinata a su familia, aprovechando que Itachi también volvía a Japón, por lo que tuvieron una cena y su madre quedó más que encantada con la chica, igual que Fugaku e Itachi, que prácticamente le había amenazado para que no soltara a la chica.

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Tres años después

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La relación de Sasuke y Hinata fue muy bien, eran muy felices, inesperadamente gracias a ella Naruto había acabado conociendo a Shion, que era una prima de la peliazul y habían comenzado una relación. Y respecto a Sakura había acabado saliendo con Sasori, el doctor que le había atendido cuando fue erróneamente diagnostica de cáncer.

Sarada también estaba muy feliz, porque ahora sentía que tenía dos mamás, que sabía que la querían mucho y gracias a ambas habían conseguido convencer a su padre de adoptar a ese pequeño perro que su padrino había nombrado Kurama, al cual quería con locura.

—Más rápido—decía una Sarada de ocho años mientras correteaba con Kurama, que meneaba la cola muy feliz.

—Ten cuidado Sarada-chan—dijo preocupada Hinata para que luego Sasuke riera, le gustaba la relación que su hija y la Hyuga mantenían.

Se sentaron en un banco mientras Sarada jugaban con Kurama y el Uchiha miró a Hinata, se le notaba un poco serio por lo que la peliazul se preocupó pensando que le pasaba algo.

—Cásate conmigo—le soltó de repente para luego mostrarle una pequeña cajita con un anillo dentro.

—Sasuke yo...

—Solo di que sí—la interrumpió secándole las lágrimas que caían de sus hermosos ojos perlas.

—¡Sí, mil veces sí! —contestó para luego darle un beso.

Hinata jamás se había imaginado que Sasuke y ella pudieran acabar juntos, estaba segura que si se lo hubiesen dicho a su yo pasado no lo hubiera creído, pero ahora mismo no se imaginaba con nadie más que el Uchiha.

Ambos habían pasado por muchas cosas, pero ahora estaban juntos y sabían que siempre lo estarían, se habían abierto camino al corazón del otro y por siempre permanecerían allí.

Notas de la autora: Bien, aquí está, el último capítulo, de verdad espero que le haya gustado. Muchas gracias a todos los que lo leyeron y siguieron, me hicieron muy feliz con cada uno de sus comentarios. Espero que nos volvamos a encontrar en otra de mis historias.

Gracias por todo.